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Del material conque están hechos los sueños
6 jun 2017
El fin del profesor ‘funcionario’.............................Ana Torres Menárguez
La Carlos III lanza un máster para revolucionar la forma de enseñar y dar respuesta a las carencias del grado de Magisterio.
Están nerviosos. Es la primera vez que se reúnen para presentar el
primer máster experimental de innovación educativa lanzado por una
universidad pública española.
“No
queremos hablar de asignaturas. Aquí no se forma al profesor
convencional, sino al educador del siglo XXI”, cuenta el profesor de la Universidad Carlos III
Antonio Rodríguez de las Heras, uno de los impulsores del nuevo máster.
Es experimental porque los contenidos se terminarán de definir con la
participación de los alumnos. No hay nada cerrado.
Carolina Múñoz-Clemente
El objetivo es formar a los profesores del futuro. El principal
desafío al que se enfrentan los sistemas educativos en diferentes países
del mundo es la calidad de los profesores, según la encuesta La escuela en 2030,
en la que han participado 1.550 profesores, estudiantes y responsables
políticos en materia de educación de la organización WISE (la Cumbre
Mundial por la Innovación en Educación, en sus siglas en inglés), creada
en 2009 por la Fundación Qatar. Ese documento esboza cómo será la educación en 2030 y señala que los
conocimientos académicos ya no serán tan importantes y se valorarán
mucho más habilidades personales como la empatía o la toma de
decisiones. El rol del profesor ya no será el de transmitir sus
conocimientos al alumno, sino el de actuar como guía para que el propio
estudiante construya los contenidos a partir de diferentes fuentes, y
los métodos de enseñanza tendrán como base la creatividad.
Teniendo
en cuenta todos esos cambios, ¿están los grados en Maestro en Educación
Infantil y Primaria a la altura?
Varios profesores de Educación de la Universidad Complutense
opinan que no. "Tenemos una herencia muy teórica. Puede haber
profesores más pragmáticos, pero no sabemos si los alumnos están
aprendiendo o no métodos más innovadores", asegura Carmen Alba,
profesora de la Facultad de Educación
de la Universidad Complutense desde 1987.
No existe un proyecto de
innovación impulsado por la Universidad ni la pretensión de actualizar
los contenidos del grado, que según informa la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) solo llevaría unos tres meses.
Ante la inactividad de las universidades, un grupo de pedagogos, educadores y arquitectos se han unido para lanzar el Laboratorio de la Nueva Educación, un título propio de la Universidad Carlos III en colaboración con la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y el Colegio Estudio
que se pondrá en marcha el próximo octubre. Una de las grandes
diferencias de este programa con respecto a los másteres oficiales, que
deben ser impartidos por personal universitario, es que participarán
como docentes profesionales en activo de distintas ramas, como la experta en espacios educativos Rosan Bosch. “Al ser un título propio hemos podido salir del corsé de los másteres
oficiales. No lo hemos creado para cumplir requisitos y trámites, sino
para revolucionar la forma de enseñar”, explica Carlos Wert, patrono de
la ILE e impulsor del programa.
Los creadores del Laboratorio de la Nueva Educación Antonio Rodríguez (iz), Carlos Wert, Jerónimo Junquera y María Acaso.Álvaro García
El programa, que cuesta 5.500 euros -se ofrecerán becas- y consta de
60 créditos y prácticas, no se dirige únicamente a profesores, sino a
educadores de museos o investigadores del cambio de paradigma educativo.
La idea es probar con los alumnos nuevas metodologías de enseñanza y
que estos a su vez las prueben en sus clases.
“Si Giner de los Ríos estuviese vivo, este sería el máster que
querría”, apunta María Acaso, profesora de la Complutense e impulsora
del máster.
Precisamente es la figura de Francisco Giner de los Ríos y
su concepción de la educación la inspiración de este programa.
“Si veis
en la escuela niños quietos, callados, que ni ríen ni alborotan, es que
están muertos”, afirmó el pedagogo y director de la ILE.
Su apuesta por
la transformación de las aulas, la supresión del estrado del profesor y
la formación de estudiantes seguros de sí mismos e independientes son la
clave del curso, de un año de duración.
“El profesor está acostumbrado a las rutinas escolares y a la
tranquilidad de contar con un público cautivo, además de estar inmerso
en la carrera funcionarial. Eso hay que cambiarlo”, apunta Mariano
Fernández Enguita, profesor de la Complutense y autor del libro La educación en la encrucijada. “El actual modelo de formación del profesorado está anticuado; lo que
necesitan aprender los niños en primaria no se reduce al saber acumulado
de los maestros”, añade.
Un programa innovador
Aunque prefieren no hablar de asignaturas, estos son los módulos que componen el máster: Suelo. Cada alumno identificará nuevas herramientas para
aprender. De esta forma, participará en la creación de los contenidos.
“En este módulo reflexionarán sobre la función de la educación, para que
no conduzca a la certificación”, señala el profesor Antonio Rodríguez
de las Heras. Poder. Se tratarán las manifestaciones de poder y conflicto en
el aula. “Los profesores ejercen micropoderes dentro de la clase y
tienen que aprender los modos de regular ese poder”, indica Rodríguez de
las Heras. Se trata de gestionar el espacio social del aula sin aplicar
la disciplina como método. Cuerpo. “Hoy en la escuela no se habla de inteligencia
emocional, ni de la importancia del mobiliario o la educación afectiva y
sexual. Los problemas con el porno”, apunta la profesora María Acaso.
“Un niño que se mueve aprende mejor que uno que está sentado. De eso va
también el aprendizaje con el movimiento”. Experiencias. Aprenderán metodologías activas como el
aprendizaje por proyectos. “Tienen que formar a individuos inquietos,
que quieran seguir aprendiendo durante toda su vida”, dice Rodríguez de
las Heras. El profesor como investigador. Investigarán y probarán nuevos
sistemas de evaluación. “Hay que salir de la evaluación con números,
basada en el castigo. Evitar la ansiedad y el dolor asociados a los
exámenes”, recalca María Acaso. En el máster de formación del
profesorado (el antiguo CAP) solo se enseñan los métodos tradicionales
de evaluación. Creo que lo que quieren es salir de las aulas y cargarnos el mochuelo a los profesores, que ya no tienen ni micropoder ni nada.
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