Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
15 abr 2018
25 años sin Anabel Segura
El
secuestro y posterior asesinato de la vecina de Alcobendas trajo en
jaque a la policía madrileña durante meses hasta que detuvieron a los
autores.
FOTO:
Emilio Muñoz, a la entrada de la Audiencia Provincial de Toledo. |
VÍDEO: Declaraciones del asesino confeso de la joven a la salida de
prisión.EFEAtlas-Quality
El jueves 15 de abril de 1993 una pequeña columna en la
primera página de la sección de Madrid este periódico alertaba de uno de
los crímenes que más alarma social han generado en las últimas décadas. Una vecina de Alcobendas,Anabel Segura, de tan solo 22 años,
había sido secuestrada tres días antes en el barrio residencial de lujo
de la Moraleja. Dos hombres la sujetaron cuando iba corriendo por esta
zona de chalés y la introdujeron en una furgoneta.
Detrás de este secuestro y posterior asesinato estuvieron el
transportista Emilio Muñoz Guadix y el fontanero Cándido Ortiz Añón, El
Candi. Ambos fueron los que acudieron a La Moraleja con la única
intención de secuestrar a una persona adinerada y obtener así unos
beneficios rápidos tras exigir un rescate por su liberación, según
confirmaron los jueces en las sentencias condenatorias.
El autor material del secuestro fue Emilio. Se encargó de
amenazar con una navaja a la joven, que iba vestida con ropa deportiva. El hombre esgrimió una navaja y la obligó a subir a la furgoneta.
Mientras, El Candi se quedó en el volante. Durante las seis horas
posteriores, estuvieron vagando con la chica en el interior del vehículo
por carreteras de Madrid, Segovia y Ávila.
Anabel Segura.efe
La impericia de estos criminales les hizo quedarse sin
gasolina. El Candi cogió una garrafa y acudió a una gasolinera. Ambos
decidieron llevar a la joven a las ruinas de una antigua fábrica de
ladrillos en el término municipal de Numancia de la Sagra (Toledo). Esta
se encontraba a tan solo un kilómetro del domicilio de Emilio, que
residía en el municipio toledano de Pantoja. Pasaba todos los días por
delante de estas ruinas. La policía hizo una intensa búsqueda. Hubo manifestaciones
en Alcobendas y peticiones a los secuestradores para que liberaran a la
joven. Los agentes de la Policía Judicial rastrearon centenares de
pistas para poder localizarla. La mujer de Emilio, Felisa García,
conocida como la churrera de Pantoja, simuló la voz de Anabel y enviaron
una cinta en la que la falsa secuestrada aseguraba que estaba bien. Los
agentes desconfiaron desde el primer momento y el análisis de la
grabación permitió llegar hasta los autores. El cuerpo fue localizado el
29 de septiembre de 1995. Los jueces de la Audiencia Provincial de Toledo condenaron a
los dos captores a 39 años y dos meses de prisión. Consideraron que,
cuando Anabel ya estaba en la fábrica, decidieron ahorcarla. Temieron
que alguien les hubiera visto secuestrarla y que les pudiera reconocer. Antes de bajarla del vehículo, la ataron de pies y manos y le taparon la
boca con una cinta adhesiva. La víctima se encontraba completamente
desprotegida, por lo que se les aplicó la agravante de alevosía en el
crimen. Lo que no aceptaron los jueces fue el delito de secuestro,
que lo transformaron en detención ilegal. La joven ya estaba fallecida
cuando los captores solicitaron el rescate a la familia. La mujer de
Emilio fue condenada a seis meses de cárcel por los delitos de
encubrimiento y por imitar la voz de Anabel. Los magistrados del Tribunal Supremo aumentaron en cuatro años y cuatro meses
las condenas a los dos principales culpables. Entendieron que sí
existía la agravante de exigencia de un rescate en el delito de
detención ilegal. También incrementó la condena para Felisa hasta los
dos años y cuatro meses por la misma circunstancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario