Se llama Bled, está en Eslovenia y la red social se ha rendido ante su belleza.
Ya acumula más de 370.000 publicaciones.
El 40% de los millennials reconoce que elige sus vacaciones en función de lo bonitas que vayan a lucir en redes sociales y, según un reciente estudio publicado por Booking, el 32% de los viajeros de todo el mundo busca un alojamiento atractivo que pueda compartir en sus perfiles generando un buen número de likes.
En este escenario en el que la fotogenia del destino cotiza al alza, Bled tiene todas las papeletas para arrasar en número de visitantes.
El pueblo de Bled, a orillas del homónimo lago glaciar en Eslovenia y junto a los Alpes Julianos, es un sospechoso habitual en las listas de pueblos más bonitos de Europa.
Este lugar que parece recién salido de un cuento, con su iglesia, su castillo y sus casitas, es también uno de los favoritos de Instagram.
Bajo el hashtag #Bled se acumulan más de 370.000 publicaciones y pocos son los viajeros que visitan la capital del país, Liubliana, y se resisten a recorrer los 50 kilómetros que la separan de este enclave de ensueño (está a cuatro horas en coche de Viena, dato a tener en cuenta para quienes visiten Austria).
Desde el Castillo de Bled, situado en un pronunciado risco, se puede disfrutar de la vista favorita de los turistas: el pequeño centro del pueblo en mitad del lago.
Los más profesionales no dudan en llevarse un dron para disparar espectaculares imágenes que se viralizan en la red social y entran a formar parte de las cuentas de inspiración viajera con mayor número de seguidores.
Además de hacer fotos, los visitantes pueden disfrutar de su dulce típico, un pastel de crema llamado Kremšnita, y de un enclave repleto de frondosos bosques.
No hay comentarios:
Publicar un comentario