Gran parte de los hispanohablantes prefieren el ustedes al vosotros, tanto para el sentido cortés como para el informal
Lola Pons Rodríguez
El día que se casó Lolita, su madre se llevó un disgusto y España ganó una de sus frases más simbólicas.
El si me queréis irse (¿o irsen?) de Lola Flores es tan representativo de la cultura hispánica como la aversión a leer los libros de instrucciones antes de montar un cachivache o la tendencia irrefrenable a llevarse el kit de higiene de los hoteles. Ni un cantante de rock venido arriba sería capaz de manifestar su cansancio por la devoción pegajosa de los fanes con una frase tan acertadamente imperativa:
Si me queréis, irse es marca España, pero ¿por qué la Faraona no dijo si me queréis iros?
Lola Flores nos mostraba en esa frase que en una parte muy amplia de la comunidad hispanohablante no se usan ni el pronombre vosotros ni su asociado os; en suma, hay más hablantes que no dicen iros que hablantes que sí lo dicen.
En una semana en que parece que España (o Twitter) no hablaba de otra cosa que del irosgate, pocos han caído en la cuenta de que la mayoría de los hispanohablantes no se encontraba en realidad directamente afectada por ese debate.
Las formas de dirigirnos a la persona o personas con que hablamos presentan en español un curioso contraste, ya que ustedes y vosotros se han ido combinando en tiempo y lugar hasta hacerse ellos mismos marca lingüística de las dos grandes zonas que hablan español en el mundo.Está el reparto que aparece en las gramáticas generales y que aprenden los alumnos de español como lengua extranjera: vosotros como manera informal de aludir a varias personas y ustedes como forma más reverencial y cortés.
Ese es el uso de casi todo el español europeo, que dice vosotros vais y ustedes van y lo usan con significados distintos.
Muchos verbos pueden construirse con o sin pronombre: decimos que queremos ir a casa o irnos a casa, que me apetece beber un vino o beberme un vino, que Rodolfo murió o que Rodolfo se murió.
Cuando esos verbos se ponen en imperativo y con pronombre, se elimina la d: tomad la sopa pasa a tomaos la sopa, bebed el vino es bebeos el vino.
Pero ¿qué pasa con ir? Para el verbo ir, el imperativo id a la calle se convertía en idos, con la d conservada, o pasaba a íos.
Y ambas formas han sido poco usadas en español.
Por la fácil deriva del imperativo al infinitivo, el idos que nadie dice pasa a un iros que hace poco hemos sabido que se va a considerar correcto.
Pero en otra área (que coincide a grandes rasgos con la que practica el seseo), vosotros se usa poco o ni siquiera se emplea, y es ustedes la única forma que se utiliza, tanto para el sentido cortés como para el informal.
Para los imperativos, Canarias y América dirá tomen la sopa, beban el vino o, con ese pronombre que decíamos antes, tómense la sopa, bébanse el vino.
Imagino el encogimiento general de hombros que tanta noticia sobre iros habrá despertado entre los que dicen exclusivamente váyanse, y a los que, además, los imperativos del español peninsular parecerán seguramente demasiado directos y descorteses.
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