El cantante, que triunfa con una gira por España, explica cómo lucha con su paranoia: se imagina siempre un desastre a la vuelta de la esquina.
Cuando era niño, Pablo López
(Fuengirola, Málaga, 1984) veía las noticias y pensaba que le iba a
pasar una de aquellas desgracias: un terremoto, el incendio de un
edificio, un accidente...
Desde entonces, el cantante convive acorralado por un miedo que le impide disfrutar del momento.
Pero se ha acostumbrado.
"Quizá el haber crecido sin padre me ha generado ciertos miedos. Vivo en continua alerta.
Y la verdad es que convivo mejor en situaciones complicadas", confiesa el músico.
Lo cierto es que actualmente todo lo que le pasa es positivo: su nuevo disco, Camino, fuego y libertad, es de los más vendidos en España y su gira, de más de 50 conciertos, se cuenta a lleno cada noche.
Su padre se fue de casa cuando usted era solo un bebé de cinco meses. ¿Fue duro crecer sin un referente paterno? Como yo era un bebé no era consciente de las consecuencias que podría tener en mi forma de ser.
La niñez nos marca a todos de una forma u otra.
Pero yo he tenido una infancia súper feliz y esa ausencia ha sido siempre mitigada con humor, como se hace siempre en mi familia. Mi padre nunca me causó ningún trauma, cuando estaba con él estaba siempre bien. [Su padre falleció en 2014].
¿Cómo lo llevaba su madre? Mi madre lo ha llevado perfectamente.
Hemos tenido a mis abuelos, a las hermanas de mi padre… Por supuesto que no será la mejor manera de tirar para adelante porque ella ha tenido que luchar sola.
Trabajaba como recepcionista de hotel en turnos de 9-10 horas y mis abuelos se encargaban de nosotros [él y su hermano mayor, el DJ Luigii López] cuando ella no estaba.
También estábamos en un colegio donde nos tenían todo el día entretenidos.
Quizá por eso empecé a tocar.
Esos ratos me dieron mucho para meterme con el piano.
En el cole tenía un piano y me emocionó mucho verlo.
Después le pedí uno a mi madre, pero como no había dinero me compró una guitarra.
Este instrumento se convirtió en un juguete para mí.
No hay mejor cosa que un niño que tiene como único juguete un instrumento de música.
Desde entonces, el cantante convive acorralado por un miedo que le impide disfrutar del momento.
Pero se ha acostumbrado.
"Quizá el haber crecido sin padre me ha generado ciertos miedos. Vivo en continua alerta.
Y la verdad es que convivo mejor en situaciones complicadas", confiesa el músico.
Lo cierto es que actualmente todo lo que le pasa es positivo: su nuevo disco, Camino, fuego y libertad, es de los más vendidos en España y su gira, de más de 50 conciertos, se cuenta a lleno cada noche.
Su padre se fue de casa cuando usted era solo un bebé de cinco meses. ¿Fue duro crecer sin un referente paterno? Como yo era un bebé no era consciente de las consecuencias que podría tener en mi forma de ser.
La niñez nos marca a todos de una forma u otra.
Pero yo he tenido una infancia súper feliz y esa ausencia ha sido siempre mitigada con humor, como se hace siempre en mi familia. Mi padre nunca me causó ningún trauma, cuando estaba con él estaba siempre bien. [Su padre falleció en 2014].
¿Cómo lo llevaba su madre? Mi madre lo ha llevado perfectamente.
Hemos tenido a mis abuelos, a las hermanas de mi padre… Por supuesto que no será la mejor manera de tirar para adelante porque ella ha tenido que luchar sola.
Trabajaba como recepcionista de hotel en turnos de 9-10 horas y mis abuelos se encargaban de nosotros [él y su hermano mayor, el DJ Luigii López] cuando ella no estaba.
También estábamos en un colegio donde nos tenían todo el día entretenidos.
Quizá por eso empecé a tocar.
Esos ratos me dieron mucho para meterme con el piano.
En el cole tenía un piano y me emocionó mucho verlo.
Después le pedí uno a mi madre, pero como no había dinero me compró una guitarra.
Este instrumento se convirtió en un juguete para mí.
No hay mejor cosa que un niño que tiene como único juguete un instrumento de música.
Cuando era niño, Pablo López
(Fuengirola, Málaga, 1984) veía las noticias y pensaba que le iba a
pasar una de aquellas desgracias: un terremoto, el incendio de un
edificio, un accidente...
Desde entonces, el cantante convive acorralado por un miedo que le impide disfrutar del momento.
Pero se ha acostumbrado.
"Quizá el haber crecido sin padre me ha generado ciertos miedos. Vivo en continua alerta.
Y la verdad es que convivo mejor en situaciones complicadas", confiesa el músico.
Lo cierto es que actualmente todo lo que le pasa es positivo: su nuevo disco, Camino, fuego y libertad, es de los más vendidos en España y su gira, de más de 50 conciertos, se cuenta a lleno cada noche.
Su padre se fue de casa cuando usted era solo un bebé de cinco meses. ¿Fue duro crecer sin un referente paterno? Como yo era un bebé no era consciente de las consecuencias que podría tener en mi forma de ser. La niñez nos marca a todos de una forma u otra. Pero yo he tenido una infancia súper feliz y esa ausencia ha sido siempre mitigada con humor, como se hace siempre en mi familia. Mi padre nunca me causó ningún trauma, cuando estaba con él estaba siempre bien. [Su padre falleció en 2014].
¿Cómo lo llevaba su madre? Mi madre lo ha llevado
perfectamente. Hemos tenido a mis abuelos, a las hermanas de mi padre…
Por supuesto que no será la mejor manera de tirar para adelante porque
ella ha tenido que luchar sola. Trabajaba como recepcionista de hotel en
turnos de 9-10 horas y mis abuelos se encargaban de nosotros [él y su
hermano mayor, el DJ Luigii López]
cuando ella no estaba. También estábamos en un colegio donde nos tenían
todo el día entretenidos. Quizá por eso empecé a tocar. Esos ratos me
dieron mucho para meterme con el piano. En el cole tenía un piano y me
emocionó mucho verlo.
Después le pedí uno a mi madre, pero como no había dinero me compró una guitarra.
Este instrumento se convirtió en un juguete para mí.
No hay mejor cosa que un niño que tiene como único juguete un instrumento de música.
¿Usted no se planteaba por qué su padre no estaba en casa? No y nadie me vino a decir "tu padre es un cabrón" ni nada así.
Cuando él venía a casa jugaba y me llevaba a comer por ahí. Era una risa constante y él era muy culto e inteligente.
Trabajaba en el mismo hotel que mi madre y después como agente inmobiliario.
Y vendía más que nadie.
Ha dicho varias veces que vive acorralado por el miedo, que, por ejemplo, si va en un ascensor piensa que se va a caer ¿Cree que tiene algo que ver con su infancia? Quizá el haber crecido sin padre hace que no esté cómodo cuando todo va bien.
Si todo el local donde actúo está lleno, las canciones van bien… es cuando pienso:
"Ahora voy a recibir una llamada diciendo que todo se ha ido al traste".
Convivo mejor en situaciones complicadas. De hecho, ahora mismo todo va bien y estoy alerta esperando que algo pase.
Da la impresión de que en los diez años que han pasado desde que entró en Operación Triunfo es usted otro.
Su estilo ha cambiado mucho. Sí, yo creo que la aceptación de la personalidad, que me vino con 26-27 años, justo después de OT, cuando empecé a hacer mis propias canciones, trajo consigo el vestirme acorde con cómo era yo realmente.
Desde que canto lo que soy y escribo lo que soy también visto lo que soy.
Es una forma de expresarme. Digamos que la sinergia con Springfield [es la imagen masculina de la marca; la femenina es la actriz Macarena García] en este caso vino de eso, que la campaña es Sé tú.
Y eso es de puta madre.
Curiosamente, con mi primer sueldo como pianista de un restaurante lo primero que me compré fue un pantalón de Springfield.
¿Qué prenda es la que más le define? Una cazadora vaquera con una camiseta básica debajo.
¿Siente que ha mostrado más que nunca su intimidad en este disco, Camino, fuego y libertad?
Sí, es cierto que la introspección ha sido fuerte.
Tanto que se ha dado la vuelta y ahora puede ser propiedad de todo el mundo.
Cuando uno habla quitándose todas las capas de la piel, que ya no es ni malagueño ni músico ni hombre, sino un ser humano desnudo como cualquier otro, hablas de cosas que realmente nos afectan a todos, como son los miedos.
Usted está muy unido a David Bustamante y a Antonio Orozco.
Los tres quedan a comer, para tocar... Estos últimos meses no han sido
los mejores personalmente hablando para ninguno de los tres.
Desde entonces, el cantante convive acorralado por un miedo que le impide disfrutar del momento.
Pero se ha acostumbrado.
"Quizá el haber crecido sin padre me ha generado ciertos miedos. Vivo en continua alerta.
Y la verdad es que convivo mejor en situaciones complicadas", confiesa el músico.
Lo cierto es que actualmente todo lo que le pasa es positivo: su nuevo disco, Camino, fuego y libertad, es de los más vendidos en España y su gira, de más de 50 conciertos, se cuenta a lleno cada noche.
Su padre se fue de casa cuando usted era solo un bebé de cinco meses. ¿Fue duro crecer sin un referente paterno? Como yo era un bebé no era consciente de las consecuencias que podría tener en mi forma de ser. La niñez nos marca a todos de una forma u otra. Pero yo he tenido una infancia súper feliz y esa ausencia ha sido siempre mitigada con humor, como se hace siempre en mi familia. Mi padre nunca me causó ningún trauma, cuando estaba con él estaba siempre bien. [Su padre falleció en 2014].
Después le pedí uno a mi madre, pero como no había dinero me compró una guitarra.
Este instrumento se convirtió en un juguete para mí.
No hay mejor cosa que un niño que tiene como único juguete un instrumento de música.
¿Usted no se planteaba por qué su padre no estaba en casa? No y nadie me vino a decir "tu padre es un cabrón" ni nada así.
Cuando él venía a casa jugaba y me llevaba a comer por ahí. Era una risa constante y él era muy culto e inteligente.
Trabajaba en el mismo hotel que mi madre y después como agente inmobiliario.
Y vendía más que nadie.
Ha dicho varias veces que vive acorralado por el miedo, que, por ejemplo, si va en un ascensor piensa que se va a caer ¿Cree que tiene algo que ver con su infancia? Quizá el haber crecido sin padre hace que no esté cómodo cuando todo va bien.
Si todo el local donde actúo está lleno, las canciones van bien… es cuando pienso:
"Ahora voy a recibir una llamada diciendo que todo se ha ido al traste".
Convivo mejor en situaciones complicadas. De hecho, ahora mismo todo va bien y estoy alerta esperando que algo pase.
Da la impresión de que en los diez años que han pasado desde que entró en Operación Triunfo es usted otro.
Su estilo ha cambiado mucho. Sí, yo creo que la aceptación de la personalidad, que me vino con 26-27 años, justo después de OT, cuando empecé a hacer mis propias canciones, trajo consigo el vestirme acorde con cómo era yo realmente.
Desde que canto lo que soy y escribo lo que soy también visto lo que soy.
Es una forma de expresarme. Digamos que la sinergia con Springfield [es la imagen masculina de la marca; la femenina es la actriz Macarena García] en este caso vino de eso, que la campaña es Sé tú.
Y eso es de puta madre.
Curiosamente, con mi primer sueldo como pianista de un restaurante lo primero que me compré fue un pantalón de Springfield.
¿Qué prenda es la que más le define? Una cazadora vaquera con una camiseta básica debajo.
¿Siente que ha mostrado más que nunca su intimidad en este disco, Camino, fuego y libertad?
Sí, es cierto que la introspección ha sido fuerte.
Tanto que se ha dado la vuelta y ahora puede ser propiedad de todo el mundo.
Cuando uno habla quitándose todas las capas de la piel, que ya no es ni malagueño ni músico ni hombre, sino un ser humano desnudo como cualquier otro, hablas de cosas que realmente nos afectan a todos, como son los miedos.
Orozco
perdió a la madre de su hijo, Bustamante se ha divorciado de Paula
Echevarría y usted acaba de separarse después de once años de relación
[salía con la farmacéutica Laura Devesa]. ¿Cómo llevan sus respectivos
dramas? Te juro que no lo había pensado, no me había dado
cuenta de este hecho. Siendo grandes amigos como somos y teniendo una
gran confianza, te prometo que muy pocas veces hemos tratado estas
situaciones.
¿Es compatible la vida del músico con una relación estable? ¿Fama y fidelidad son buenas compañeras?
No lo sé.
Mi relación es con la música y no te lo digo por exagerar.
Yo no tengo ningún tipo de compromiso contractual con nadie y te lo digo de corazón.
Pues la prensa del corazón asegura que tiene nueva novia [Claudia Nieto, hija del periodista de Telemadrid Julio Nieto]. No, no.
Lo dicen con todo el respeto del mundo y yo tengo mucho respeto hacia la prensa.
Estas noticias lo que provocan es que yo me divierto muchísimo.
El amor, aunque sea el más profundo, no tiene por qué estar acompañado de una relación contractual.
Es mi forma de verlo. Yo no tengo ningún compromiso, de verdad.
¿Y se ve teniendo una familia en un futuro? El futuro, como no existe, yo no lo veo para nada.
Tengo muchísimo amor, pero no creo en ninguna relación contractual.
Ni la tuve ni la tendré.
Yo puedo pasar 200 días con una persona, pero eso no quiere decir que hayamos puesto sobre la mesa nada.
¿Qué le viene a la mente cuando alguien dice: “Sé un hombre”? Tengo un problema con esa expresión porque me parece bastante machista.
Yo sé que se dice como una masculinidad, pero confío poco en el concepto de hombre y no se me viene nada a la cabeza.
Nunca me han dicho esta expresión.
¿Y qué entiende por virilidad? Creo que está mal conceptuada. Existe, pero yo la vería como un concepto más animal.
Yo creo que nos hace débiles a los hombres, es contraproducente. Creo que carecer de ella es una de las grandes ventajas que tiene la mujer como ser superior que es.
Es una de las cosas que más en evidencia nos pone al lado de un ser casi perfecto como es la mujer.
¿Qué es lo más cobarde que puede hacer un hombre? Engañar, ser hipócrita.
Odio la hipocresía de una manera tremenda.
No la mentira, no el embauque, que no me importa.
La hipocresía es lo que realmente me impacta. No la soporto.
¿Tiene algún método o acude a algún especialista para luchar contra ello? Tengo a mi hermano Luis, que es mi súper poder.
Y sobre todo tengo un ejercicio que estoy haciendo últimamente que es duro y trata de aceptarme tal y como soy e intentar no usar el autoengaño.
Hay que saber la realidad, aceptarla y tirar para adelante.
¿Cuánto de sexo, drogas y rock and roll tiene la vida del músico? La vida en general está llena de sexo, drogas y rock and roll.
Pues son los músicos los que se llevan todo el mérito. Sí, pero es injusto porque si me vieran por un agujerito la verdad es que se sorprenderían.
Nunca he sido fiestero, de salir hasta las tantas.
Si es verdad que habiendo instrumentos en una casa o en un hotel yo puedo estar tres días sin dormir, si hace falta.
Esa, la música, es mi verdadera droga.
Y casi el sexo viene derivado de la música.
Yo tengo todo representado en un piano: es toda la droga que me puedo meter y me la meto bastante.
Mi relación es con la música y no te lo digo por exagerar.
Yo no tengo ningún tipo de compromiso contractual con nadie y te lo digo de corazón.
Pues la prensa del corazón asegura que tiene nueva novia [Claudia Nieto, hija del periodista de Telemadrid Julio Nieto]. No, no.
Lo dicen con todo el respeto del mundo y yo tengo mucho respeto hacia la prensa.
Estas noticias lo que provocan es que yo me divierto muchísimo.
El amor, aunque sea el más profundo, no tiene por qué estar acompañado de una relación contractual.
Es mi forma de verlo. Yo no tengo ningún compromiso, de verdad.
¿Y se ve teniendo una familia en un futuro? El futuro, como no existe, yo no lo veo para nada.
Tengo muchísimo amor, pero no creo en ninguna relación contractual.
Ni la tuve ni la tendré.
Yo puedo pasar 200 días con una persona, pero eso no quiere decir que hayamos puesto sobre la mesa nada.
¿Qué le viene a la mente cuando alguien dice: “Sé un hombre”? Tengo un problema con esa expresión porque me parece bastante machista.
Yo sé que se dice como una masculinidad, pero confío poco en el concepto de hombre y no se me viene nada a la cabeza.
Nunca me han dicho esta expresión.
¿Y qué entiende por virilidad? Creo que está mal conceptuada. Existe, pero yo la vería como un concepto más animal.
Yo creo que nos hace débiles a los hombres, es contraproducente. Creo que carecer de ella es una de las grandes ventajas que tiene la mujer como ser superior que es.
Es una de las cosas que más en evidencia nos pone al lado de un ser casi perfecto como es la mujer.
¿Qué es lo más cobarde que puede hacer un hombre? Engañar, ser hipócrita.
Odio la hipocresía de una manera tremenda.
No la mentira, no el embauque, que no me importa.
La hipocresía es lo que realmente me impacta. No la soporto.
¿Tiene algún método o acude a algún especialista para luchar contra ello? Tengo a mi hermano Luis, que es mi súper poder.
Y sobre todo tengo un ejercicio que estoy haciendo últimamente que es duro y trata de aceptarme tal y como soy e intentar no usar el autoengaño.
Hay que saber la realidad, aceptarla y tirar para adelante.
¿Cuánto de sexo, drogas y rock and roll tiene la vida del músico? La vida en general está llena de sexo, drogas y rock and roll.
Pues son los músicos los que se llevan todo el mérito. Sí, pero es injusto porque si me vieran por un agujerito la verdad es que se sorprenderían.
Nunca he sido fiestero, de salir hasta las tantas.
Si es verdad que habiendo instrumentos en una casa o en un hotel yo puedo estar tres días sin dormir, si hace falta.
Esa, la música, es mi verdadera droga.
Y casi el sexo viene derivado de la música.
Yo tengo todo representado en un piano: es toda la droga que me puedo meter y me la meto bastante.
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