No solo tu edad y tu cumpleaños, también si tienes amigos en el extranjero y si viajas a menudo.
No lo recordaba, pero me di de alta en Facebook un 27 de
julio de 2007.
Otro dato que había olvidado es que el 18 de septiembre
de 2008 usé esta red social para confesar (ojo ahí) que no sé silbar.
A
finales de ese año, un compañero del colegio escribió en mi muro: “He
alucinado con esto del Facebook, poder reencontrar a gente de la
infancia”.
He recuperado esto (y unas cuantas más) gracias a un
archivo que me he bajado de esta red social con toda la información que
he publicado desde que me abrí una cuenta.
Si quieres tener acceso a
esta información -sobre ti, claro, no sobre mí- puedes hacerlo a través de este formulario de Facebook. En mi caso, me encuentro con información como esta:
- Perfil: aparte de la fecha en la que me di de alta,
aparecen todas las páginas que me gustan.
Muchas de ellas olvidadas,
como el grupo ¿Por qué Alejandro Sanz habla con acento andaluz si es de Moratalaz?, El padre que llega tarde a la función del hijo en las películas americanas y, por supuesto, el clásico Señoras con la bolsa en la cabeza cuando llueve.
- Amigos: los que tengo, los que borré y las solicitudes
que rechacé o a las que no contesté.
También hay una solicitud enviada y
jamás contestada.
No reconozco el nombre, así que imagino que P. M.
hizo lo correcto al rechazarla. Están ordenadas por orden cronológico
inverso y consta la fecha en la que nos hicimos amigos.
- Mensajes: todos los que he enviado en algún momento.
No
hay distinción entre enviados y recibidos, más allá del contenido, y en
muchos no aparece el nombre de la persona con la que me crucé esos
mensajes.
A saber quién dijo el 5 de diciembre de 2009 que “yo no puedo
ir a cenar, pero me acercaré luego aunque sea a tomar algo”.
- Eventos: todos a los que he asistido.
También a los que
me han invitado. Tal y como se puede comprobar en el listado, a la
mayoría ni he respondido (aprovecho para disculparme) o los he rechazado
(una vez más, disculpas).
- Fotos y vídeos: los que he compartido, pero no los que ya
he borrado ni las fotos en las que otros me han etiquetado.
Sí se
pueden ver los comentarios.
- Biografía: todo lo publicado en mi muro, por orden
cronológico, pero solo el texto.
No hay enlaces, por ejemplo, ni
imágenes. Tampoco aparecen ni los comentarios ni los "me gusta".
Sí
aparecen los amigos que he ido añadiendo, pero solo hasta que cambié la
opción en Facebook y le dije a la red social que dejara de anunciarlo.
Pero eso no es todo
Esa no es toda la información que Facebook tiene de mí ni
de lejos. Solo es la que he publicado en mi perfil.
Pero hay más.
Por
ejemplo, esta red social también sabe que tengo un iPhone 5C y que uso
una tablet, aunque yo no se lo he dicho jamás.
Y que tengo amigos
expatriados y familia viviendo lejos.
Me califica de “viajero habitual”,
pero lo cierto es que voy a Barcelona a menudo a ver a mi familia y no
sé si eso cuenta como hacer turismo.
También cree que vivo con
“compañeros de piso”.
Da miedo que Facebook sepa que vivo con alguien,
aunque desconozca mi situación sentimental y por eso la describa en esos
términos.
En este caso se trata de la información que usa para enviarte
anuncios según tus intereses.
O lo que Facebook cree que son nuestros
intereses.
En “Tu información” podemos encontrar la información que Facebook sabe
“acerca de ti” y de “tus categorías”.
Podemos borrar la información que
queramos, pero eso no significa que Facebook la olvide, sino que no la
utilizará para venderla a sus anunciantes.
Esto a su vez tampoco quiere
decir que no vayamos a ver ningún anuncio.
Lo único que ocurrirá es que
estos anuncios no estarán personalizados.
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