Ya en 1755 un gran terremoto con epicentro en la costa de Lisboa provocó un tsunami que afectó duramente a ciudades como Cádiz y Huelva.
Varios estudios indican que más de 2.000 personas perdieron la vida en España por las olas de 15 metros que provocó el terremoto portugués.
Todavía se siguen encontrando depósitos marinos a kilómetros de la costa gaditana que evidencian las consecuencias letales de aquel tsunami.
Aunque por entonces no existía un sistema de medición de los terremotos como el que tenemos ahora, los sismógrafos indican que aquel seísmo de 1755 pudo tener una magnitud de hasta 8,5 grados.
Las zonas con mayor riesgo
Un tsunami es una serie de olas procedentes del océano que envía grandes oleadas de agua que pueden llegar a alcanzar los 30,5 metros de altitud.Al golpear la costa, estos muros de agua pueden causar verdaderos estragos.
La mayoría de tsumanis se originan después de producirse un terremoto.
Aunque en España no se producen fuertes terremotos con frecuencia, lo cierto es que sí existen varias zonas sísmicas debido a la influencia de las placas tecnónicas europea y africana.
El Cinturón de Fuego
Cuando hablamos de tsunamis a muchos se nos viene a la cabeza las imágenes de la devastadora ola gigante que destrozó parte de la costa tailandesa en 2004.Fue un fuerte terremoto el que ocasionó por entonces una sucesión de tsunamis que se llevaron por delante la vida de casi 500.000 personas.
La mayoría de maremotos se producen en el Océano Pacífico, dentro del llamado Cinturón de Fuego, en donde se concentran algunas de las zonas de subducción más importantes del mundo.
Es esta condición lo que propicia la actividad sísmica tan elevada en los países que abarca.
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