El libro 'Corazón rebelde' reivindica la carrera discográfica de la malagueña como icono pop.
Y uno de ellos es el musical. Que también fue más allá del estribillo de 'Tómbola'.
Paradójicamente, ningún libro se había detenido a analizar esa carrera discográfica.
La bibliografía de la artista ha buceado con detalle en su vida, su relación con la gran pantalla y su trascendencia como mito.
«Pero musicalmente nadie había revisado su trayectoria para reivindicarla como una artista que se atrevió a cantarlo todo», explica el escritor y ensayista Luis García Gil que, tras dedicarle las letras de sus anteriores libros a Serrat, Aute o Sabina, publica 'Marisol -Pepa Flores.
Corazón rebelde', un repaso por la historia sonora de la que considera un icono pop de la canción.
En este apartado discográfico también existen los clichés. Como citar una y otra vez el popular tema 'Corazón contento', la canción compuesta por Palito Ortega que la cantante malagueña grabó en 1968 con un éxito incontestable.
Digno silencio
Marisol y Serrat tuvieron algo más que amistad y la relación dejó «tocada» a la cantante y actriz, aunque Luis García Gil deja esos detalles para los biógrafos. Prefiere analizar a Pepa Flores sin meterse en «cotilleos», pero usando su vida para entender su evolución artística. Una metamorfosis musical y personal que también sirve para explicar la propia metamorfosis de una España que mudó la piel de la dictadura por la democracia.Un proceso en la que la malagueña cambió su propia marca, Pepa Flores en lugar de Marisol, la mujer con ideas propias en lugar de la niña prodigio creada por el productor Manuel Goyanes.
Mientras que sus películas han envejecido, «la música es lo más rescatable de la trayectoria de Marisol»
El éxito discográfico no fue solo en
España, sino que también grabó en italiano y editó sus discos en Estados
Unidos, Japón y, por supuesto, Latinoamérica. «Trascendió fronteras»,
asegura el autor de este ensayo que, no obstante, reconoce que su
proyección musical fue incompleta: «España se le quedó pequeña como
cantante, pero no llegó a dar el definitivo salto internacional por sus
otras actividades». Eso sí, García Gil considera que, de haber nacido en
Francia, «hoy estaríamos hablando de un icono de la canción europea,
porque siempre fue una mujer cosmopolita».
«De hecho, Pepa Flores representa un andaluza nueva, fresca y sonora que además tiene conciencia de mujer», señala el escritor que añade que una de las espinitas musicales de la malagueña fue precisamente que nunca llegó a grabar un disco exclusivamente flamenco.
Y no lo hizo, entre otras cosas, por su temprana retirada. Después de superar a Marisol, Pepa Flores también se fue a negro y se transformó en Pepa.
Las razones fueron muchas. Desde la soledad con la que se crió aquella niña prodigio a la difícil convivencia con el monstruo de la fama, pasando por la «caña» que le daban en la transición por elegir la senda de la izquierda y el comunismo.
«Su silencio es una conquista personal cargado de dignidad», sostiene Luis García Gil que recuerda que la artista abdicó incluso de los derechos de su carrera musical para conseguir desligarse de la discográfica Zafiro. «Renunció a todo por su libertad».
Se dijo que cuando Serrat la dejó se intentó suicidar pero apareció Antonio Gades que años más tarde la dejó por una mujer. Pepa Flores se retiró a Málaga y su historiA de canto y cine se acabó y vive alejada de todos los medios y le han ofrecido mucho dinero, pero cuantan que llegó a Málaga pesando oco más de 40 Kilos y unos enormes ojos de tanto llorar.
Cuando Gades estuvo ya cerca de la muerte ella lo vió. Ahora vive de forma tranquila con un compañero y parece que ahora si está tranquila.
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