El hilo, que narra un juicio real de la Escocia victoriana, ha sido el primero de una serie de relatos históricos sobre mujeres homosexuales.
Eran comienzos del siglo XIX, concretamente 1811.
En Edimburgo una
"señora de bien" enviaba a su nieta a un internado en el que conviviría
solo con niñas y profesoras.
Un día la niña le contó que dos de sus
maestras dormían juntas y "movían la cama mientras respiraban muy
fuerte".
Es el comienzo de una historia real de la Escocia victoriana
que la malagueña Cristina Domenech ha popularizado en Twitter.
Desde su publicación el pasado día 7 de marzo, ha superado los 5.000
retuits, y su autora ha pasado de poco más de 100 seguidores a más
15.000.
En el hilo [puedes leerlo al completo en la parte inferior de este
artículo], Domenech cuenta el surrealista juicio de las profesoras
Marianne Woods y Jane Pirie contra Helen Cumming, la abuela de la niña.
Esta contó a las madres de otras alumnas lo que su nieta había escuchado en los dormitorios, lo que provocó que retiraran a las niñas del internado.
Así que las maestras la denunciaron por calumnias.
"Encontré un breve pasaje en un libro que contaba la historia de estas dos señoras, me interesó mucho y busqué más información sobre ella", cuenta la autora a Verne.
"Prometí a unas amigas que la contaría por Twitter, y este ha sido el resultado".
Un tabú utilizado como ventaja
En el juicio, según narra Domenech en el hilo, Woods y Pirie jugaban con una ventaja: en la época victoriana, el lesbianismo no es que estuviera mal visto, es que, para los más puritanos, no existía.
Este escándalo surgió en un momento en el que la sociedad mejor educada no asumía la posibilidad de que dos mujeres tuvieran relaciones sexuales, tal y como señala el periódico escocés The Scotsman.
"Hasta finales del siglo XIX la palabra lesbiana no se utilizaría para referirse a otra cosa que no sea la isla griega de Lesbos o una variedad de vino", dice el reportaje sobre este caso.
Así que las maestras defendieron su relación en el juicio como si se tratase de una purísima y profunda amistad.
En el hilo, Domenech recoge algunas de las pruebas que los abogados de Woods y Pirie utilizaron en su defensa: cartas en las que se declaraban "cariño sincero y ardiente" o una biblia con una dedicatoria amorosa que Pirie había regalado a Woods.
Domenech incluye frases literales del jurado durante el juicio, que hoy en día resultan hilarantes:
"Creo que estas damas son culpables de lo que se las acusa tanto como lo creo de mi propia esposa", o "si estas dos mujeres son culpables de algo, ¿dónde hay una mujer inocente en toda Escocia? Si sus señorías la conocen, yo desde luego no".
En el hilo, la autora explica que existe la transcripción del juicio, aunque es difícil de conseguir.
"Para documentarme, utilicé de fuente Scotch Veredict, de Lillian Faderman, un libro dedicado solo a este caso", explica a Verne. Finalmente, la pareja de profesoras ganó el juicio, y la abuela que había contado lo que las docentes hacían en la cama tuvo que indemnizarlas.
El primero de muchos hilos
Debido a su interés –tanto personal como académico– por la época victoriana y sus referentes lésbicos y bisexuales, Cristina Domenech conocía más historias sorprendentes protagonizadas por lesbianas.
Así que decidió contarlas: desde la publicación de su relato sobre Woods y Pirie, Domenech ha publicado más hilos similares con el hashtag #SeñorasQueSeEmpotraronHacemucho.
"He estudiado Literatura Inglesa y me he interesado por buscar referentes culturales e históricos de lesbianas y bisexuales, así que me conozco un montón de historias de este estilo", cuenta Domenech, que actualmente está investigando para su tesis doctoral.
"Tengo una lista de anécdotas que podrían encajar en la temática de los hilos, así que voy seleccionado y, antes de escribirlos, dedico una tarde a comprobar fechas y datos".
Los que va publicando los recopila en un moment de Twitter, en el que encontrarás historias como estas:
El mismo día que Domenech publicó su hilo, el tuitero Ramón Martínez –también filólogo especializado en diversidad sexual y de género– comenzó a publicar historias similares con hombres homosexuales como protagonistas, y recopiladas con el hashtag #MariconesDeAntaño.
También están recopilados en un moment:
Esta contó a las madres de otras alumnas lo que su nieta había escuchado en los dormitorios, lo que provocó que retiraran a las niñas del internado.
Así que las maestras la denunciaron por calumnias.
"Encontré un breve pasaje en un libro que contaba la historia de estas dos señoras, me interesó mucho y busqué más información sobre ella", cuenta la autora a Verne.
"Prometí a unas amigas que la contaría por Twitter, y este ha sido el resultado".
Un tabú utilizado como ventaja
En el juicio, según narra Domenech en el hilo, Woods y Pirie jugaban con una ventaja: en la época victoriana, el lesbianismo no es que estuviera mal visto, es que, para los más puritanos, no existía.
Este escándalo surgió en un momento en el que la sociedad mejor educada no asumía la posibilidad de que dos mujeres tuvieran relaciones sexuales, tal y como señala el periódico escocés The Scotsman.
"Hasta finales del siglo XIX la palabra lesbiana no se utilizaría para referirse a otra cosa que no sea la isla griega de Lesbos o una variedad de vino", dice el reportaje sobre este caso.
Así que las maestras defendieron su relación en el juicio como si se tratase de una purísima y profunda amistad.
En el hilo, Domenech recoge algunas de las pruebas que los abogados de Woods y Pirie utilizaron en su defensa: cartas en las que se declaraban "cariño sincero y ardiente" o una biblia con una dedicatoria amorosa que Pirie había regalado a Woods.
Domenech incluye frases literales del jurado durante el juicio, que hoy en día resultan hilarantes:
"Creo que estas damas son culpables de lo que se las acusa tanto como lo creo de mi propia esposa", o "si estas dos mujeres son culpables de algo, ¿dónde hay una mujer inocente en toda Escocia? Si sus señorías la conocen, yo desde luego no".
En el hilo, la autora explica que existe la transcripción del juicio, aunque es difícil de conseguir.
"Para documentarme, utilicé de fuente Scotch Veredict, de Lillian Faderman, un libro dedicado solo a este caso", explica a Verne. Finalmente, la pareja de profesoras ganó el juicio, y la abuela que había contado lo que las docentes hacían en la cama tuvo que indemnizarlas.
El primero de muchos hilos
Debido a su interés –tanto personal como académico– por la época victoriana y sus referentes lésbicos y bisexuales, Cristina Domenech conocía más historias sorprendentes protagonizadas por lesbianas.
Así que decidió contarlas: desde la publicación de su relato sobre Woods y Pirie, Domenech ha publicado más hilos similares con el hashtag #SeñorasQueSeEmpotraronHacemucho.
"He estudiado Literatura Inglesa y me he interesado por buscar referentes culturales e históricos de lesbianas y bisexuales, así que me conozco un montón de historias de este estilo", cuenta Domenech, que actualmente está investigando para su tesis doctoral.
"Tengo una lista de anécdotas que podrían encajar en la temática de los hilos, así que voy seleccionado y, antes de escribirlos, dedico una tarde a comprobar fechas y datos".
Los que va publicando los recopila en un moment de Twitter, en el que encontrarás historias como estas:
El mismo día que Domenech publicó su hilo, el tuitero Ramón Martínez –también filólogo especializado en diversidad sexual y de género– comenzó a publicar historias similares con hombres homosexuales como protagonistas, y recopiladas con el hashtag #MariconesDeAntaño.
También están recopilados en un moment:
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