Los chavales no lo han hecho adrede, pero lo cierto es que han dejado al presentador Carlos Sobera y al camarero Matías Roure con un palmo de narices.
El monumental feo se ha producido cuando David, quien ha llegado al restaurante definiéndose como un "seductor", ha visto a Penélope.
La chica, quien ha manifestado sus tremendas inseguridades con su físico —y sus dientes—, ha deslumbrado sin embargo al chaval, que ha perdido la noción de la realidad:
"Bueno, como todo hombre si ve a una mujer bien guapa como es ella pues me hubiera fijado", ha reconocido David.
- David. Hola, me llamo David.Y no ha hecho falta más para que el mundo se detuviese.
- Penélope. Yo Penélope.
- David. Soy de Burgos.
En ese momento, los chavales han comenzado a ignorar de manera descarada a Sobera y a Matías quienes, visiblemente indignados, han empezado a vacilarles:
- Matías. Carlos, ahora mismo no existimos.Mientras, los tortolitos seguían a lo suyo: "Muy guapa vienes", se escuchaba decir a David.
- Sobera. No.
- Matías. En absoluto.
- Sobera. Han pasado de nosotros, no existimos.
En ese momento, el presentador de First Dates comienza a jugar junto a Matías con unos limones, como prueba irrefutable de que la pareja pasaba (pero mucho) de ellos.
En un momento determinado. la pareja sale de su éxtasis inicial y, sorprendido, reparan en Sobera y Matías que, ni cortos ni perezosos, profundizan en su vacile:
- Sobera. Ah, estaban aquí. No les vimos.
- Matías. Hola, chicos, cómo están.
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