Esta alteración visual genera visión doble y afecta, por distintas causas, a una parte significativa de la población.
Elisa Durán Sosa ya no puede coser desde que sufrió un ictus en julio de 2015.
A pesar del infarto cerebral, del que hoy está bastante recuperada, la afección que le impide hacer su actividad favorita se llama diplopía.
"Cada vez que intento ponerme a coser tengo que parar porque veo doble". Hace un gesto con la mano indicando que zigzaguea y que no puede hacer una costura recta.
"Es como cuando de pequeños nos poníamos bizcos", compara.
"La diplopía es una patología muy molesta y repercute en todas las actividades de la vida del que la padece", asegura el Jefe de servicio de Oftalmología del Hospital de Fuenlabrada (Madrid),
Nicolás Toledano.
"No se sabe qué porcentaje de la población puede estar afectada pero se sabe que hay patologías que generan esta alteración que son muy frecuentes.
Por ejemplo, las cataratas afectan hasta a un 20% de la población", argumenta Toledano.
A día de hoy, no existen estudios sobre el alcance que tiene esta alteración visual en el conjunto de la población.
A pequeña escala, en la consulta del doctor Toledano el 20% de los pacientes que padecen de estrabismo también sufren algún tipo de diplopía.
Durán prueba unos prismas diseñados especialmente para ella con el objetivo de corregir su visión doble.
"La última vez que vine me los pusieron, me di una vuelta por el hospital con ellos y me fueron muy bien", apunta.
Ella tiene un tipo de diplopía que afecta a los músculos del ojo en determinadas posturas de la visión.
Por ejemplo, no puede girar los ojos hacia abajo a la izquierda ni hacia la izquierda.
"Para mirar si viene el autobús, tengo que girar todo el cuerpo. Me he buscado la maña", explica.
Existen dos tipos de diplopía: la monocular y la binocular. El doctor Toledano señala que, mientras la monocular afecta directamente a la estructura del ojo, la binocular es consecuencia de un daño cerebral.
Tras el ictus, los músculos del ojo de Durán resultaron afectados, hasta tal punto que, asegura, al principio veía como las moscas.
"Imaginaos a un paciente con diplopía solo cuando mira hacia arriba, pues le dificulta conducir porque no puede ver el espejo retrovisor.
Es muy invalidante para los deportes con pelota.
En personas mayores cuando miran hacia arriba o hacia abajo, les dificulta bajar o subir las escaleras", explica Toledano.
No obstante, hay diplopías que tienen un fácil tratamiento.
A veces es tan sencillo como tapar el ojo que duplica la visión.
En otras hay que ir más allá.
"Primero probamos con el prisma, si no funciona pasamos a las inyecciones de bótox y, si todo esto falla, optamos por la cirugía", desgrana el oftalmólogo.
En otras ocasiones, la visión doble es pasajera.
Toledano pone el ejemplo del deporte de alto nivel:
"Por aquí han pasado futbolistas, jugadores de baloncesto y de otras disciplinas que han sufrido traumatismos craneoencefálicos y veían doble a causa de ello".
Aunque por secreto profesional no desvela nombres.
Solo se atreve a decir que algunos son "muy conocidos".
A pesar del infarto cerebral, del que hoy está bastante recuperada, la afección que le impide hacer su actividad favorita se llama diplopía.
"Cada vez que intento ponerme a coser tengo que parar porque veo doble". Hace un gesto con la mano indicando que zigzaguea y que no puede hacer una costura recta.
"Es como cuando de pequeños nos poníamos bizcos", compara.
"No se sabe qué porcentaje de la población puede estar afectada pero se sabe que hay patologías que generan esta alteración que son muy frecuentes.
Por ejemplo, las cataratas afectan hasta a un 20% de la población", argumenta Toledano.
A día de hoy, no existen estudios sobre el alcance que tiene esta alteración visual en el conjunto de la población.
A pequeña escala, en la consulta del doctor Toledano el 20% de los pacientes que padecen de estrabismo también sufren algún tipo de diplopía.
Durán prueba unos prismas diseñados especialmente para ella con el objetivo de corregir su visión doble.
"La última vez que vine me los pusieron, me di una vuelta por el hospital con ellos y me fueron muy bien", apunta.
Ella tiene un tipo de diplopía que afecta a los músculos del ojo en determinadas posturas de la visión.
Por ejemplo, no puede girar los ojos hacia abajo a la izquierda ni hacia la izquierda.
"Para mirar si viene el autobús, tengo que girar todo el cuerpo. Me he buscado la maña", explica.
Existen dos tipos de diplopía: la monocular y la binocular. El doctor Toledano señala que, mientras la monocular afecta directamente a la estructura del ojo, la binocular es consecuencia de un daño cerebral.
Tras el ictus, los músculos del ojo de Durán resultaron afectados, hasta tal punto que, asegura, al principio veía como las moscas.
"Imaginaos a un paciente con diplopía solo cuando mira hacia arriba, pues le dificulta conducir porque no puede ver el espejo retrovisor.
Es muy invalidante para los deportes con pelota.
En personas mayores cuando miran hacia arriba o hacia abajo, les dificulta bajar o subir las escaleras", explica Toledano.
No obstante, hay diplopías que tienen un fácil tratamiento.
A veces es tan sencillo como tapar el ojo que duplica la visión.
En otras hay que ir más allá.
"Primero probamos con el prisma, si no funciona pasamos a las inyecciones de bótox y, si todo esto falla, optamos por la cirugía", desgrana el oftalmólogo.
En otras ocasiones, la visión doble es pasajera.
Toledano pone el ejemplo del deporte de alto nivel:
"Por aquí han pasado futbolistas, jugadores de baloncesto y de otras disciplinas que han sufrido traumatismos craneoencefálicos y veían doble a causa de ello".
Aunque por secreto profesional no desvela nombres.
Solo se atreve a decir que algunos son "muy conocidos".
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