Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 jul 2017

Jorge Javier Vázquez cumple 47

Entendió pronto que la tele es un vecindario contrario al periodismo, y por eso en la hemeroteca biográfica nos sale que Jorge Javier Vázquez es presentador, y empresario, y actor. Pero cuesta encontrar que es cronista, un oficio en el que yo le conocí, donde perpetraba entrevistas de colmillo y retratos de aguafuerte.
 Han pasado muchos inviernos y ahora Jorge cumple 47, el día 25, que no sé yo si le hará mucha o poca gracia, desde cierto espíritu de folclórica que él gasta, para bien, y para mal.
Jorge Javier Vázquez
Yo a Jorge Javier le veo una figura de las variedades, y alguna vez he escrito que ha cuajado una rara suerte de presentador donde incluye a un domador, a una vedette, a un cómico y a un ocurrente con lecturas.
 A veces se rodea de buena chusma, con la que sólo comparte la camisería de disparate, y a menudo ni eso.
 La ocurrencia le brota con naturalidad, aunque él tiene más alma en la sensibilidad que en la infamia.
 Le dieron un Ondas, y le montaron un guateque crítico, pero él siguió a lo suyo, que es trabajar mucho.
Tiene cátedra en la travesura de cámara, y va al tajo como el que va al recreo
 He aquí una de las claves de su éxito, aunque su éxito no tiene otra clave que su personalidad distinta y su risa desabrochada, que es un poco o un mucho una risa de imitador de sí mismo.
 Le da con naturalidad al cinismo, y no perdona una chaqueta de cantante, porque tira de él un atrevimiento de cabaret, y no la elegancia bien planchada de los chicos pulcros de la tele.
 Gusta mucho, o no gusta nada, pero ha impuesto un gesto propio, un vacile de sello, un lenguaje de ocurrente que se toma el cachondeíto en serio
No es que salga mucho en la tele, es que no sale de la tele, donde parece que está de vacaciones, el tío.
 Le ha quitado podio a los guapos, lleva el reloj de las reuniones de desorden, torea fino a los famosos de trimestre. 


Jorge Javier Vázquez

“Ojalá nunca pierda la vocación de felicidad, que es la que le anima en la vida, y en el trabajo”

La Rosa:
Alguna vez ha declarado que compartió el plató con “lo mejor de lo peor”.

 Pero él nunca desatendió la sintaxis, o el diccionario, dos vicios raros en las tribus que él frecuenta.
El látigo:
Asombra el despliegue laboral.

 A veces va siendo más fácil saber en qué programas no está, como si hubiera varios Jorge javieres que no se quieren ir a casa, y ahí siguen en la tele, cumpliendo horas extra.

 

No hay comentarios: