El ascenso por méritos propios de la hija del cantante Phil Collins.
Eve Hewson reconoció recientemente que lo mejor de ser la hija de Bono, el cantante de U2, no es que su nombre te abra puertas.
“Es que nadie espera nada de ti y eso es liberador”, afirmó a este periódico la actriz de El puente de los espías mientras prepara su próximo estreno, Robin Hood. No es la primera hija de famoso que llega a la gran pantalla. Angelina Jolie, Dakota Johnson, Laura Dern o los hijos de Meryl Streep —Mamie, Grace o Henry Gummer a los que se puede sumar la pequeña, Louisa, hasta ahora solo modelo—, están entre quienes la preceden.
Y también son cada vez más las hijas de músicos que prueban suerte en Hollywood: la misma Eve Hewson, Liv Tyler o, ahora, Lily Collins.
Lo curioso de la hija de Phil Collins —ahora protagonista de La excepción a la regla— es que su padre tuvo muy poco que ver con su carrera.
"Fue mi madre quien metió lo mejor del Hollywood dorado en mi cabeza", admite la actriz de 28 años.
"De hecho, mi padre nunca llamó a un productor, a un director, a un agente, a nadie.
No quise. Prefería que fuera por méritos propios", insiste a este periódico.
La joven Collins no ha querido evitarlo a pesar de que sus padres se divorciaron cuando tenía siete años
. Pero sabe que es un arma de doble filo porque el público puede pensar que ha conseguido el trabajo por su cara bonita.
En su caso llevan algo de razón.
El rostro de la actriz, nacida en Inglaterra pero criada en Estados Unidos, ha tenido mucho que ver en su carrera ya que posee unas facciones que se han comparado con las de Audrey Hepburn, e influyeron a la hora de conseguir el papel de princesa en Blancanieves. Mirror, Mirror (2011), su trabajo más conocido. También ha sido determinante para lograr el papel de Marla en su último filme, La excepción de la regla,dirigido, cointerpretado y con guion de Warren Beatty.
"Claro que sabía quien era Warren Beatty", protesta con un mohín. "El cielo puede esperar es una de las películas preferidas de mi padre.
Aunque la mía es Shampoo. Beatty tiene una película para cada espectador”.
Junto a él vivió el cumpleaños más memorable de su vida. Cuando cumplió 25 y el legendario actor y director le llenó su camerino de globos.
"De verdad que no se podía entrar.
Una forma explosiva de celebrar mi primer cuarto de siglo", recuerda.
Collins se ve como una europea —"una britin en los tiempos del brexit", dice— y se oye como una americana con ese acento que tiene desde que se mudó de niña a Los Ángeles.
El momento zen lo busca en Suiza, donde su padre reside desde hace años y disfruta por igual de su naturaleza y sus pastelerías. Tiene muy claro que lo suyo es la interpretación, con o sin apellido, aunque también reconoce que a su alrededor revolotean otras tentaciones.
Por ejemplo el periodismo, una profesión en la que pensó antes de dedicarse a la actuación hasta que su madre le dio el mejor consejo de su carrera: "Si quieres ser actriz, deja que conozcan tus personajes pero no muestres mucho quién es la verdadera Lily".
Por eso esperó hasta tener 16 años para presentarse a las audiciones que ahora la han hecho estrella y dejar de lado la información :
"Esperé hasta sentirme segura de poder aceptar el rechazo".
Su segunda tentación es la música.
De tal palo, tal astilla. Ya cantó en Blancanieves. Mirror Mirror y ahora también en La excepción a la regla.
"Ni tan siquiera se lo dije a mi padre. Así, si se me escapa un gallo, es Marla, no Lily.
Pero cuando me escuchó ni me reconoció. Eso me demostró que lo más importante de tener un apellido es superar las expectativas”.
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