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14 ago 2017
El largo túnel del franquismo............................. Mai Montero
Cantabria y
Castilla y León quieren convertir el paso de La Engaña en una senda
verde que atraiga el turismo, después de 58 años sin uso.
De
izquierda a derecha, Manuel Pelayo y Manuel Trueba, de 93 y 83 años,
dos vecinos de Vega de Pas en Cantabria que participaron en la
construcción del túnel de La Engaña.Carlos Rosillo/ EPV
Un aire gélido emana del paso de La Engaña en pleno julio. Los
barracones de los trabajadores que levantaron hace 58 años el que sigue
siendo uno de los túneles ferroviarios más largos de España, con siete
kilómetros, anteceden su entrada en Vega de Pas, Cantabria. Muchos de
los que lo construyeron eran presos republicanos, otros eran vecinos de
los pueblos colindantes en busca de un salario. Casi una veintena de
ellos perdió la vida en una obra que se prolongó durante 20 años y nunca
llegó a inaugurarse. Ahora, Cantabria y Castilla y León quieren
convertir la infraestructura en una senda verde para revitalizar la zona
y compensar el esfuerzo invertido. Manuel Pelayo y Manuel Trueba, de 93 y 83 años, son las dos únicas
personas que siguen vivas en Vega de Pas de las que participaron en el
proyecto, según los vecinos. Otros, que también vivían en la localidad,
ya han fallecido. Algunos de ellos lo hicieron por silicosis, una
enfermedad pulmonar, propia de mineros, producida por haber aspirado
polvo de sílice en gran cantidad.
Pelayo se adentra en el túnel con una energía propia de un chaval. A
su edad, todavía sigue andando cinco kilómetros cada mañana y recuerda
perfectamente los 12 años que trabajó en el túnel a cargo de las dos
compañías ejecutoras, ABC y Portolés, desde que tenía 27 años en 1951. "La jornada empezaba a las ocho hiciese frío o calor. Había turnos de
ocho horas, contando la noche, y cobrábamos 300 pesetas, como mucho, por
una quincena de trabajo. El trabajo era durísimo", detalla el pasiego. Trueba, que aunque más joven hace más uso del bastón que Pelayo,
trabajó cinco años en la construcción y solo conoció la última compañía. Se queja del frío del interior y del agua de las filtraciones que le
cae encima a su paso por el túnel. "Había muchos presos del franquismo,
pero no podíamos estar en contacto con ellos porque estaban aislados. Vimos morir a muchos. En los libros de historia pone que 17
trabajadores, entre presos y vecinos. Supongo que será verdad", lamenta. Pelayo también menciona el accidente que sufrió un compañero de su
cuadrilla, el cual se quedó sin un brazo, y asegura que fueron muchas
las veces que vio salir a "alguno ya muerto" del túnel.
La obra prometida formaba parte de la línea de ferrocarril de 600
kilómetros que pretendía unir Santander con el Mediterráneo, pero una
repentina decisión de la dictadura franquista la paralizó cuando tan
solo faltaban 30 kilómetros para terminar todo el proyecto. El túnel de
La Engaña era la última parte del trazado y la más difícil. Tanto, que
en vez de los dos años en los que se estimó la duración de la obra tardó
en construirse 20. Los trabajos finalizaron en 1959, pero el túnel —
que se prolonga durante dos kilómetros por Cantabria y durante otros
cinco por Castilla y León—, nunca se llegó a utilizar y lleva 58 años
abandonado.
Rehabilitar "una zona deprimida"
Los Gobiernos de Cantabria y Castilla y León tienen como objetivo
rehabilitar la zona para que sirva de atractivo turístico. La idea que
ha cobrado más fuerza en estos últimos años es la de crear una senda
verde para uso de peatones, bicicletas y vehículos eléctricos. Tampoco
descartan incluir un pequeño tren lanzadera que una las dos provincias y
que finalice en Valdeporres, localidad donde este año se ha inaugurado
un parque natural temático y donde se ubica la boca de salida del túnel. El coste de la obra se calcula en torno a los 15 millones de euros.
Trueba y Pelayo pasean hacia la boca del túnel de La Engaña.Carlos RosilloEl consejero de turismo cántabro, Francisco Martín, subrayaba hace
meses la importancia de dar uso a la construcción y elevar la petición
al Ministerio de Fomento por parte de ambas comunidades. "Recuperar La
Engaña es un acto de justicia histórica. La colaboración de Fomento es
imprescindible para poder actuar sobre ellas, ya que son de su
propiedad, y también para la financiación del proyecto”. Víctor Manuel Gómez, concejal de Vega de Pas y experto en la materia
también defiende el nuevo proyecto. "Es interesante porque por fin se
unirían las dos provincias y se dignificaría la obra. Aunque esté
abandonado, suscita mucho interés y viene mucha gente a conocer el
túnel". Gómez, que regenta un hostal en Vega de Pas, resume en esta
frase el sentir del pueblo: "El sentir generalizado es de fracaso y de
frustración. Murió mucha gente para nada". Pelayo y Trueba observan el interior del túnel con una mezcla de
nostalgia de juventud e indignación. "Me gustaría que se utilizase
después de todo el trabajo y dinero que se invirtieron. Sería bueno para
el pueblo, para la gente y para todos. Los jóvenes se han ido marchando
y esto se ha quedado vacío", comenta Pelayo. Trueba, más pesimista,
todavía no se cree que se vaya a realizar el nuevo proyecto. “Lo veo un
poco difícil, ojalá me equivoque y se use para lo que sea”.
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