Los políticos tienen que encontrar una salida a esto de la titulitis, lo de tener un título sin esforzarte mucho, haciendo creer que eres una persona muy importante.
Masters of the Universe es, según Wikipedia, “una franquicia de
Mattel”, que reunía personajes de ficción en torno a una serie de
televisión que representaba luchas contra enemigos que podían alterar el
orden universal.
He citado y puesto en comillas para no incurrir en ningún error que ponga en peligro la credibilidad de mi artículo, que es un poco lo que hemos aprendido estos meses con las tesis y másters de Cristina Cifuentes, Carmen Montón, Pablo Casado y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusados de plagio en distintos grados.
Y que a Cifuentes y Montón les costó el puesto y ha alterado el orden universitario, colocando a la Universidad Rey Juan Carlos en una posición incómoda otra vez: resulta ser más reconocida como la universidad de los másteres vip que por ser una universidad seria. Bueno, ¿qué es serio hoy día? Desde luego un máster no.
A menos que sea MasterChef Celebrity.
El programa de TVE se estrenó arrasando en audiencia, probablemente su especial mezcla de esfuerzo físico y el humor del buen casting permitió un desahogo a los espectadores, que premiaron al programa con un 24,8 de share, que es un diez en cualquier máster.
Los celebrities somos los favoritos del público porque en el programa “nos mostramos como somos”, como ha dicho uno de los aspirantes.
Quizás a los políticos los desnuda mucho más el tema máster de lo que hubieran deseado.
Tienen que encontrar una salida a esto de la titulitis, lo de tener un título sin esforzarte mucho, haciendo creer que eres una persona muy importante.
Y sería una buena prueba intentar entrar a MasterChef Celebrity del próximo año. A ver si los aceptan.
Mientras escucho Gracias a la Vida de Mercedes Sosa, reflexiono sobre la guerra de los másteres.
Y, doy gracias a mi vida que, pese a sus barrancos, es maravillosa y además sin título ni nobiliario ni universitario.
Una vida sin títulos pero con titulares. Mientras veo a todos estos políticos preocupados por sus másteres más me alegro de no haber pisado la universidad.
Tenía un historial académico mediocre por falta de concentración y excesivo daydreaming (soñar despierto) que cuando me suspendieron por mala nota en la clase de dibujo técnico, me dije hasta aquí y me empeñé en hacer mis sueños realidad, que es la esencia de una celebrity.
Lo que nadie te advierte es que algunos sueños se solapan con otros, por ejemplo quieres ser estrella de televisión pero también formar parte de un gran escándalo sentimental y entonces el sueño se convierte en sueño a medias.
Por eso el máster en cómo ser una celebrity es difícil pero más transparente que los de la Universidad Rey Juan Carlos, porque sucede delante de tu público, que, si quiere, puede ayudarte. U olvidarte.
Regresando por un momento a Masters of the Universe, ha llamado la atención la ausencia de los Reyes en el cumpleaños de Victoria Federica,
su sobrina.
Quien sí asistió fue la tía Cristina, que acudió con sus hijos como indicando que hay una nutrida corriente de primos alternativa a la princesa Leonor y a la infanta Sofía.
Sería otro máster: “Los que sí encajan en Zarzuela”. Es que en realidad España es un máster sobre las personas que encajan y las que no.
Por ejemplo, Jaime Marichalar, padre de Victoria la cumpleañera, no encaja en el cumpleaños en Zarzuela y Soraya Sáenz de Santamaría terminó por no encajar en la nueva ejecutiva de su partido y renunció a la política tras haber sido durante diez años la mujer que más poder acumuló.
No debió ser fácil para Soraya encajar que no encajaba, pero todo empezó cuando, sin darse cuenta, decidió colocar su bolso Loewe en el escaño de Mariano Rajoy durante su ausencia del debate de la moción de censura que expulsó a ambos del poder.
Y en la familia real, está claro que siguen sin ver a Jaime de Marichalar como un invitado en ese edificio de titularidad pública que es la casa de sus suegros. ¿Por qué, si es el más monárquico de toda la familia? Es otro máster por estudiar.
Mientras esperamos la segunda entrega de MasterChef Celebrity, una de sus integrantes, Antonia Dell´Atte, afirma en Lecturas que denunciara a sus compañeros por acoso.
Es algo que Pedro Sánchez podría hacer contra la prensa o sus compañeros del Congreso.
Al final los másteres se solapan. Y terminan pareciéndose peligrosamente. Como si el verdadero interés fuera cómo ser una celebrity.
He citado y puesto en comillas para no incurrir en ningún error que ponga en peligro la credibilidad de mi artículo, que es un poco lo que hemos aprendido estos meses con las tesis y másters de Cristina Cifuentes, Carmen Montón, Pablo Casado y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, acusados de plagio en distintos grados.
Y que a Cifuentes y Montón les costó el puesto y ha alterado el orden universitario, colocando a la Universidad Rey Juan Carlos en una posición incómoda otra vez: resulta ser más reconocida como la universidad de los másteres vip que por ser una universidad seria. Bueno, ¿qué es serio hoy día? Desde luego un máster no.
A menos que sea MasterChef Celebrity.
El programa de TVE se estrenó arrasando en audiencia, probablemente su especial mezcla de esfuerzo físico y el humor del buen casting permitió un desahogo a los espectadores, que premiaron al programa con un 24,8 de share, que es un diez en cualquier máster.
Los celebrities somos los favoritos del público porque en el programa “nos mostramos como somos”, como ha dicho uno de los aspirantes.
Quizás a los políticos los desnuda mucho más el tema máster de lo que hubieran deseado.
Tienen que encontrar una salida a esto de la titulitis, lo de tener un título sin esforzarte mucho, haciendo creer que eres una persona muy importante.
Y sería una buena prueba intentar entrar a MasterChef Celebrity del próximo año. A ver si los aceptan.
Mientras escucho Gracias a la Vida de Mercedes Sosa, reflexiono sobre la guerra de los másteres.
Y, doy gracias a mi vida que, pese a sus barrancos, es maravillosa y además sin título ni nobiliario ni universitario.
Una vida sin títulos pero con titulares. Mientras veo a todos estos políticos preocupados por sus másteres más me alegro de no haber pisado la universidad.
Tenía un historial académico mediocre por falta de concentración y excesivo daydreaming (soñar despierto) que cuando me suspendieron por mala nota en la clase de dibujo técnico, me dije hasta aquí y me empeñé en hacer mis sueños realidad, que es la esencia de una celebrity.
Lo que nadie te advierte es que algunos sueños se solapan con otros, por ejemplo quieres ser estrella de televisión pero también formar parte de un gran escándalo sentimental y entonces el sueño se convierte en sueño a medias.
Por eso el máster en cómo ser una celebrity es difícil pero más transparente que los de la Universidad Rey Juan Carlos, porque sucede delante de tu público, que, si quiere, puede ayudarte. U olvidarte.
Quien sí asistió fue la tía Cristina, que acudió con sus hijos como indicando que hay una nutrida corriente de primos alternativa a la princesa Leonor y a la infanta Sofía.
Sería otro máster: “Los que sí encajan en Zarzuela”. Es que en realidad España es un máster sobre las personas que encajan y las que no.
Por ejemplo, Jaime Marichalar, padre de Victoria la cumpleañera, no encaja en el cumpleaños en Zarzuela y Soraya Sáenz de Santamaría terminó por no encajar en la nueva ejecutiva de su partido y renunció a la política tras haber sido durante diez años la mujer que más poder acumuló.
No debió ser fácil para Soraya encajar que no encajaba, pero todo empezó cuando, sin darse cuenta, decidió colocar su bolso Loewe en el escaño de Mariano Rajoy durante su ausencia del debate de la moción de censura que expulsó a ambos del poder.
Y en la familia real, está claro que siguen sin ver a Jaime de Marichalar como un invitado en ese edificio de titularidad pública que es la casa de sus suegros. ¿Por qué, si es el más monárquico de toda la familia? Es otro máster por estudiar.
Mientras esperamos la segunda entrega de MasterChef Celebrity, una de sus integrantes, Antonia Dell´Atte, afirma en Lecturas que denunciara a sus compañeros por acoso.
Es algo que Pedro Sánchez podría hacer contra la prensa o sus compañeros del Congreso.
Al final los másteres se solapan. Y terminan pareciéndose peligrosamente. Como si el verdadero interés fuera cómo ser una celebrity.
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