El psicólogo, ¿para qué sirve? ¡Sal de dudas!
Cuando me decidí a ir al psicólogo no sabía lo que me iba a
encontrar.
Llevaba tiempo pensando que lo necesitaba, pero tardé en dar
el paso.
Un familiar me recomendó un profesional conocido y me facilitó
la búsqueda de terapia, pero aun así antes de mi primera sesión me invadían muchas dudas. ¿Qué iba a tener que hacer en la terapia con el psicólogo?
¿Debía empezar a contarle mi problema o me preguntaría él? ¿Cómo
funcionaría el proceso? ¿Cuánto tiempo podría tardar en mejorar? ¿Qué
iba a pasar si me costaba abrirme y coger confianza?
Es por eso que he decidido escribir respuestas a todas esas preguntas
que nos hacemos antes de empezar una terapia psicológica.
Esto es lo
que a mí me hubiese gustado leer para asumir con tranquilidad mi primer
día en el psicólogo.
Los errores de la terapia
#1.- Dar el paso de acudir a un psicólogo es fundamental, pero el trabajo está por hacer.
La terapia psicológica tiene por objetivo mejorar el bienestar
emocional y conseguir pautas y estrategias para gestionar las emociones
de la forma más eficaz posible.
Sin embargo, este proceso implica
abrirse y supone retos, ya que se atraviesan y analizan situaciones
dolorosas.
#2.- En la terapia no hay un punto decisivo en el que se hace “clic”.
A lo largo de las sesiones te vas encontrando mejor y asimilas formas
de actuación y de pensamiento más adaptativas que las que usabas antes,
pero no hay un momento clave en el que entiendas todo y aparezca la
solución milagrosa que explica lo que te ocurre.
#3.- El psicólogo no va a decirte lo que tienes que hacer.
Las conversaciones con tu psicólogo te servirán para estudiar con más
detalle las situaciones que vives o plantear de forma realista las que
van a ocurrir, pero no esperes obtener unas pautas concretas de
actuación.
No te dará soluciones pero sí la orientación para que seas
capaz de alcanzarlas por tu cuenta.
#4.- Tu psicólogo no va a leerte la mente ni te va a prescribir medicación.
Estas son dos cosas que no siempre se tienen claras. La terapia se basa
en un trabajo de evaluación y en una profunda entrevista diagnóstica,
no en técnicas de adivinación.
Por otro lado, en caso de que los
síntomas presentados alerten de un problema mayor, derivaría a un
psiquiatra que determine si el tratamiento farmacológico es necesario o
no.
#5.- La terapia no tiene que durar el resto de tu vida.
Es necesario que sepas que al empezar el proceso tu psicólogo te
ayudará a establecer unos objetivos.
Esto hace que puedas ir analizando
los avances y sepas si estás preparado para dejar la terapia, según se
hayan ido cumpliendo las metas propuestas.
#6.- Tu mejor amigo no puede ayudarte igual. Tener
amistades en las que confías para contar tus problemas es algo muy
positivo, pero el repertorio de “frases para amigos” se agota pronto y
no es comparable a la ayuda de un profesional.
Entre otras cosas, ese apoyo no es suficiente porque la objetividad no es la misma y los consejos parten de una base distinta.
#7.- No pierdas tiempo decidiendo si “crees o no crees” en la psicología.
La psicología es una ciencia, los psicólogos se forman en el estudio
del comportamiento humano y los procesos mentales y emocionales se
estudian siguiendo un método científico.
Que tu
psicólogo sepa cómo puedes actuar en cierta situación no es magia, es
conocimiento de la conducta y experiencia en establecer hipótesis sobre
el comportamiento.
#8.- No hay un único modo de llevar a cabo la terapia.
La forma de realizar la terapia es única en cada psicólogo, aunque es
cierto que se encuentran características comunes en el modo de funcionar
dentro de una misma orientación.
Existen diversos métodos: psicólogo online
o presencial, sesiones de una hora o de dos, individual o grupal… lo
que está claro es que la imagen del paciente tumbado en el diván no se
corresponde con la manera de intervenir en la mayoría de los casos.
#9.- La mejor cura NO es el tiempo. Es posible que
si te encuentras mal anímicamente o si no te ves capaz de mantener tu
ritmo de vida de una forma adecuada, el consejo de “el tiempo lo cura
todo” no haga más que empeorar tu estado. El tiempo es un factor
fundamental en el progreso de la terapia, pero por sí solo y sin ayuda
puede cronificar la situación.
#10.- Ir al psicólogo no es señal de debilidad ni de locura, sino todo lo contrario.
Ser capaz de analizar que necesitas un apoyo externo para conseguir una
vida mejor es un acto que expresa lo opuesto a fragilidad.
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