Cada vez son más los lugares selectos y nuevos que
desembarcan en la isla.
Sitios a los que acuden los propietarios de
yates cuando añoran pisar tierra firme..
Alessandra Ambrosio ha dejado constancia en sus redes de sus vacaciones, con yate, por la isla.
Foto: Cordon Press/ Twitter
El
veleros más grande del mundo, diseñado por Phiip Stark, pasó unas
semanas en la costa de Formentera. Dos piscinas y un equipo de casi 30
personas para atender al multimillonario ruso Andrei Melnichenko, su
mujer y su hija. Foto: Getty
Gecko Beach Club Cuando las esposas de los dueños de yates se cansan de estar
en el mar y añoran pisar tierra firme se van a pasar unos días a este
hotel, uno de los más selectos de la isla, situado en la tranquila zona
de Ca-Marí, en la playa de Migjorn. Recientemente rediseñado, el interior recupera la elegancia de los años 50 y reivindica el estilo de la Riviera Balear,
cuando la jet set y las estrellas de Hollywood, como Errol Flynn,
descubrieron este archipiélago, especialmente la isla de Mallorca. Lo
que se traduce en paredes y telas blancas, grandes ventanas y coquetos
sofás que rememoran el diseño escandinavo de aquellos años. Las
habitaciones de la planta baja, que dan a frescos patios, recuerdan las
de las casas tradicionales de la isla, y las de los últimos pisos
cuentan con piscina privada. Hay clases matutinas y gratuitas de yoga para los huéspedes y una zona de wellness
en el jardín, donde se puede recibir un masaje o un tratamiento de
belleza. El restaurante, abierto al jardín, al mar y al público en
general, tiene una carta mediterránea, internacional y de fusión, con
productos –especialmente los pescados– locales. Pero además, hay un
montón de propuestas diferentes para cada día de la semana. Los
miércoles y viernes hay espetada (pescados y mariscos a la brasa), los
jueves hay bossa nova en vivo y los sábados son las noches
Lobster & Burguer, en las que se puede elegir entre langosta o
hamburguesa de wagyu. La coctelería es una de sus armas secretas. El
mojito, sin duda, uno de los mejores que probarás en tu vida.
Una de las habitaciones del Hotel Gecko. Foto: Cortesía de Hotel Gecko
Hotel Es Marés Este establecimiento debe su nombre a una piedra arenisca
característica de las Pituisas y su estilo podría describirse como la
traducción al lujo de una típica casa formenterense. Predominio del
color blanco, líneas sencillas, texturas naturales, pequeños detalles
que marcan la diferencia y árboles que se introducen en los interiores
como Pedro por su casa. Desde fuera el hotel, situado en el pueblo de
San Francisco –el más grande la isla–, pasa desapercibido y esa armonía
con el entorno es una de sus señas de identidad. Piscina, habitaciones con mosquitero –ese elemento tan
erótico y necesario en climas cálidos– y restaurante de cocina
mediterránea-vanguardista, con deliciosos postres caseros y especial
selección de vinos de Ibiza y Formentera –que los hay– son algunos de
los placeres de este hotel. Pero los más sibaritas pueden
pasarse las horas y hasta los días en su spa, inspirado también en los
fondos marinos de la isla con piscinas turquesas, piedras
naturales y reflejos dorados en las paredes. Aquí la carta también es
tentadora: ducha de sensaciones con aromaterapia, sauna de cromoterapia,
fuente de hielo… Precio de la habitación: desde 430 euros (desayuno incluido y acceso a spa), hasta 660 euros (Junior Suite).
Precio de la habitación: desde 235 euros (desayuno
incluido), hasta 1.500 euros (Gecko Loft). Comer en el restaurante ronda
los 50 euros por persona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario