Slow Love, la web de moda que fundó junto sus compañeras Isabel Jiménez y Mayra del Pilar, facturó 1,5 millones de euros en 2016 y consolida su éxito.
Ya lo dice el refranero, lo mejor es no tener todos los huevos en la misma cesta y a Sara Carbonero
le ha ido bien, muy bien, seguir esta máxima.
Quien empezó a ser
conocida como periodista de deportes de Telecinco, pasó a ser la novia y
mujer de Iker Casillas, entonces portero estrella del Real Madrid, mutó
en imagen de éxito para las marcas más diversas y probó después suerte
como empresaria, consolida su proyecto de moda.
Slow
Love, la idea que se fraguó en el comedor de la cadena de televisión en
la que Sara Carbonero e Isabel Jiménez trabajaban como periodistas y
Mayra del Pilar como estilista,ya se puede considerar una empresa
que triunfa.
La página web de moda multimarca, a la que se unieron poco después de su nacimiento hace dos años diseños propios bajo la marca Slow Love Brand, ha facturado millón y medio de euros en el ejercicio de 2016 partiendo de una inversión inicial total de 40.000 euros y sin realizar ningún desembolso en marketing o publicidad.
Un sueño, un hobby y ahora un éxito en el que según sus fundadoras tiene mucho que ver la confianza que existe entre ellas y que cada una tiene claras sus funciones: Carbonero se encarga de la comunicación y relaciones públicas, Jiménez ostenta la dirección ejecutiva y Del Pilar se hace cargo de la dirección creativa.
La página web de moda multimarca, a la que se unieron poco después de su nacimiento hace dos años diseños propios bajo la marca Slow Love Brand, ha facturado millón y medio de euros en el ejercicio de 2016 partiendo de una inversión inicial total de 40.000 euros y sin realizar ningún desembolso en marketing o publicidad.
Un sueño, un hobby y ahora un éxito en el que según sus fundadoras tiene mucho que ver la confianza que existe entre ellas y que cada una tiene claras sus funciones: Carbonero se encarga de la comunicación y relaciones públicas, Jiménez ostenta la dirección ejecutiva y Del Pilar se hace cargo de la dirección creativa.
Las tres
socias apostaron por un crecimiento tranquilo, en el que no han querido
abusar del poder mediático de las dos periodistas, y lo han conseguido.
En el éxito de su empresa también tiene mucho que ver el empaquetado de
los pedidos, que llegan a sus clientes en cajas serigrafiadas,
perfumadas y con una tarjeta que se renueva cada año.
Un sueño, un hobby y ahora un éxito en el que según
sus fundadoras tiene mucho que ver la confianza que existe entre ellas y
que cada una tiene claras sus funciones: Carbonero se encarga de la
comunicación y relaciones públicas, Jiménez ostenta la dirección
ejecutiva y Del Pilar se hace cargo de la dirección creativa.
Las tres socias apostaron por un crecimiento tranquilo, en el que no han querido abusar del poder mediático de las dos periodistas, y lo han conseguido.
En el éxito de su empresa también tiene mucho que ver el empaquetado de los pedidos, que llegan a sus clientes en cajas serigrafiadas, perfumadas y con una tarjeta que se renueva cada año.
Algo que no ocurrió con el último proyecto televisivo presentado por Sara Carbonero, que se pusó al frente de Quiero ser –concurso de talentos de moda que se estrenó en Telecinco y pasó rápidamente al canal Divinity–, con mucha ilusión pero no tuvo la audiencia que se esperaba y no contó con Carbonero en su segunda temporada.
Los rumores de que Casillas acabará su carrera en Estados Unidos abrirían un nuevo mercado profesional a Sara Carbonero tanto en televisión como en sus negocios de moda.
Pero, de momento, Oporto seguirá siendo la residencia familiar al menos hasta 2018 y, mientras, Slow Love continuará su camino.
Uno de los escollos que han tenido que aprender a soslayar
ha sido trabajar desde la distancia. Cuando el proyecto ya estaba en
marcha, Sara Carbonero pidió una excedencia de dos años a Mediaset España y se trasladó a Oporto (Portugal) siguiendo a su marido Iker Casillas, portero del equipo portugués F.C. Porto desde la temporada 2015. El futuro de la pareja, que tiene dos hijos –Martín de tres años y Lucas de uno– estaba en el aire cuando empezaron las vacaciones de verano del deportista. Hoy las cosas están más claras: Iker Casillas ha renovado por un año con el Oporto,
y Sara ha hecho lo mismo con su excedencia laboral que ha ampliado
otros dos años, aunque sigue vinculada a la cadena de televisión. Por
tanto el proyecto de moda que mantiene con sus dos amigas y compañeras
podrá continuar su curso igual que lo ha hecho hasta ahora pero con la
tranquilidad de saber que funciona.
Las tres socias apostaron por un crecimiento tranquilo, en el que no han querido abusar del poder mediático de las dos periodistas, y lo han conseguido.
En el éxito de su empresa también tiene mucho que ver el empaquetado de los pedidos, que llegan a sus clientes en cajas serigrafiadas, perfumadas y con una tarjeta que se renueva cada año.
Algo que no ocurrió con el último proyecto televisivo presentado por Sara Carbonero, que se pusó al frente de Quiero ser –concurso de talentos de moda que se estrenó en Telecinco y pasó rápidamente al canal Divinity–, con mucha ilusión pero no tuvo la audiencia que se esperaba y no contó con Carbonero en su segunda temporada.
Los rumores de que Casillas acabará su carrera en Estados Unidos abrirían un nuevo mercado profesional a Sara Carbonero tanto en televisión como en sus negocios de moda.
Pero, de momento, Oporto seguirá siendo la residencia familiar al menos hasta 2018 y, mientras, Slow Love continuará su camino.
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