La institución se suma a las advertencias del Banco de España, las agencias de calificación y las casas de análisis.
El Fondo Monetario Internacional advierte de los riesgos que puede entrañar para la economía la crisis política catalana
. "Consideramos que las perspectivas actuales para España son positivas.
Pero de prolongarse, las tensiones políticas en Cataluña pueden lastrar la confianza de la inversión y el consumo", ha declarado la economista jefe de la misión del FMI enviada a España, Andrea Schaechter.
El mensaje del FMI se une al de instituciones como el Banco de España, que advertía la semana pasada de que esta incertidumbre podría incidir “eventualmente en la confianza de los agentes y en sus decisiones de gasto y condiciones de financiación”.
O al del think tank económico Funcas, que sostenía que Cataluña es el principal riesgo político que encara la economía española.
“De prolongarse indefinidamente, el impasse terminaría por afectar a las primas de riesgo y aumentaría la carga financiera que soportan tanto el sector público como el privado debido al elevado endeudamiento", afirmaba en una nota de mediados de septiembre. En una clara referencia a Cataluña, la Autoridad Fiscal apuntaba este jueves que la deuda pública podría volverse insostenible de empeorar las condiciones financieras.
. "Consideramos que las perspectivas actuales para España son positivas.
Pero de prolongarse, las tensiones políticas en Cataluña pueden lastrar la confianza de la inversión y el consumo", ha declarado la economista jefe de la misión del FMI enviada a España, Andrea Schaechter.
Aunque con solo una breve pero explícita mención en su
informe, el Fondo sitúa el desafío soberanista entre los principales
riesgos a los que se enfrenta la economía española:
"En el ámbito
doméstico, deshacer los logros de las reformas podría nublar las
perspectivas de crecimiento a largo plazo, los retrasos en la
consolidación fiscal limitarán la capacidad de maniobra ante futuros
shocks y los movimientos de independencia regionales podrían añadir
incertidumbre", sostiene el documento que todos los años elabora el FMI
sobre la coyuntura económica de España, el llamado artículo IV que se
confecciona para todos los países a partir de las visitas regulares de
equipos del Fondo.
Y las referencias a la cuestión catalana no acaban
ahí.
También se recoge en un estudio aparte que el organismo dedica a
la banca y las instituciones financieras, el conocido como Financial System Stability Assessment,
que se lleva a cabo cada cinco años y que en 2012 detectó el agujero en
Bankia.
Al plantear cuáles son los posibles riesgos en los test de
esfuerzo a entidades españolas, el Fondo insiste en que la inversión y
el consumo pueden "debilitarse debido a la incertidumbre política".
Estos informes oficiales se redactan con
semanas y meses de antelación.
Y los datos económicos suelen recabarse
con un cierto retardo, lo que hace todavía difícil ver el impacto
económico de la incertidumbre generada en Cataluña.
Sin embargo, ante el
reciente desarrollo de los acontecimientos, la institución que preside
Christine Lagarde ha introducido a última hora estos incisos.
En una
conferencia telefónica con los medios, la responsable de la misión en
España, Andrea Schaechter, no quiso añadir nada más. Pero parece
evidente que la preocupación por Cataluña ha llegado a las altas esferas
del organismo radicado en Washington y encargado de asistir a los
países en apuros financieros.
Desde el pasado lunes, el ruido generado ha ido en aumento. Caixabank y el Sabadell
trasladarán su domicilio social fuera de Cataluña en medio de rumores
sobre una fuga de depósitos por el miedo a que estas entidades quedasen
fuera del euro. Naturhouse, Oryzon, Dogi, Service Point, Mediolanum y
Eurona también abandonan la comunidad.
Y Catalana Occidente y Freixenet
se lo están planteando si se declara unilateralmente la independencia.
En medio de la estampida, el vicepresidente de la Generalitat de
Cataluña y conseller de Economía, Oriol Junqueras, aseguró este jueves
en la Sexta que “no va a haber una fuga de empresas de Cataluña”. Y
añadía:
“Vaticinios de este tipo se han hecho otras veces y, de momento,
no han sucedido nunca”.
La confianza en la economía tarda mucho tiempo en
construirse. Pero puede disiparse en cuestión de minutos. El mensaje del FMI se une al de instituciones como el Banco de España, que advertía la semana pasada de que esta incertidumbre podría incidir “eventualmente en la confianza de los agentes y en sus decisiones de gasto y condiciones de financiación”.
O al del think tank económico Funcas, que sostenía que Cataluña es el principal riesgo político que encara la economía española.
“De prolongarse indefinidamente, el impasse terminaría por afectar a las primas de riesgo y aumentaría la carga financiera que soportan tanto el sector público como el privado debido al elevado endeudamiento", afirmaba en una nota de mediados de septiembre. En una clara referencia a Cataluña, la Autoridad Fiscal apuntaba este jueves que la deuda pública podría volverse insostenible de empeorar las condiciones financieras.
Agencias de calificación como Standard &
Poor’s y Moody’s también han avisado en estos días de que la situación
catalana puede acabar debilitando el crecimiento y dañando las
condiciones de financiación.
En la noche del jueves, Fitch ponía en
perspectiva negativa la calificación de Cataluña porque depende de la
financiación de España.
El dinero tiene los pies rápidos.
Y
numerosos representantes empresariales se han prodigado con advertencias
sobre el peligro de un parón de las inversiones en Cataluña.
El
presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, Jaime Malet, ya
había alertado hace unas semanas de que Cataluña podría perder muchas
sedes e inversiones.
Pese a no citar casos concretos, el presidente de
la patronal catalana, Joaquín Gay de Montellá, y el presidente del
Círculo de Empresarios, Javier Vega de Seoane, han señalado que ya se
están deteniendo inversiones.
El ministro de Economía, Luis de Guindos,
incluso explicó que una multinacional del automóvil había interrumpido
su entrada en Cataluña, si bien se mostraba convencido de que este
bloqueo podría reconducirse.
En definitiva, de enquistarse este
problema, el consenso es que la recuperación económica podría resentirse
al pararse decisiones de compra y de inversión.
Y el FMI es el último
organismo en apuntarlo.
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