Considerada la 'mamma' de la moda italiana, a lo largo de su historia el talento y las adicciones han ido siempre de la mano.

Tras su muerte, el diseñador dejó un vacío en la compañía, que él mismo había fundado 20 años antes, que su hermana menor, la piccola Donatella trató de llenar, con más miedos y traspiés que certezas, como ha confesado después en diversas entrevistas.
Para entonces el negocio familiar ya había llegado a lo más alto.
Acaparaba las portadas de las revistas de moda más prestigiosas, sus productos se agotaban en un tiempo récord y les llovían los premios.
En aquel momento Donatella tuvo que salir del segundo plano.
Dejó de ser la mano derecha y musa del gran Gianni – él creó el perfume Blonde y la línea Versus en honor a ella – y pasó a ser la esencia del concepto Versace.
Poco más de un año después de la desaparición del modisto, en 1998, la eterna rubia platino organizó su primer desfile de Atelier Versace en el Hotel Ritz de Paris. Desde entonces lleva veinte años reinventándose a sí misma, empezando de cero una y otra vez, superando todo tipo de altibajos y reescribiendo la historia de una casa que es sinónimo de éxito y poder; un himno a la provocación, la sensualidad, la opulencia y la extravagancia.
Y también un imperio que vale mil millones de dólares.

Pero el proceso por el que pasó hasta encontrar su voz propia en el mundo de la moda no fue un camino de rosas. Las adicciones y la inestabilidad la acompañaron durante casi veinte años.
Ella misma ha confesado en varias ocasiones que al principio comenzó a coquetear con las drogas por diversión hasta que la dependencia se apoderó de su vida.
El soporte de sus amigos fue fundamental en esos momentos.
El cantante Elton John fue quien atajó la situación y la envió en un avión privado directa a una clínica de desintoxicación en Arizona, Estados Unidos, donde pasó unas semanas hasta recuperarse.
En aquel momento, la marca habló de una “cura de reposo”, pero más tarde ella misma confesó su situación y recientemente lo ha vuelto a confirmar en varias entrevistas.
Cuando terminó el proceso de recuperación, retomó con éxito el mando de la casa.
El premio Icono de Moda del British Fashion Council en 2017 la consagró como uno de los mitos vivientes del mundo de la alta costura.
Y ese mismo año demostró su pulso con un desfile épico en la Semana de la Moda de Milán, con un homenaje a Gianni en el vigésimo aniversario de su muerte.
Para ello juntó sobre la pasarela a las mejores top de los años noventa como Claudia Schiffer, Cindy Crawford, Naomi Campbell, Carla Bruni y Helena Christensen, sus musas en su época más memorable.
Donatella creció en Italia, junto al mar, en Calabria y de pequeña llevó una vida tranquila y sosegada.
Pero la moda, parte vital del ADN de la familia, ya corría por sus venas desde sus orígenes.
Su madre era costurera y sus hijos crecieron viendo cómo las clientas se probaban los diseños en su taller.
La diseñadora se casó con el modelo estadounidense Paul Beck en 1983 y tuvo con él a sus dos únicos hijos: a Allegra, en 1986 -a quien su tío Gianni dejó como heredera de la mitad de su imperio- y a Daniel, que nació en 1991. Poco después de la muerte de su hermano Gianni, Donatella y Beck pusieron fin a su matrimonio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario