La familia del diseñador niega la versión que asegura que se le incineró para evitar una autopsia que pudiera desvelar la enfermedad.
La serie El asesinato de Gianni Versace sobre la muerte del diseñador italiano Gianni Versace en la puerta de su mansión de Miami, cuando tenía 50 años, está poniendo el foco sobre más trapos sucios del caso de lo que a la familia le gustaría.
Si antes de su emisión los Versace ya emitieron un comunicado para desvincularse completamente de la producción, que consideraban como “mera ficción”, un día después de su estreno la intimidad de la estirpe sigue en el ojo del huracán.
La acusación de que la familia intentó ocultar que el modisto tenía sida para proteger sus negocios es el nuevo frente de los Versace.
Es una de las sombras más sensibles que durante años ha estado planeando sobre el clan de diseñadores y que ahora ha vuelto a la luz con esta serie.
La ficción y la investigación que la inspiró, recogida en el libro Vulgar Favors de la periodista estadounidense Maureen Orth, reflejan que el modisto había descubierto pocos días antes de ser asesinado en julio de 1997 que tenía el virus del sida.
Según estas revelaciones, solo él y los miembros más cercanos de su familia conocían el diagnóstico.
Entonces decidieron mantenerlo en secreto para evitar que la información pudiera influir de forma negativa en su imperio y su intento de conquistar el mercado de Wall Street, con unas acciones que podrían haber estado valoradas en 1.400 millones de dólares, ya que apenas unos días antes de su muerte el diseñador había firmado un acuerdo con el banco estadounidense Morgan Stanley para preparar su salida a Bolsa.
Hay quien apunta que fue un intento de ocultar el gran secreto y evitar una autopsia pública.
En el libro que inspira la serie, Orth asegura que la información sobre la enfermedad de Gianni se la proporcionó un policía de Miami que tuvo acceso a la primera autopsia que le practicaron las autoridades.
A la pregunta de si había leído el libro de la estadounidense en una entrevista con el diario italiano la Repubblica Donatella Versace, hermana del fallecido y actual jefa de diseño de la firma italiana, zanja: “Después de la muerte de Gianni se publicaron muchos libros llenos de especulaciones y mentiras”.
Y va más allá, negando que su hermano tuviera la enfermedad: “Este libro en particular contaba que Gianni antes de ser asesinado estaba débil porque estaba enfermo de sida, cosa absolutamente falsa, no porque nos debiéramos avergonzar, ya que Gianni fue uno de los primeros en ocuparse de este problema junto a mí y en organizar eventos de beneficencia y hacer personalmente donaciones a tantas entidades.
Por lo tanto, este es uno de los aspectos falsos de la serie televisiva”.
También se reafirmó en su idea de separar la realidad de su familia de la trama de la serie estadounidense: “Hay muchas más cosas falsas, pero se trata de una ficción y como tal debe tomarse”.
La serie estrenada en Estados Unidos este miércoles nunca será del agrado de los Versace.
“Yo no la he visto, ni la veré, también porque después de tanto tiempo siempre sienta mal ver a Gianni de una forma que no es verídica”, declaró a la Repubblica la diseñadora.
“Nadie de nuestra familia ha querido estar implicado. Me asombra que después de tantos años se falte todavía el respeto a una persona que ya no está y que se quiera crear escándalo en torno a quien ya no puede defenderse”, añadía.
En la misma entrevista también confirmó que su amistad con la actriz española Penélope Cruz, que interpreta a la propia Donatella Versace en la pequeña pantalla, se mantiene intacta a pesar de la polémica:
“He hablado con ella por teléfono: es una actriz buenísima, una persona maravillosa y una amiga sincera. Me fio de ella”.
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