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6 jun 2018

El astronauta que pensaba que ser ministro era una broma


Pedro Duque, que ha viajado al espacio en dos ocasiones, es un activo defensor de la ciencia y un látigo de la pseudociencia.

El astronauta Pedro Duque, tras su regreso a la Tierra el 28 de octubre de 2003, en Arkalyk (Kazajistán).
El astronauta Pedro Duque, tras su regreso a la Tierra el 28 de octubre de 2003, en Arkalyk (Kazajistán).
“¡Hala! ¡Salgo ministro en la porra de un prestigioso diario!”, tuiteó el astronauta español Pedro Duque el 3 de noviembre de 2016.
 Se refería a una noticia falsa de la publicación satírica El Mundo Today, que lo situaba como ministro de Asuntos Exteriores. 
Hoy, la broma se ha hecho realidad.
 El nuevo presidente del Gobierno, el socialista Pedro Sánchez, ha nombrado a Pedro Duque nuevo ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.
Duque, nacido en Madrid en 1963, es una de las caras más conocidas de la ciencia española.
 El 29 de octubre de 1998, despegó de Cabo Cañaveral a bordo del transbordador Discovery y permaneció nueve días en el espacio, como responsable de una treintena de experimentos científicos, relacionados con temas como el crecimiento de plantas y el envejecimiento humano fuera del planeta Tierra.
 Ocho millones de españoles siguieron en directo su primera aventura espacial.
 En 2003, Duque volvió al espacio, a bordo de una nave rusa Soyuz, y pasó 10 días en la Estación Espacial Internacional, a unos 400 kilómetros de altura.
 
El madrileño acabó ingeniería aeronáutica en 1986 en la Universidad Politécnica de Madrid, con matrícula de honor.
 En 1992, fue seleccionado por la Agencia Espacial Europea como astronauta.
 Duque se había presentado a las pruebas tras ver el anuncio en un periódico.
 Desde entonces, ha recibido multitud de galardones, como la Orden de la Amistad entregada por el presidente ruso Boris Yeltsin en 1995 y el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional en 1999.
Duque es un activo defensor del compromiso con la ciencia. 
“Si continuamos no invirtiendo en el futuro, se hundirá el país para siempre”, proclamó en 2013, durante las mayores movilizaciones de científicos contra los recortes del Gobierno de Mariano Rajoy. 
También es un crítico durísimo de las pseudociencias.
 “Por mucho que la industria de la homeopatía consiga, con no sabemos qué artes, que la Unión Europea o los gobiernos la amparen, eso no cambia nada.
 No funciona. No hace nada.
 Al menos nadie nos obliga a pagarles las chuches esas que venden”, tuiteó el 28 de abril.
El astronauta también conoce bien la vertiente industrial de la ciencia.
 En 2006 pidió una excedencia a la Agencia Espacial Europea para ser presidente ejecutivo de la empresa Deimos Imaging, que el 29 de julio de 2009 envió al espacio el primer satélite español de observación de la Tierra, el Deimos-1.
"Creo obvio que la educación primaria, la universitaria y la promoción de la ciencia son inversiones porque se pueden esperar de ellas rendimientos futuros", ha escrito Duque
“Creo obvio que la educación primaria, la universitaria, la promoción de la ciencia y la de la tecnología son inversiones porque se pueden esperar razonablemente de ellas rendimientos futuros.
 Veo con mucha preocupación que se trate estas partidas como si fueran gastos”, escribió en 2012 en una carta abierta en EL PAÍS.
“Una escuela de calidad es la garantía de que los mejores talentos se desarrollarán y producirán una generación de científicos y tecnólogos dentro de 10 o 20 años.
 La Universidad accesible a todos, según sus méritos y su esfuerzo, asegura la continuidad de este proceso para dentro de cinco o 10 años.
 Y las inversiones en fomento de la ciencia y la tecnología promocionan la conversión de todo ese talento en innovación que revertirá en nuevos productos, patentes, servicios y, en general, en sólida exportación en plazos aún más cortos”, reflexionaba entonces el hoy ministro de Ciencia, Innovación y Universidades.

 

 

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