Ramón Muñoz
Famaztella registró un beneficio de 73.622 euros en 2016 por sus inversiones financieras, un 15% menos.
Famaztella, la sociedad con la que el expresidente José María Aznar y la exalcaldesa de Madrid Ana Botella explotaban los derechos de propiedad intelectual que generaban los libros, discursos y conferencias, no registró facturación alguna en 2016, siendo el segundo año consecutivo que la sociedad no tiene ingresos por su actividad, según las cuentas depositadas en el Registro Mercantil.
Aznar tiene cara de resentido, acomplejado, deja tirados a quienes le siguieron, es feo, y bajito. Eso le acompleja, como a su mujer.
Además, la compañía se ha desprendido de la única persona que tenían en nómina, una administrativa, que le supuso un gasto anual de 8.017 euros en 2015, y que ha desparecido del balance de 2016.Con sucediera el año anterior, la única actividad de la compañía en 2016 fueron las inversiones financieras, por las que obtuvo un beneficio en el ejercicio de 73.622 euros, un 15% menos que en el año anterior.
Las cifras de los dos últimos ejercicios contrastan con las de 2014, cuando Famaztella registró unas ganancias de 303.395 euros, con una facturación de 267.608 euros.
Aunque el objeto social de la compañía sigue siendo la "explotación de los derechos de propiedad intelectual en todas sus manifestaciones", la única actividad que se refleja en el ejercicio de 2016 es las que provienen de sus inversiones en acciones y financieras.
Inversiones financieras
En concreto, los que se derivan de 352.112 acciones de una firma llamada Spider Cloud Wireless, una compañía que trabaja para las operadoras de móviles por un valor de compra 250.000 dólares (214.490 euros al cambio actual).
Las acciones, que ya figuraban en las cuentas de 2015, se encuentran depositadas en la entidad Mobile Opportunity Investors, con domicilio en Los Ángeles, explica la memoria de las cuentas
. Al margen, tiene inversiones en otras compañías, que junto a las acciones americanas suman 2,62 millones de euros de activos, con una depreciación de 70.000 euros frente al año anterior.
Las cuentas aclaran que no existe ningún contencioso con Hacienda.
La empresa tuvo algunas diferencias con el fisco en el pasado, precisamente porque Aznar tributaba por sus actividades a través de ella, y no en su declaración personal, algo que parece haber corregido.
La Agencia Tributaria le abrió en 2013 una inspección sobre sus declaraciones de 2009 y 2010.
Después de que trascendiera la revisión de sus cuentas, Aznar aseguró que colaboró y que se cerraron "de conformidad por las dos partes".
No especificó si tuvo que abonar pagos pendientes o recibió sanciones.
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