La hija de Rocío Jurado y su exmarido siguen enzarzados en los juzgados.
Ella le ha demandado por malos tratos continuados; él le pide 4.600 euros mensuales para la manutención de sus dos hijos.

Cuando el enfrentamiento se prolonga durante más de 18 años el término se supone aplicable para ambas. Este es el caso de Rocío Carrasco, la única hija biológica de la desaparecida cantante Rocío Jurado, y Antonio David Flores, un exguardia civil reconvertido en colaborador televisivo que desde que se separaron en julio de 1999 no han tenido un año de paz.
Primero fue su divorcio y el largo litigio que mantuvieron por la custodia de sus hijos: Rocío y David, que cuando se separaron sus padres tenían tres y un año respectivamente. En 2013 Antonio David consiguió finalmente la custodia compartida por la que peleó durante casi cuatro años y ahí parecía que acabarían los desencuentros de una pareja que se casó demasiado joven, que sufrió la presión mediática desde que se conoció su relación y que aprovechó el interés que despertaba para rentabilizar en televisiones y prensa rosa sus dimes y diretes.
Aunque en este punto, se ha de reconocer que quien más partido ha sacado a la popularidad que le otorgaban sus problemas de pareja, ha sido Antonio David, que se convirtió en habitual de los programas del corazón, primero hablando de lo suyo y después sentado cátedra sobre cotilleos ajenos.
Una actividad que a lo largo de estos años, y según un cálculo que realizó el programa Sálvame hace unos meses, le ha reportado ingresos que rozan los dos millones de euros.


Un hecho que ocasionó otra demanda contra Antonio David Flores por no retornar al menor de edad al domicilio de su madre tras el período vacacional.
El mismo padrastro de Rocío Carrasco, el torero José María Ortega Cano, ha manifestado hace solo unos días que ambos "deberían pensar más en esos dos hijos que tienen y que lo están pasando muy mal con este lío y dejarse de cosas de jueces y pensar en la familia, en los dos niños, en su madre.
Si estuviera viva su madre [manifestó en referencia a Rocío Jurado] no pasaría nada de esto".
Los protagonistas de este desencuentro eterno ahora callan. Los procesos judiciales que mantienen abiertos no aconsejan que se prodiguen en los medios.
Antonio David Flores contestó amablemente a este periódico que su abogado le recomienda "no hacer ningún tipo de declaración".
Rocío Carrasco es históricamente hermética en lo que respecta a este asunto.
Su historia continuó por caminos separados: él volvió a casarse en 2009 con la sevillana Olga Moreno, con quien tiene una hija, Lola, de cuatro años.
Ella contrajo matrimonio en 2016 con Fidel Albiac, después de 17 años de relación, y sin la presencia de ninguno de sus hijos.
Pero sus caminos se cruzan una y otra vez y tienen tantos tintes de infelicidad que ni la propia Rocío Jurado hubiera imaginado esta historia como tema de una de sus coplas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario