"Lo que más odio me despertaba era la certeza de saber que a ella no le va a pasar nada", escribe el hombre, en una misiva dirigida al programa 'Espejo Público'.
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Sin embargo, el funcionario asegura que el caso del pequeño Gabriel le ha superado, "quizás por tener hijos en edades similares", y que ha vuelto a tumbarse "boca abajo en la cama y llorar... llorar yo solo".
"Quizás lo que más miedo me daba, lo que más odio me despertaba era la certeza de saber que a ella no le va a pasar nada", afirma el hombre, antes de resaltar que "si tuviera que defenderla no dudaría ni un solo segundo en poner mi vida en peligro para salvar la de Ana Julia".
"Quizá esa es la diferencia entre ella y yo", sentencia.
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