El músico presenta ‘Mediterráneo da capo’, una gira en torno a su obra maestra que durará 14 meses por España y América.
Si le preguntan a Joan Manuel Serrat
cómo es su patria, le contestará que está menos compuesta de tierra y
más de agua.
No enseñó este jueves en Madrid su pasaporte.
Pero ahí donde cada uno debemos indicar la nacionalidad, en el suyo seguro que consta un lugar: mediterráneo.
Así se siente y se reconoce a los 74 años, cuando está a punto de embarcarse en una gira de 14 meses con ese disco magistral como eje.
Mediterráneo de capo, la ha llamado.
Es decir, una vuelta al origen que dará comienzo el 22 de abril en Roquetas de Mar y terminará en junio de 2019 por Latinoamérica.
La presentación versó sobre su vuelta al origen musical –el disco grabado en 1971- y un tema de nunca acabar, como el que arrastra Cataluña haciendo jirones a quienes como él, no se muestran partidarios de la independencia.
“Esto no se ha terminado. La feria continúa.
Si lees la prensa, cada día encuentras una sorpresa: un día no hay ningún presidente, al siguiente surgen dos.
Siguen mareando la perdiz, pero se van a marear ellos porque no acaban de reconocer dónde está la salida”.
Es la típica frase que le costará ipso facto cientos de tuits insultantes.
Pero no provocarán su silencio.
Tampoco sus ganas de seguir adelante, aunque sus palabras acarreen consecuencias:
“Si me preguntan por qué presento esta gira en Madrid, es porque aquí me han invitado.
Y diré más. También en Madrid actuaré antes que en Barcelona porque al parecer, allí, no había fechas disponibles para un espacio –será en el Auditori Forum, finalmente- hasta diciembre”.
Es decir, muy sutilmente, Serrat, símbolo vivo de la nova canço,
aparte de otras muchas cosas, vino a insinuar que le toca hacer cola en
su ciudad de origen.
No enseñó este jueves en Madrid su pasaporte.
Pero ahí donde cada uno debemos indicar la nacionalidad, en el suyo seguro que consta un lugar: mediterráneo.
Así se siente y se reconoce a los 74 años, cuando está a punto de embarcarse en una gira de 14 meses con ese disco magistral como eje.
Mediterráneo de capo, la ha llamado.
Es decir, una vuelta al origen que dará comienzo el 22 de abril en Roquetas de Mar y terminará en junio de 2019 por Latinoamérica.
La presentación versó sobre su vuelta al origen musical –el disco grabado en 1971- y un tema de nunca acabar, como el que arrastra Cataluña haciendo jirones a quienes como él, no se muestran partidarios de la independencia.
“Esto no se ha terminado. La feria continúa.
Si lees la prensa, cada día encuentras una sorpresa: un día no hay ningún presidente, al siguiente surgen dos.
Siguen mareando la perdiz, pero se van a marear ellos porque no acaban de reconocer dónde está la salida”.
Es la típica frase que le costará ipso facto cientos de tuits insultantes.
Pero no provocarán su silencio.
Tampoco sus ganas de seguir adelante, aunque sus palabras acarreen consecuencias:
“Si me preguntan por qué presento esta gira en Madrid, es porque aquí me han invitado.
Y diré más. También en Madrid actuaré antes que en Barcelona porque al parecer, allí, no había fechas disponibles para un espacio –será en el Auditori Forum, finalmente- hasta diciembre”.
Madrid y el tiempo
“En Madrid actuaré antes que en Barcelona porque al parecer, allí, no había fechas disponibles para un espacio hasta diciembre”
Barcelona servirá de cierre a este primer bloque
de la gira.
Se dividirá en tres. Dos entre abril y diciembre de 2018 con
España, Argentina, Chile y Uruguay y otro final por el resto de América
entre enero y junio del año próximo
“Será muy larga, pero haremos descansos, entre otras cosas porque quiero ver a mis nietos y me gusta que mi mujer me reconozca al volver”.
A los 74 años, el tiempo apremia.“Por eso he querido hacer una gira cuando se cumplen 47 años de la aparición de ese disco.
Es un número redondo… A mí me lo parece.
No he querido esperar a que se celebren los 50 años, entre otras cosas, porque no sé si entonces tendré fuerzas para apagar las velas”.
Es una de las obras cumbres de la música popular en español. Sus diez temas componen el eje:
“Además, habrá sorpresas…”. No quiso desvelar más.
Entre otras cosas, porque aun prepara los detalles:
“Será un trabajo en evolución”, anuncia.
Pero esencial en su caso.
Es así como se define: “En una época de fronteras, yo me siento mediterráneo.
Pero también, ese lugar, es gloria y miseria.
Hay que cantar a aquellas personas que se juegan la vida por cruzarlo”
Serrat respondió solo y paseándose entre los presentes a todas las preguntas que se le quisieron hacer en la sala de columnas del Círculo de Bellas Artes.
La gira compitió con el procés.
El artista no anduvo nada esquivo: “El presidente del parlamento tiene que viajar a Bruselas para hablar con quién dicen que se considera presidente a sí mismo.
Es todo un disparate. El independentismo existió, existe y existirá. No se ha terminado.
Ahora cada uno disputa su cuota de clientela.
Unos dicen a la investidura de Puigdemont, ya veremos, y otros no están dispuestos a renunciar en este callejón sin salida”.
Preguntado por Tabarnia, la ha calificado de "performance muy del estilo de su honorable presidente", Albert Boadella.
"Es un acto satírico que está en su forma de entender el teatro: la dramaturgia está en la vida, él la saca a la calle y hace este espectáculo", ha señalado.
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