Comienzan los trabajos de apertura de la fosa 112 en la que hay un centenar de restos de fusilados del franquismo.
La dictadura
franquista ejecutó a 2.238 personas en una zona muy cercana al
cementerio de Paterna (Valencia).
La Guerra Civil ya había terminado, pero el régimen continuó hasta 1956 fusilando a cientos de personas que luego eran enterradas en fosas comunes.
Fueron años de miedo y silencio en un pueblo que hoy tiene más de 68.000 habitantes, pero que en los años cuarenta era una pequeña población que no superaba los 6.000.
Un municipio agrario muy vinculado, por su cercanía, apenas cinco kilómetros, a Valencia, cuyo cementerio estaba rodeado por un cuartel militar de grandes extensiones donde los soldados realizaban sus prácticas.
En esos terrenos, concretamente en el lugar conocido como el paredón de España, una antigua galería de tiro, fueron fusiladas personas procedentes de diferentes localidades de la Comunidad Valenciana y del resto de España.
Muchas de esas personas todavía permanecen sin identificar en fosas comunes del cementerio de Paterna.
Es el caso del padre de Desamparados Bayona, de 85 años, de Cullera (Valencia), que el lunes quiso estar presente junto a su hermana Juana en la apertura de la fosa 112.
Iba en silla de ruedas y se protegía del sol con una sombrilla.
Tenía 7 años cuando fusilaron a su padre, Vicente Bayona Ros, de 33 años.
Era concejal de Sanidad y director del hospital de sangre de Cullera.
Su nieta, Desamparados Selfa, que la acompaña, asegura que su abuelo no tenía las manos manchadas de sangre.
“Fue injusto. No los juzgaron como civiles. Ellos no eran militares”, señaló ayer recordando que salvó la vida a unas monjas a las que recomendó que se quitaran el hábito y se pusieran el uniforme de enfermeras.
“Durante el juicio no las dejaron entrar para que declararan a su favor”, comenta.
Carmen Gómez Sanz es la presidenta de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Franquismo de la Fosa Común 112 de Paterna.
Su abuelo, Vicente Gómez, era el alcalde republicano de Tavernes de la Valldigna y presidente del Consejo Municipal durante la guerra.
Tenía 45 años cuando fue fusilado. “Era extraordinario. Salvó muchas vidas y a él no lo pudo salvar nadie”, apunta Gómez.
“Ese fue su delito, luchar por la libertad”, destaca su nieta, que ha lamentado el espectáculo “dantesco” que supone abrir las fosas. “Yacen en ellas personas enterradas como animales y no se merecen eso.
Se merecen una sepultura digna y por eso estamos luchando, por recuperar los cuerpos y llevarlos donde tienen que estar, a sus ciudades, a sus pueblos, con sus familiares”, manifestó.
Los trabajos en la fosa 112 del cementerio municipal de Paterna
empezaron el lunes con la esperanza de encontrar los restos de un
centenar de fusilados del franquismo. Es la octava exhumación que se
realiza en esta localidad apoyada financieramente por la Diputación de
Valencia.
“Estamos intentando devolver la dignidad al país.
Hasta ahora hemos exhumado 250 cuerpos y cuando acabe la legislatura esperamos haber recuperado el 20% de los ejecutados en Paterna”, indicó Rosa Pérez Garijo, diputada de Memoria Histórica de la corporación provincial.
Los arqueólogos siguen las fuentes aportadas por el historiador Vicente Gabarda, el registro del cementerio y los testimonios de las familias localizadas.
“Es un caso único porque todavía viven ocho hijos de los represaliados”, señaló el responsable de la exhumación, Miguel Mezquida, quien ha indicado que los trabajos se prolongarán durante dos meses.
Después, los restos se mandarán para su análisis genético a la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid.
Es el caso de mi Abuelo materno Clemente Ortiz, era Comandante de la República y si estaba en Valencia era porque alli quedaban los restos de la República del Gobierno de Negrin.
Siempre que yo me acercaba a Valencia mi madre me decía que pusiera unas flores en la fosa común dónde estaba mi abuelo, su padre.
ël se creyó lo de no tener las manos manchadas de sangre y pensó que sería así. Un hermano suyo se fue a la URSS y se salvo de una muerte injusta.
Al llegar la Transición mi madre empezó a recabar pruebas por ser su hija, siempre le respondian que no constaba en ninguna parte. Hasta que mi madre sintió miedo y lo dejó. Me dió cartas desde la carcel. Ella tenía 14 años y había huido a Valencia porque Franco estaba en el Norte, y masacraba a todos por "Rojos".
Tengo las cartas , mi madre consideró que yo podría entender tantas cosas desde la Esperanza hasta la Desesperación.
Mi abuelo tuvo un juicio de cinco minutos y lo condenaron a muerte, él en su caso pensó que se la conmutarian por Cadena Perpetúa.
Mi abuela fue a Madrid a pedir Clemencia y mi madre con otra hija de un militar republicano esperó a que salieran en el camión de la muerte, Cuando lo vieron, salieron corriendo las dos llamando a sus padres...."Estamos aquí" no están solos.
Ellos no pudieron verlas pero si oirlas.
Cuando ya estaban ejecutados un soldado dejó que mi Madre limpiara la sangre a su padre y le dió la carta que escribian de despedida manchada de sangre.
Lloré cuando la leí la 1ª vez y aún lloro cuando las leo.
Y por eso ponía flores en la fosa común en Paterna.
Creo que debo continuar lo que mi madre me dijo pero no sé a qien dirigirme...Cuando leo ya vienen a por nosotros y además imagino a mi madre corriendo detrás para decir "papá no estás solo , estoy contigo....y lavarlo que ella posteriormente comenta para identificarlo y después el silencio...a un tio de ella en los interrogatorios le partieron las dos piernas.
!!Que alguien me ayude a encontrar un contacto!!!. Mi madre ya está con él en eso que decimos para no sentir la Nada. Nunca supe después en su vida podía cantar como diría Serrat: Cuando yo era niño y mi madre cantaba......jamás transmitió nada , eso me lo contaron cuando yo, participaba del Movimiento Universitario y me detuvieron por tirar panfletos.....no se quejen los que están por aplicarles el 155. A mi abuelo nunca le dieron otra opción que la muerte.
Si alguien lee esto y de verdad quiere ayudarme que se ponga en contacto.....si me quieres escribir ya sabes mi paradero.....
El paredón de Paterna fue el lugar elegido el pasado año por el líder socialista Pedro Sánchez para avanzar su propuesta de reforma de la ley memoria histórica aprobada en 2007 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
La Guerra Civil ya había terminado, pero el régimen continuó hasta 1956 fusilando a cientos de personas que luego eran enterradas en fosas comunes.
Fueron años de miedo y silencio en un pueblo que hoy tiene más de 68.000 habitantes, pero que en los años cuarenta era una pequeña población que no superaba los 6.000.
Un municipio agrario muy vinculado, por su cercanía, apenas cinco kilómetros, a Valencia, cuyo cementerio estaba rodeado por un cuartel militar de grandes extensiones donde los soldados realizaban sus prácticas.
En esos terrenos, concretamente en el lugar conocido como el paredón de España, una antigua galería de tiro, fueron fusiladas personas procedentes de diferentes localidades de la Comunidad Valenciana y del resto de España.
Muchas de esas personas todavía permanecen sin identificar en fosas comunes del cementerio de Paterna.
Es el caso del padre de Desamparados Bayona, de 85 años, de Cullera (Valencia), que el lunes quiso estar presente junto a su hermana Juana en la apertura de la fosa 112.
Iba en silla de ruedas y se protegía del sol con una sombrilla.
Tenía 7 años cuando fusilaron a su padre, Vicente Bayona Ros, de 33 años.
Era concejal de Sanidad y director del hospital de sangre de Cullera.
Su nieta, Desamparados Selfa, que la acompaña, asegura que su abuelo no tenía las manos manchadas de sangre.
“Fue injusto. No los juzgaron como civiles. Ellos no eran militares”, señaló ayer recordando que salvó la vida a unas monjas a las que recomendó que se quitaran el hábito y se pusieran el uniforme de enfermeras.
“Durante el juicio no las dejaron entrar para que declararan a su favor”, comenta.
Carmen Gómez Sanz es la presidenta de la Asociación de Familiares de las Víctimas del Franquismo de la Fosa Común 112 de Paterna.
Su abuelo, Vicente Gómez, era el alcalde republicano de Tavernes de la Valldigna y presidente del Consejo Municipal durante la guerra.
Tenía 45 años cuando fue fusilado. “Era extraordinario. Salvó muchas vidas y a él no lo pudo salvar nadie”, apunta Gómez.
“Ese fue su delito, luchar por la libertad”, destaca su nieta, que ha lamentado el espectáculo “dantesco” que supone abrir las fosas. “Yacen en ellas personas enterradas como animales y no se merecen eso.
Se merecen una sepultura digna y por eso estamos luchando, por recuperar los cuerpos y llevarlos donde tienen que estar, a sus ciudades, a sus pueblos, con sus familiares”, manifestó.
“Estamos intentando devolver la dignidad al país.
Hasta ahora hemos exhumado 250 cuerpos y cuando acabe la legislatura esperamos haber recuperado el 20% de los ejecutados en Paterna”, indicó Rosa Pérez Garijo, diputada de Memoria Histórica de la corporación provincial.
Los arqueólogos siguen las fuentes aportadas por el historiador Vicente Gabarda, el registro del cementerio y los testimonios de las familias localizadas.
“Es un caso único porque todavía viven ocho hijos de los represaliados”, señaló el responsable de la exhumación, Miguel Mezquida, quien ha indicado que los trabajos se prolongarán durante dos meses.
Después, los restos se mandarán para su análisis genético a la Escuela de Medicina Legal y Forense de la Universidad Complutense de Madrid.
Es el caso de mi Abuelo materno Clemente Ortiz, era Comandante de la República y si estaba en Valencia era porque alli quedaban los restos de la República del Gobierno de Negrin.
Siempre que yo me acercaba a Valencia mi madre me decía que pusiera unas flores en la fosa común dónde estaba mi abuelo, su padre.
ël se creyó lo de no tener las manos manchadas de sangre y pensó que sería así. Un hermano suyo se fue a la URSS y se salvo de una muerte injusta.
Al llegar la Transición mi madre empezó a recabar pruebas por ser su hija, siempre le respondian que no constaba en ninguna parte. Hasta que mi madre sintió miedo y lo dejó. Me dió cartas desde la carcel. Ella tenía 14 años y había huido a Valencia porque Franco estaba en el Norte, y masacraba a todos por "Rojos".
Tengo las cartas , mi madre consideró que yo podría entender tantas cosas desde la Esperanza hasta la Desesperación.
Mi abuelo tuvo un juicio de cinco minutos y lo condenaron a muerte, él en su caso pensó que se la conmutarian por Cadena Perpetúa.
Mi abuela fue a Madrid a pedir Clemencia y mi madre con otra hija de un militar republicano esperó a que salieran en el camión de la muerte, Cuando lo vieron, salieron corriendo las dos llamando a sus padres...."Estamos aquí" no están solos.
Ellos no pudieron verlas pero si oirlas.
Cuando ya estaban ejecutados un soldado dejó que mi Madre limpiara la sangre a su padre y le dió la carta que escribian de despedida manchada de sangre.
Lloré cuando la leí la 1ª vez y aún lloro cuando las leo.
Y por eso ponía flores en la fosa común en Paterna.
Creo que debo continuar lo que mi madre me dijo pero no sé a qien dirigirme...Cuando leo ya vienen a por nosotros y además imagino a mi madre corriendo detrás para decir "papá no estás solo , estoy contigo....y lavarlo que ella posteriormente comenta para identificarlo y después el silencio...a un tio de ella en los interrogatorios le partieron las dos piernas.
!!Que alguien me ayude a encontrar un contacto!!!. Mi madre ya está con él en eso que decimos para no sentir la Nada. Nunca supe después en su vida podía cantar como diría Serrat: Cuando yo era niño y mi madre cantaba......jamás transmitió nada , eso me lo contaron cuando yo, participaba del Movimiento Universitario y me detuvieron por tirar panfletos.....no se quejen los que están por aplicarles el 155. A mi abuelo nunca le dieron otra opción que la muerte.
Si alguien lee esto y de verdad quiere ayudarme que se ponga en contacto.....si me quieres escribir ya sabes mi paradero.....
El paredón de Paterna fue el lugar elegido el pasado año por el líder socialista Pedro Sánchez para avanzar su propuesta de reforma de la ley memoria histórica aprobada en 2007 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
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