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Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
25 mar 2018
La foto que disparó las especulaciones en Marruecos
La prensa marroquí se resiste a abordar la ausencia de la princesa Lalla Salma.
Al caer la noche del martes 27 de febrero en Marruecos se
conoció una noticia importante. La agencia oficial de noticias MAP
informaba de que el rey Mohamed VI, “al que Dios asista”, acababa de
superar en la clínica parisina Ambroise Paré una operación de corazón a causa de una arritmia cardiaca. Para ilustrar la noticia aparecía una fotografía. En ella se veía al
monarca sonriente en su cama acompañado de sus tres hermanas, las
princesas Hasna, Mariam y Asma, de su hermano, Mulay Rachid, y de sus
dos hijos, el heredero Mulay Hassan, de 15 años, y la princesa Lalla Jadiya, de 1. Faltaba en la imagen su esposa, la princesa Lalla Salma, de 39 años. Hasta aquí, los hechos. Pero la foto disparó los rumores sobre las supuestas malas relaciones de la pareja.
Lalla
Salma apareció el 22 de noviembre de 2017, en Marrakech, durante unas
jornadas contra el cáncer, en su calidad de presidenta de una fundación
que lucha contra esta enfermedad. Poco después, el 12 de diciembre
presidió en el museo Mohamed VI, de Rabat, el homenaje al pintor Mohamed
Amine Demnati (1942-1971). Desde entonces, nada se supo de ella hasta
que apareció la fotografía del rey en Francia. Tras la información oficial sobre la operación quirúrgica de Mohamed VI,
decenas de personas, y entre ellos varios periodistas extranjeros,
empezaron a recibir mensajes en sus correos electrónicos en los que se
criticaba de forma anónima la ausencia de la princesa en París. “Lalla
Salma ha rehusado exponerse al frío glacial de la villa de la Luz y ha
preferido permanecer en Marrakech y pasearse por sus calles soleadas”,
señalaba el anónimo. El mensaje indicaba que Lalla Salma había sido
vista en la conocida plaza de Yemaa el Fnaa y en otros lugares de
Marrakech donde se hizo “selfies” para “conseguir likes en las redes sociales”. “Lalla Salma”, concluía el texto “parece finalmente más obnubilada por mantener su imagen de glamour que por el deber natural de velar en la mesilla de cama de su marido”.
Mohamed
VI en el hospital de París en el que le operaron de problemas
cardiacos, rodeado de sus hermanos e hijos, pero sin su esposa.MAP
El contenido de ese correo era el mismo que publicaba un sitio digital, Le Crapouillot Marocain,
casi desconocido en Marruecos. Tres días después, el mismo medio, con
una presencia irrelevante en la sociedad marroquí, volvía a criticar a
Lalla Salma bajo el título: La engañosa 'actitud cool' de una princesa”. Se decía ahí que
Salma muestra desprecio en su manera de hablar a los demás, que tiene un
carácter “colérico y agresivo”, con “grandes dosis de narcisismo”, un
“ego desmesurado” y “una preocupación desproporcionada” por su imagen. El mismo medio señalaba, sin ninguna firma que avalase el artículo, que
la princesa discutía con los miembros de la familia real, con el entorno
del soberano y con el personal que tiene a su servicio, “a pesar de las
llamadas al orden recurrentes de su esposo”.
Desde España, El Confidencial apuntó el 5 de marzo que Mohamed VI ajustaba cuentas con su esposa a través de la prensa. El 13 de marzo, La Vanguardia titulaba: “Divorcio a la vista en Marruecos”. Ocho días después la revista ¡Hola!
aseguró que el monarca y la princesa se habían divorciado. Lo publicó
el miércoles 21 de marzo, día en que se cumplió el 16º aniversario del
matrimonio. Sin embargo, el Palacio Real no emitió ningún comunicado al
respecto. En Marruecos, ninguno de los medios escritos en árabe, que
son los que mayor tirada tienen, abordó el tema. Pero el director del
sitio digital LeDesk, Ali Amar, escribió un artículo titulado
“La ausencia de Lalla Salma, tema tabú para la prensa marroquí”. Amar
lamentaba “el miedo” de los periodistas “en un contexto cada vez más
difícil para la libertad de prensa, donde la autocensura, largamente
practicada, se ha convertido en una norma aceptada”. Hasta el casamiento de Mohamed VI
con Lalla Salma, en 2002, ninguna esposa del rey había sido presentada
en público y ninguna recibió el título de princesa. Salma Bennani
ofrecía una imagen sin precedentes entre las esposas de los reyes
marroquíes: fue primera de su promoción en estudios de ingeniería
informática. Es hija de un profesor universitario y quedó huérfana de
madre a los tres años. Nació en Fez, pero se crió en Rabat. Cursó el
bachillerato en la rama de ciencias en el Liceo Hassan II, un instituto
público de la capital, continuó sus estudios de matemáticas en otro
centro público, el Liceo Mulay Yussef. En 1997 ingresó en la Escuela
Nacional Superior de Informática y Arquitectura de Sistemas (ENSIAS),
donde terminaría sus estudios tres años después.
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