Sinéad O’Connor, cronología de un declive retransmitido
El último escándalo de la cantante: acusar a su madre de abusos en televisión
Sinéad O’Connor sufre un trastorno bipolar diagnosticado en 2003.
No es la única famosa con esta afección mental, pero a diferencia de otras como la actriz Catherine Zeta-Jones, la cantante irlandesa de 50 años ha expuesto su enfermedad al público durante 14 años.
Ya sea a través de entrevistas o de mensajes en las redes sociales, nadie la ha asesorado o protegido y los medios y la audiencia han permanecido impasibles mientras ella ofrecía blemas legales e incluso anuncios de intentos de suicidio.
absurdas, acusaciones que podían meterla en problemas legales e incluso anuncios de intentos de suicidio.
El último de una lista de episodios tan tristes como morbosos ha sido la entrevista que ha concedido esta semana al programa de Dr. Phil, en la que se pudo ver a una mujer rota, que relataba entre lágrimas que lo que más le gusta de su madre “es que esté muerta”.
Después admitió que había perdonado a su progenitora, que murió en un
accidente de coche cuando ella tenía 19 años, pese a los continuos
abusos físicos y hasta sexuales que presuntamente le habría infligido
durante la infancia.
Cuesta creer que con esta entrevista O’Connor haya
tocado fondo teniendo en cuenta su historial.
Hace tiempo que se la
conoce más por sus espectáculos personales que por los ofrecidos sobre un escenario, y no parece que la retransmisión de su derrumbe se vaya a detener hasta un desenlace fatídico.
Hace dos años Sinéad O’Connor dio el susto.
La policía de Dublín acudió a su domicilio después de ser alertada por unos mensajes que la cantante había publicado en Facebook.
El último decía que había tomado una sobredosis, porque “es la única
forma de que se me respete”.
La policía la encontró bien y la dejaron en
manos de los médicos. No se supo si lo de la sobredosis fue cierto o se
lo inventó para llamar la atención en un acto fruto de su bipolaridad.
Dos meses antes le habían quitado el útero, y durante su ingreso
escribió mensajes avisando de que un presunto acosador la iba a violar.
Al mismo tiempo, la cantante anunciaba que en el hospital la tenían
vigilada por si se quitaba la vida.
En 2016 hubo otro anuncio de
suicidio en redes sociales acompañado de la desaparición de la cantante.
Fue el tercero, ya que se supo que en 2011 tuvo lugar un primer aviso a través de Twitter con la pertinente intervención de las autoridades.
En caída libre desde 2003
Los intentos de suicidio llegaron tras años de decadencia desde que la artista anunció su retirada de la música en 2003, coincidiendo con el diagnóstico de su enfermedad.Poco antes se intuía que no estaba bien.
Se hizo ordenar sacerdote por un grupo independiente de la Iglesia católica.
En 1992 dio la vuelta al mundo su imagen rompiendo una foto del papa Juan Pablo II en televisión.
Luego se hizo llamar Madre Bernadette Mary. Después se retractó. En 2000 aseguró que era lesbiana; luego rectificó.
A los cinco años dijo que había tenido tres relaciones con mujeres, pero que se inclinaba más “por los chicos peludos”.
Simples anécdotas si se comparan con sus salidas de tono en la Red.
Estuvo a punto de tener que pagar cinco millones de dólares al presentador Arsenio Hall tras acusarle de facilitar a Prince las drogas que le causaron la muerte.
En 2013 dijo que Miley Cyrus estaba prostituida por la industria musical y sobre Kim Kardashian en 2015 lanzó un “¿qué hace esta zorra en la portada de Rolling Stone?
La música ha muerto”. Hasta llegar esta semana a una entrevista desgarradora en la que resulta imposible valorar hasta qué punto lo que cuenta es verdad o delirio.
Entre los mensajes que publicó el pasado agosto mientras estaba hospitalizada se encontraba este: “La enfermedad mental es como las drogas, no le importa nada quien seas”.
De momento a Sinéad O’Connor no le crea ningún problema compartirla con un público que teme recibir cualquier día un disgusto definitivo sobre la artista.
De la inestabilidad a la soledad
Sinéad O'Connor ha pasado por cuatro matrimonios.
El primero de ellos, con el productor musical John Reynolds, fue el menos tumultuoso
. Su segundo matrimonio fue con el periodista Nicolás Sommerlad en 2002. Su tercer marido fue el músico Stephen Cooney y el último Barry Herridge, un terapeuta especializado en desintoxicaciones de drogas —solo duró 16 días—. Tiene cuatro hijos y solo el mayor, Jake Reynolds, es de uno de sus maridos.
El resto han nacido fruto de otras relaciones.
Tras el intento de suicido de 2016 culpó a su hijo mayor de su destrucción.
El primero de ellos, con el productor musical John Reynolds, fue el menos tumultuoso
. Su segundo matrimonio fue con el periodista Nicolás Sommerlad en 2002. Su tercer marido fue el músico Stephen Cooney y el último Barry Herridge, un terapeuta especializado en desintoxicaciones de drogas —solo duró 16 días—. Tiene cuatro hijos y solo el mayor, Jake Reynolds, es de uno de sus maridos.
El resto han nacido fruto de otras relaciones.
Tras el intento de suicido de 2016 culpó a su hijo mayor de su destrucción.
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