HACE 50 años, su figura menuda y andrógina sacudió la imagen de la moda.
El término top model
tomaba carta de naturaleza en una adolescente de 1,68 de estatura, 48
kilos y deje cockney, el acento del Londres obrero.
Como a otras
maniquíes, no tardan en llegarle ofertas del mundo del espectáculo.
Twiggy, a diferencia de otras compañeras, realiza con éxito el tránsito a
la música.
Su primer trabajo, Beautiful Dreams, que se edita
ahora por primera vez en España con Munster Records, revela su encanto
interpretativo, que se cuela por el tumultuoso Swinging London.
Su carrera se verá revalidada en el cine con la comedia de gusto camp The Boy Friend y su triunfo en Broadway con el musical My One And Only.
Medio siglo después, las primeras canciones de Twiggy nos devuelven a aquella edad de la inocencia del pop.
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