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1 feb 2018

Detenido en Benidorm tras confesar que mató a su madre en Valladolid y lo grabó en vídeo

El sospechoso fue arrestado en un hotel tras hallarse una nota donde anunciaba su sucidio.

 
La concentración este mediodía en la Plaza Mayor de Valladolid.  
La concentración este mediodía en la Plaza Mayor de Valladolid. EFE
Una nota de suicidio abandonada en el vestíbulo del hotel más alto de Benidorm (Alicante) ha destapado un supuesto crimen registrado a más de 600 kilómetros, en la calle Federico Landrove de Valladolid. 
El suicida, César F.M., de 37 años, ha sido detenido por la Policía Nacional como presunto autor de la muerte de su madre y pasará mañana a disposición judicial. 
Los agentes lo arrestaron a mediodía de este miércoles en el hotel Bali, después de que les confesara de forma espontánea que había asesinado a su progenitora y lo había grabado en vídeo, según fuentes de la investigación.
El cadáver de Sacramento M.T., de 71 años, fue localizado en su domicilio ayer, poco después de la confesión, por otro de sus hijos y una patrulla de la comisaría vallisoletana de Delicias. 
El cuerpo no presentaba heridas por arma blancas o de fuego, pero si signos de estrangulamiento que deberán ser analizados por los forenses.

Tras confirmar la verosimilitud de su testimonio, el presunto parricida fue detenido en ese momento por la policía de Benidorm, y trasladado después en ambulancia hasta la unidad de Psiquiatría del Hospital de Villajoyosa.
 Los médicos le dieron de alta, por lo que pasará mañana jueves a disposición del juzgado de guardia de Benidorm.
 
César F.M. llegó al hotel Bali y se alojó en una habitación individual minutos después de la medianoche del miércoles. 
A la mañana siguiente, una empleada de la limpieza encontró un papel cerca de la recepción.
 En ella, alguien había escrito en letras mayúsculas: “Por favor, no me ayuden. Quiero morir”.
El mensaje estaba escrito en una cuartilla con membrete de la Cruz Roja de Valladolid. 
El personal del hotel consultó el listado de clientes y localizó al presunto suicida.
 Varios trabajadores acudieron de inmediato a su habitación y le convencieron para que les acompañara a la recepción.
 Querían impedir que se arrojara al vacío desde una ventana o un balcón.
Una vez en el entrada, el personal del establecimiento llamó al teléfono de Emergencias de la Generalitat Valenciana, el 112, que avisó a una ambulancia y a la Policía Nacional.
 Según las fuentes consultadas por este periódico, los agentes encontraron en la habitación del detenido una caja repleta de píldoras y cápsulas, así como varias botellas de alcohol. 
También hallaron otra nota donde el presunto parricida solicitaba que su teléfono móvil fuera “custodiado” y entregado después a dos familiares.
Un policía llamó a un primo del presunto parricida y éste le contó que César F.M. había intentado quitarse la vida en otras ocasiones mediante la ingesta de pastillas. 
En el transcurso de ésta y otras llamadas telefónicas, el sospechoso confesó a bocajarro y de forma espontánea el parricidio.
 Dijo que había matado a su madre en Valladolid porque tenía “muchos problemas” y ella ya estaba “cansada” de aguantarlo. Según su propio testimonio, le suministró unos productos opiáceos para dormirla, le metió algodones en la boca y la asfixió con una almohada, mientras lo grababa todo en un vídeo.

Agentes del Grupo de Homicidios de la Policía Nacional de Valladolid se han hecho cargo de la investigación y el presunto parricida comparecerá mañana en el juzgado de guardia de Benidorm.
 Este mismo jueves, medio centenar de personas se ha congregado en la Plaza Mayor de Valladolid convocado por la Coordinadora de Mujeres para condenar este crimen.



 

 

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