Drogas, alcoholismo y desórdenes alimenticios persiguen a muchos hijos de celebridades, incapaces de digerir la popularidad de sus padres.
Ser hijo de padres famosos parece un ventajoso punto de partida pero en muchas ocasiones se convierte en un caramelo difícil de digerir.
Hacer un rápido repaso arroja un elevado número de hijos de celebridades de distinto nivel que han tenido problemas con el alcohol o las drogas, episodios depresivos, trastornos alimenticios o complicaciones con la justicia, en algunos casos relacionadas con incidentes violentos que incluso han acabado en homicidio o intentos de suicidio.
Romina Carrisi Power, la hija pequeña de los cantantes Romina y Albano que ahora tiene 29 años, ha sido la última en confesar que cuando solo tenía 20 cayó en un abismo de drogas y alcohol después de participar junto a su padre en el reality italiano La isla de los famosos.
“La gente me reconocía y yo no había hecho nada, solo ser hija de quien soy.
No me gustaba a mí misma y empecé a beber y a tomar estupefacientes
Una situación que puede convertirse en un lastre difícil de superar cuando la fama de los progenitores hace que sus hijos tengan una exposición mediática excesiva que les convierte en foco permanente y en objeto de una evaluación diaria de su imagen o de cualquier cosa que hagan.
Paris Jackson declaró que intentó suicidarse a los 14 años, después de morir su padre, debido al acoso continuo que recibió a través de sus cuentas personales en las redes sociales.
“El nivel de odio llegó a un nivel tan alto que intenté quitarme la vida”, confesó en septiembre de 2016.
Indio Downey, hijo de Robert Downey Jr. el actor que resurgió de sus propias cenizas gracias a Iron man o Sherlock Holmes, fue arrestado por posesión de cocaína en 2014 y tuvo que seguir un programa de rehabilitación para dejar limpio su historial.
Chester, hijo del actor Tom Hanks, también desapareció en 2015 durante un mes para curarse de su consumo de drogas.
Lo mismo ocurrió con Stephanie, ahora ya recuperada, hija del cantante Jon Bon Jovi, que en 2012 sufrió una sobredosis de heroína y fue arrestada por posesión de droga.
O con Tullulah Willy, la hija pequeña de Bruce Willis y Demi Moore que también siguió un proceso de desintoxicación a los 20 años.
A veces la dispersión familiar y los problemas de los padres, que también se extravían en los vericuetos de su propia popularidad, son el detonante de los problemas.
Este podría ser el caso de Weston Cage, hijo de Nicholas Cage y aspirante a rockero de heavy metal, que con 24 años fue acusado de violencia doméstica y tuvo conflictos por consumo de drogas.
O el de Cameron, hijo de Michael Douglas, encarcelado en 2009 por intento de venta de medicamentos en un hotel de lujo de Nueva York y sorprendido intentando introducir drogas en la cárcel mientras cumplía condena, hecho que aumentó la misma y le mantendrá en prisión hasta 2018.
O el de Bobbi Kristina Brown, hija de Whitney Houston que, como le ocurrió a su madre, consumía estupefacientes y murió con 22 años seis meses después de encontrarla semisumergida en la bañera de su casa con intoxicación por drogas.
O el de Kiko Rivera, hijo de Isabel Pantoja y Francisco Rivera, que primero fue un nefasto estudiante y después ha dado más de un quebradero de cabeza con sus excesos en las fiestas, sus numerosos romances y sus exclusivas pactadas a golpe de talonario.
La pérdida de privacidad desde demasiado jóvenes y las grandes expectativas que el público pone en el hijo de un personaje conocido juegan en contra de tener un desarrollo normal. Brooklyn Beckham, primogénito de David Beckham y la exSpice Girl y ahora diseñadora Victoria Beckham, contó en una entrevista que él no sabía que sus padres eran famosos.
Se dio cuenta a los 13 años cuando fueron a ver un partido de fútbol y el estadio empezó a corear el nombre de su padre.
Él, con 18 años, ya es modelo para revistas y firmas de moda como Pull&Beard o Burberry.
Otra hijísima, Suri Cruise, hija de Tom Cruise y Katie Holmes, recibió más de dos millones de euros por lanzar con sólo siete años una línea de moda con su nombre
. Con estas cifras, a esa edad y abiertos en canal frente al mundo desde que salen del vientre materno, lo difícil es no extraviarse por el camino.
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