El diseñador, uno de los favoritos, de la familia del Rey, ha dado el salto a la televisión pero sin olvidar su trabajo en su famoso atelier.
Mábel Galaz
Pero resulta evidente que sus conexiones con la familia real le han permitido, si cabe, ganar más popularidad y prestigio.
De Caprile son los primeros trajes que doña Letizia lució siendo princesa, de él es también el traje de novia de Cristina de Borbón y muchos de los espectaculares diseños que ha llevado la infanta Elena en su época de mayor esplendor.
El modista llegó a los salones del palacio de La Zarzuela de la mano de la infanta Cristina, compañera de estudios de las hermanas de Caprile.
Ahora Caprile se dispone a vivir otra etapa de repunte de popularidad como jurado de Maestros de la Costura, el programa que el lunes estrenó TVE, en el que ejerce de jurado con látigo e ironía en sus críticas a los aprendices.
Caprile se formó entre el Fashion Institute of Technology de Nueva York y el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia. Además, es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de esta misma ciudad italiana.
Su apellido, de origen italiano, no es fruto de una acción de marketing para abrirse puertas en una industria un tanto artificial, sino por sus padres que son de Italia
En una entrevista con este periódico recordaba que unos bocetos del vestuario de una ópera que, de niño, llamaron su atención fueron determinantes en su vocación: “Me inicié en el mundo de la moda a través del dibujo, que es la peor manera de empezar en esta profesión”.
Considera que la moda española goza de una salud estupenda: “El grupo Inditex ha cambiado todas las normas del juego, y Puig, Tous o Pronovias… Todas ellas son colosos de la moda y son españolas”, afirma, “y eso que no he mencionado la zapatería, que también es maravillosa”.
Y, ¿la moda de autor? Tuerce el gesto: “Ahí estamos como siempre”, se queja.
“Hace tiempo que [los diseñadores] contrajeron una enfermedad: acostumbrarse a que hicieran lo que hicieran les iban a alabar en todos los sitios.
Eso no vale. Así no se esfuerzan y sin esfuerzo no hay evolución ni crecimiento”, opina.
El primero que hizo fue para la empresaria Carla Royo-Villanova. Sus trabajos están confeccionando con minuciosidad artesana.
Su trabajo de modista lo compagina con la de figurinista teatral. Caprile comenzó a crear vestuarios para obras y películas en 2005. Su trabajo en la Compañía Nacional de Teatro Clásico le ha reportado varios galardones como el Ceres de Teatro 2013 o el premio Ciudad de Alcalá de las Artes y las Letras 2014, el español también ha llevado sus creaciones a Hollywood.
En la película El Lobo de Wall Street (Martin Scorsese), la actriz Margot Robbie, quien interpretaba a la mujer de Leonardo DiCaprio, llevó un vestido nupcial que confeccionó Caprile.
Hace tres años publicó el libro De qué hablamos cuando hablamos de Estilo (Editorial Temas de Hoy); un volumen en el que las anécdotas personales se alternan con referencias de moda o consejos para vestir mejor.
“Escribo sobre la manera en la que trabajo a la vez que asesoro. Las etapas de mi carrera son el hilo conductor; una manera de hilvanar los entresijos del negocio y las sugerencias”, dice.
Hace unos días ha recibido la medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes en 2016 que precisamente le entregó la reina Letizia. Con un gran afán de superarse reconoce que recuerda más "los trajes que salieron mal" que aquellos que fueron un éxito.
Confiesa que duerme con un cuaderno en su mesilla por si se le ocurre alguna idea en medio de la noche.
O que le llena de orgullo que todavía haya clientas que le pidan un diseño similar al que le hizo a la reina Letizia para la boda de Federico de Dinamarca y Mary Donaldson.
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