Los guionistas de programas como ‘Gran Hermano’ o ‘Gipsy Kings’ explican su trabajo.
Cuando se piensa en un guionista, uno se imagina alguien que controla su material y cuyos personajes hacen lo que él quiere.
Pero esto no les ocurre a los guionistas de programas de telerrealidad.
“Nuestra labor también es contar una historia. Tienes una persona que convertirás en personaje usando lo mejor de ella”, explicó José Rueda, que ha trabajado en programas como Pesadilla en la cocina o Quiero ser monja, en una mesa redonda organizada por el sindicato de guionistas ALMA en las jornadas para profesionales dentro del FesTVal de Vitoria.
“Nuestra función es ordenar la realidad para que el espectador la reciba de una forma concreta y que emocione tanto al espectador como a los personajes”, defiende Óscar Prol, que ha trabajado en las adaptaciones de programas como El jefe infiltrado o First Dates.
El propio Prol reconoce que incluso dentro de su gremio hay prejuicios a la hora de reconocer que hay un guion detrás de un reality.
Pero siempre lo hay. “Hay una realidad y luego hay que preparar lo que quieres contar de esa realidad, porque no todo en la vida es interesante”, añade.
Dentro de los realities también hay diferencias.
Gipsy Kings, por ejemplo, tiene detrás mucho trabajo de preproducción antes de grabar, como explica Jacobo Eireos. “Vemos con ellos lo que va a pasar en el próximo año y procuramos que pase en los cuatro meses de grabación”, cuenta.
Sin embargo, en formatos como Gran Hermano eso no es posible y hay que jugar con la realidad que se tiene.
“Si pasan pocas cosas hay que pensar algo para reactivar el programa y luego, esperar a que lo que siembras crezca y funcione”, cuenta Juan Antonio Laín, guionista del programa en sus 17 ediciones hasta la fecha.
“En Gran Hermano cuesta arrancar un par de semanas, al principio todos se llevan bien y cae la acción”, dice Laín.
Entonces entra en acción la labor de los guionistas, que introducen juegos que hagan que los participantes se tengan que mojar. “Generamos situaciones para que las vivan de forma real”, resume Eireos.
Para un guion, los personajes son esenciales.
Y, en el caso de los realities, los personajes son personas reales. ¿Qué buscan en sus protagonistas este tipo de programas? “En Gran Hermano o los realities de encierro y convivencia, lo importante es que te sorprenda, que el personaje sea bueno”, dice Laín, que se lamenta de que “cada vez es más complicado encontrar personajes vírgenes.
Muchos se comportan como creen que esperas de ellos”. En cambio, en docurrealities como el estrenado esta semana Héroes: más allá del deber, se buscan perfiles concretos que encajen con lo que se quiere contar.
“Hermano mayor tiene uno de los castings más complicados que hay, porque esa gente existe, es real, y hay que comprobar que se cumpla la ley, que sea una historia real…”, cuenta Eireos.
En lo que coinciden los guionistas es en que en un reality se graban tantas horas que es imposible que alguien finja ser de otra forma y mantenga un personaje durante tanto tiempo.
Del mismo modo que ahora es más complicado encontrar personajes que sorprendan, ocurre lo mismo a la hora de crear nuevos formatos.
“Nuestro reto es hacer formatos en los que pilles a la gente de nuevas y obtengas así resultados más reales”, dice Prol.
“Los directivos de las cadenas quieren algo muy novedoso y rompedor pero con éxito probado.
Y entonces no es ni novedoso ni rompedor”, se lamenta Laín.
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