Camilo S. Baquero
Presidencia de la Generalitat confirma su renuncia "porque el Gobierno ya tiene decidido aplicar el 155".
Carles Puigdemont no acudirá finalmente mañana jueves al Senado, como se había anunciado a mediodía, ni tampoco el viernes, según han confirmado a las cuatro y media de la tarde fuentes de la Presidencia de la Generalitat.
Han justificado la renuncia en que "el Gobierno español ya tiene decidido aplicar el 155".
No comparecerá mañana en la comisión de la Cámara alta que tramita las medidas ni en el pleno del viernes que las aprobará, las dos posibilidades que se le habían ofrecido, "porque el 155 es definitivo y no ha lugar ir a exponer nada".
De esta forma se cierra oficialmente la confusión que ha reinado toda la mañana.
En principio trascendió al mediodía que el president iba a acudir al Senado.
Sin embargo, una hora después una maniobra aún pendiente de explicación lo imposibilitó, al menos como coartada y dentro del agrio debate interno en el bloque independentista sobre el camino a seguir.
Fue anunciada por Carme Forcadell, la presidenta del Parlament: por sorpresa, comunicó a los grupos el cambio de hora del pleno decisivo de esta Cámara, que responderá al 155, del jueves a las diez de la mañana, como se había establecido, a las cuatro de la tarde.
Es decir, casi a la misma hora en que estaba convocado Puigdemont en el Senado, a las cinco de la tarde. De este modo se ha abortado la comparecencia.
Sin acabar de aclararse si el president no iba a la Cámara alta por el cambio de hora, o cambiaba la hora para no ir.
De hecho quedó la duda de si podría comparecer en Madrid el viernes.
Finalmente tampoco será así.
Lo cierto es que tras darse por hecha la comparecencia de Puigdemont, el Senado no había recibido todavía respuesta oficial a la invitación cursada ayer.
"Ni siquiera una llamada", apuntaban fuentes del Senado.
En la presidencia de la Cámara alta el silencio es absoluto a la hora de valorar lo que está ocurriendo, si bien hay cierto malestar por las formas.
Se limitan a esperar respuesta, tras poner dos fechas a disposición del president, jueves o viernes.
Aún no hay reacciones tras el anuncio definitivo de la Generalitat, pues no ha llegado tampoco comunicación firme de la renuncia.
De hecho, si Puigdemont todavía cambiara de idea aún podría acudir al Senado mañana o el viernes.
Fuentes del Govern también han confirmado que Puigdemont se ha reunido esta mañana durante 45 minutos con el expresidente de la Generalitat socialista, José Montilla, que ayer compareció en el Parlament como senador autonómico y dijo no querer "ni el 155 ni la declaración unilateral de independencia".
La Generalitat ha enmarcado el encuentro en la voluntad de ambos de "evitar que se aplique el artículo 155".
El plan inicial que se planteaba a mediodía, dado que el Parlament iba a abrir su pleno de mañana a las diez, era alargarlo hasta el viernes, lo que iba a permitir al president comparecer por la tarde en el Senado y dejar en suspenso su decisión final.
Al día siguiente regresaría al pleno para la votación de la respuesta de la Cámara catalana, en donde podría declararse la independencia.
En una sincronización de tiempos, se desarrollaría precisamente al mismo tiempo que el pleno del Senado que votará la autorización al Gobierno para aplicar el 155.
Pero ese plan saltó por los aires en un par de horas.
Y al final también se cerró la puerta del viaje al Senado incluso el viernes.
Con todo, el escenario de las dos sesiones simultáneas sigue en pie, porque el pleno del Parlament se extiende al viernes.
Se prevé que el pleno del Senado, que comienza a las diez de la mañana, dure unas cinco horas.
A la espera del desenlace, en las filas soberanistas es patente un intenso debate interno sobre si la respuesta a esta decisión inédita en democracia debe pasar por una declaración de independencia o la convocatoria de unas elecciones en Cataluña que eviten un choque con el Estado.
En todo caso, explican fuentes del Senado en una nueva ampliación de matices, la aprobación del 155 en esta Cámara no obliga al Gobierno a aplicarlo, solo lo autoriza. Es decir, pone en sus manos esta excepcional herramienta legal y le deja ya libertad a Mariano Rajoy para usarla cuando quiera y con las medidas que estime oportunas.
Para ello solo debe ratificar la decisión en un Consejo de Ministros y entraría en vigor al publicarse en el Boletín Oficial del Estado. Puede ser la misma tarde del viernes o más adelante.
En resumen, le permite jugar de nuevo con los tiempos si fuera necesario.
La única medida vinculante, precisan las mismas fuentes de la Cámara alta, sería la convocatoria de elecciones autonómicas en Cataluña en un plazo de seis meses, pero es una obligación que fácilmente se puede sortear si el Ejecutivo solicita al Senado una ampliación de ese plazo.
La sesión, según el guion previsto por el reglamento, comenzará con la intervención del Gobierno, seguida de la presentación del dictamen, una breve lectura de síntesis. Después habrá turnos para declararse a favor o en contra, se pronunciarán los portavoces de los grupos y, finalmente, se votará. PP, con 15 miembros, y PSOE, con seis, constituyen una amplia mayoría en la comisión, formada por 27 parlamentarios.
Ciudadanos no está presente en este organismo porque, pese a ser cuarta fuerza en el Congreso, en el Senado solo tiene tres escaños y pertenece al Grupo Mixto, que solo dispone de una plaza en esta comisión.
Lo echaron a suertes con UPN y perdieron.
Los otros componentes de la comisión son dos senadores de Unidos Podemos, uno de PDeCAT, otro de ERC y otro de PNV.
Todos votarán previsiblemente en contra.
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