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1 feb 2018

Por qué dicen feminismo cuando quieren decir postureo

Coordinado por Isabel Valdés

La Academia de Cine vende una gala de los Goya reivindicativa, pero está dirigida, producida, realizada, guionizada y presentada por hombres.

Por qué dicen feminismo cuando quieren decir postureo
Getty Images

 

La alfombra roja y la gala de los Premios Goya del año pasado no dieron mucho de sí: un bordado en un chal (Más personajes femeninos, se leía), las palabras de Candela Peña, un apunte de Ana Belén en su discurso y la breve incursión de Dani Rovira, subido a unos tacones rojos, sobre los porcentajes de mujeres en el cine español, fue lo más feminista que se pudo sacar. Poca cosa.
Pero es que la explosión mediática, a veces viral, del feminismo, no había llegado. 
El #MeToo no existía, no se sabía nada de Harvey Weinstein y no había empezado la lista de despidos, relevos y renuncias de nombres que no hace falta meter en Google para saber quiénes son (excepto Trump, de él por aquel entonces ya sabíamos bastante). Este año sí.
 Y ya sea por convicción o por obligación, los grandes eventos incluyen el feminismo en sus guiones.
 Unos lo integran desde el convencimiento, y otros, como resumieron bien este pasado 31 de enero los presentadores de los premios de este año, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, se "suben al carro".
"Este año la mujer tiene mucho protagonismo, lamentablemente en algunos casos por los abusos, por lo que habrá mucha presencia femenina en la gala;
 es una inquietud que nos ha trasladado la Academia y será uno de los temas de los monólogos", dijo Reyes durante una rueda de prensa.
 Subirse al carro, dice otra Academia (la de la lengua), es aprovechar una situación favorable para sacar partido de ella.
 No es la mejor de las fórmulas para acercarse a esta lucha; pero incluso así, si sirviese para calar, convencer y sumar, bienvenida sería.
 Pero más que convicción, parece una cuestión de forma y no de fondo.
Esa "inquietud" de la Academia a la que Reyes hizo alusión no se refleja en el esqueleto de una noche totalmente copada por ellos: director, productor, realizador, guionistas y presentadores son hombres.
 Tampoco en las cifras.
 En 2017, la gala cerró con 28 estatuillas para ellos, y siete para ellas; y, según el último informe de CIMA (la Asociación Española de Mujeres Cineastas), la distribución de profesionales del sector cinematográfico es de un 26% de mujeres y un 74% de hombres.
 Cuca Escribano en los Goya 2017.
Cuca Escribano en los Goya 2017. AP
En 2018, 113 candidaturas: en ellas hay 35 mujeres y 102 hombres, sin contar con las categorías exclusivas de género (mejor actriz y actor protagonistas, revelación y reparto), son 90 hombres y 23 mujeres. 
Y en los 32 años de historia de los Goya ha habido 50 presentadores, 20 mujeres, y solo en seis ocasiones lo ha presentado una actriz, sola: Eva Hache, dos veces, Rosa María Sardá, tres veces, y una Antonia San Juan.
 El resto, 14 ediciones, lo han hecho junto a hombres.

Esa misma Academia recuerda, insistente, que dos de las cinco películas que optan al galardón principal están dirigidas por mujeres (La librería de Isabel Coixet y Verano 1993 de Carla Simón), que tres de las cinco películas candidatas al premio principal tienen como protagonista un personaje femenino, y que tres de las cuatro candidatas a mejor película iberoamericana tienen directora.
No es ningún favor, y no debería parecer un enorme y consolidado avance; por el momento, solo es un año inusualmente femenino. Los habrá que vuelvan a esa frase que salta de vez en cuando: "¿Qué más queréis?".
 Pues... 
Así de repente, algunas cosas: la misma confianza por parte de las productoras, las mismas oportunidades, los mismos sueldos, el mismo respeto, el mismo número de mujeres en distintos ámbitos. Igualdad.
 Contante y sonante, que los discursos pueden estar bien, pero la historia y el estómago no se alimentan de buenas intenciones.
 

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