Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
9 sept 2018
Terelu Campos: “Ahora sé lo que es el miedo”
Videomatón con Terelu Campos.
No le veo tanto miedo cuando está indecisa en una estética en sus pechos. Hace 3 dias se iba hacer una masectomia pero el médico dice no.
Y la otra esa que es fea hasta decir basta que se cambió un diente ahora que se lo pagan se hace unas cosas raras en esa cara que no tiene remedio.
Y después sserá la madre y el Chulo que vive con ella que no da palo al agua.
Luz Sánchez-Mellado
Ocurre algo curioso.
De pie, Terelu Campos parece lo que es: una mujer menuda mucho más frágil y menos rotunda de lo que aparece en pantalla.
Sentada cara a cara, crece dos palmos.
Carisma no le falta. Te hace cómplice, te lleva a su terreno. Se cubre y se le ve todo al tiempo.
La simpatía y la reserva. El sobrante y las carencias. La esperanza y el miedo.
Hablamos en su camerino de Telecinco antes de entrar ella en directo y pintadas ambas como puertas, por lo que decidimos hacerle momos a un espejo estirándonos las respectivas arrugas como broma para el vídeo.
“Nunca me he hecho nada, pero me quitaría todo esto”, dice, mesándose lo blando de la sotabarba.
Al día siguiente,
Sálvame
anunciaba que Terelu desaparecía de antena y reaparecería el miércoles tras pasar por un recauchutado estético.
El circo, y la vida, y la bolsa continúan.
¿Qué piensa al despertarse?
Que otra vez me duelen mucho los huesos por la medicación contra el cáncer.
Se me había olvidado que llevaba un año mejor, y ahora voy para atrás.
Pero te resignas porque te va la vida en ello.
¿Y al acostarse?
En dormir. Me cuesta la vida. Mi sueño es dormir cuatro horas.
¿Cuánto mide su coraza?
Varios dedos.
Creo que se me ve más gorda de lo que soy por toda la coraza que llevo puesta.
Bueno, y por los churros.
Si vieras por un agujerito lo que como, no lo creerías.
Pero parece que la gente se lo pasa pipa viéndome, y en la tele me como un churro y me cuentan veinte.
No deja de ser un espectáculo.
La coraza no le impide mostrar sus complejos en pantalla.
Más de lo que yo quisiera y menos de lo que crees. Muestro exactamente lo que creo que le debo a mi oficio. Si pido a los demás que se desnuden en mi programa, mi obligación es acompañarles.
¿Vería usted 'Las Campos' si no fuera una de las Campos?
Sí, porque me parece demencial y divertido.
Mucha gente se ve reflejada, es parte de la gracia.
¿No tiene sentido del ridículo?
Exacerbado, pero mis años en
Sálvame
me han enseñado a relativizar, nada es tan importante.
Se le acusa de rentabilizar su cáncer al cobrar por contarlo.
No es cierto.
Hay algo que nadie te puede arrebatar, que es la tranquilidad de conciencia.
Si supierais lo que me daban por contarlo en otro medio os escandalizaríais.
Ese dineral me hubiera arreglado la vida en un momento en que no sabía si iba a poder volver a trabajar, y no quise.
¿Pasar de ser portada en 'Interviú' a no mirarse en el espejo, como dijo, arrasa la autoestima?
Sí, pero porque te la arrasan los demás.
Cuando no tienes la seguridad que has tenido siempre, hay quien se te tira a la yugular.
Y es muy triste que muchas veces somos mujeres las que nos tiramos a la de otras.
Me cuesta decir esto, pero si supiéramos el poder que les damos a los hombres con eso, no nos lo haríamos.
¿Cuántos latigazos se da al día?
Muchos.
Tengo la fusta bien peladita. Soy mi peor enemiga.
¿Hay días que no se aguanta?
Muchos. Y, si no me aguanto ni yo ¿quién va a aguantar a mí?
Sin embargo, ha sido usted muy disfrutona de la vida. ¿Ha renunciado a comérselo todo, y no hablo de churros?
Lo soy, y me lo he comido todo, sí, pero, ¿sabes? estoy en una etapa de absoluta tranquilidad.
Hay veces en los que una mujer puede tener ansiedad por no tener pareja.
Y de pronto, hay un momento de tu vida en que dices, ahora quiero mi cama para mí, y mi salón para todo el mundo.
Ahora quiero quererme yo un poco más de lo que me he querido.
¿Qué no conocemos de Terelu que no hayamos visto en la tele?
Mi miedo.
Yo vivía sin miedo hasta hace muy poco, y ahora sé lo que es el miedo de verdad.
No lo tuve en mi primer cáncer, sí preocupación e incertidumbre, pero no miedo.
Ahora, sí. Miedo a que esto se acabe. Miedo al sufrimiento de quienes quieres.
Lucho, porque el miedo paraliza, y tengo que tomar decisiones.
¿En su cáncer manda usted?
Totalmente.
Mandan los médicos, manda la ciencia, manda mi cuerpo. Pero seré yo quien tome decisiones.
Apoyada, pero yo sola.
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