Los españoles hicieron el año pasado más de 3.000 millones de compras, un 13% más que en 2015.
Madrid
Más tarjetas, más cajeros, más operaciones y por un importe mayor. La
recuperación disparó en 2016 el uso del dinero de plástico.
La tendencia es antigua, pero el año pasado se agudizó.
Fue entonces cuando el parque de tarjetas aumentó hasta los 74,5 millones.
El incremento fue especialmente relevante entre las de crédito, que crecieron un 8,8%, y no tanto las de débito, lo que sugiere un mayor apetito consumista fruto de una situación económica más desahogada.
El informe publicado el miércoles por el Banco de España arroja también unas mayores cifras de fraude asociado a las compras digitales.
Cada año, el Banco de España publica su Memoria sobre la vigilancia de los sistemas de pago,
un documento que aporta una muy completa visión sobre los usos y
costumbres de los españoles en sus compras al margen del tradicional
monedero.
El panorama que se deduce del informe es un país que cada vez consume más, y cada vez con más tarjetas.
Así, el año pasado se cerraron en España 3.046 millones de compras con tarjetas, un 13,4% más que en 2015.
Y estas operaciones tuvieron un importe global superior a los 124.406 millones de euros, lo que supone un incremento del 10,7%. La compra media superó los 40 euros.
Cada español tiene de media 1,5 tarjetas, una cifra inferior a la de los alemanes, holandeses o británicos —los reyes del dinero de plástico—, pero superior a la de franceses e italianos.
España sí gana en cajeros por cada millón de habitantes, unos 1.074, a todos estos países excepto a Reino Unido, que queda muy ligeramente por delante.
En cuanto a TPV (terminales de punto de venta), España cuenta con casi 30.000 por cada millón de habitantes, más que alemanes, franceses y holandeses; pero menos que británicos e italianos.
El año pasado, aumentó tanto el número de cajeros como el de TPV.
Los primeros se quedaron rozando los 50.000, lo que supone un ligero incremento, del 0,2%, sobre el año anterior.
Respecto a los terminales con los que se paga en las tiendas, dieron un salto importante, del 4,1%, aproximándose a la cifra de 1,7 millones.
Pese al aumento de cajeros del último año, la tendencia a largo plazo es claramente a la baja.
Si en 2010 España contaba con una red cercana a los 60.000 dispensadores de dinero, esta ha ido reduciéndose en los últimos siete años hasta quedarse por debajo de los 50.000.
Una tendencia contraria a la de los terminales de pago: de 1,5 millones en 2010 ha pasado a los 1,7 millones actuales.
La tendencia es antigua, pero el año pasado se agudizó.
Fue entonces cuando el parque de tarjetas aumentó hasta los 74,5 millones.
El incremento fue especialmente relevante entre las de crédito, que crecieron un 8,8%, y no tanto las de débito, lo que sugiere un mayor apetito consumista fruto de una situación económica más desahogada.
El informe publicado el miércoles por el Banco de España arroja también unas mayores cifras de fraude asociado a las compras digitales.
El panorama que se deduce del informe es un país que cada vez consume más, y cada vez con más tarjetas.
Así, el año pasado se cerraron en España 3.046 millones de compras con tarjetas, un 13,4% más que en 2015.
Y estas operaciones tuvieron un importe global superior a los 124.406 millones de euros, lo que supone un incremento del 10,7%. La compra media superó los 40 euros.
1,5 tarjetas por español
Pese a todo, España sigue retrasada en el uso de medios de pago respecto a la Unión Europea “tanto en volúmenes totales como en importes per cápita”, apuntaba el Banco de España el pasado mes de marzo.Cada español tiene de media 1,5 tarjetas, una cifra inferior a la de los alemanes, holandeses o británicos —los reyes del dinero de plástico—, pero superior a la de franceses e italianos.
España sí gana en cajeros por cada millón de habitantes, unos 1.074, a todos estos países excepto a Reino Unido, que queda muy ligeramente por delante.
En cuanto a TPV (terminales de punto de venta), España cuenta con casi 30.000 por cada millón de habitantes, más que alemanes, franceses y holandeses; pero menos que británicos e italianos.
El año pasado, aumentó tanto el número de cajeros como el de TPV.
Los primeros se quedaron rozando los 50.000, lo que supone un ligero incremento, del 0,2%, sobre el año anterior.
Respecto a los terminales con los que se paga en las tiendas, dieron un salto importante, del 4,1%, aproximándose a la cifra de 1,7 millones.
Pese al aumento de cajeros del último año, la tendencia a largo plazo es claramente a la baja.
Si en 2010 España contaba con una red cercana a los 60.000 dispensadores de dinero, esta ha ido reduciéndose en los últimos siete años hasta quedarse por debajo de los 50.000.
Una tendencia contraria a la de los terminales de pago: de 1,5 millones en 2010 ha pasado a los 1,7 millones actuales.
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