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Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
14 may 2017
El gran negocio de diseñar el vestido de la boda del año............ María Contreras
Todo apunta a que el británico Giles Deacon es el elegido por Pippa Middleton.
Pippa Middleton, en la gala benéfica ParaSnowBall en Londres. Ricky Vigil MGC Images
A pocos días de la boda del año, la prensa inglesa lleva semanas especulando con todos los detalles del enlace entre Pippa Middleton, hermana de la duquesa de Cambrigde, y James Matthews. Una de las grandes incógnitas gira en torno a quién diseñará el
vestido, y aunque el misterio no se desvelará hasta el 20 de mayo, el
favorito es el británico Giles Deacon. El modisto fue visto el pasado noviembre saliendo de casa de Pippa con
unos abultados portatrajes negros, y eso bastó para disparar los
rumores. Deacon estudió en Central Saint Martins y fundó su firma en 2003, pero en enero de 2016 cerró temporalmente su división de prêt-à-porterpara
centrarse en piezas de costura. “Queremos maximizar el éxito de
nuestros diseños de alfombra roja para clientes privados”, declaró
entonces al medio especializado WWD. De ser Middleton uno de esos
clientes, la elección demostraría no poca osadía por parte de la novia:
los modelos teatrales de Deacon no parecen una apuesta obvia.
Deacon
no es el único nombre que se baraja. En las quinielas aparecen también
Jenny Packham, una de las diseñadoras fetiche de las hermanas Middleton;
Amanda Wakeley, favorita de Theresa May; Suzanne Neville, en cuya
tienda se ha visto a Pippa y a su madre; Emilia Wickstead, que acaba de
lanzar colección nupcial; o incluso Victoria Beckham. No parece probable que la novia se decante por McQueen para no replicar
la elección de su hermana Kate, ni por un diseñador no británico siendo
cuñada del futuro rey de Inglaterra, aunque hay quien también apunta a Valentino o Elie Saab. Se da por hecho que el famoso sombrerero Stephen Jones, que ha visitado recientemente su casa, también jugará un papel en la ceremonia. Diseñar el vestido para una boda con tanta repercusión
puede llegar a suponer miles de horas de trabajo para una firma, pero
garantiza a su creador un lugar en las hemerotecas. Fue el caso de David
Emanuel, que firmó el de la princesa Diana. “Teníamos al mundo entero
pendiente”, recuerda el modisto, que hoy presenta el programa Say yes to the dress
y colabora con la firma de joyas Clogau Gold. “Conseguimos que nadie
tuviera ni idea de cómo sería el vestido hasta que descendió del
carruaje frente a la iglesia. Fue un logro muy gratificante, y ella
estaba fabulosa”.
Pippa Middleton y su prometido, James Matthews, en Wimbledon, el 6 de julio de 2016.Karwai TangWireImage
Propuestas
Lorenzo Caprile, que vistió a la infanta Cristina el día de su boda con Iñaki Urdangarin,
asegura que el hecho de que una clienta sea famosa no altera su proceso
de creación: “Si te dejas llevar por la importancia del personaje,
entras en un bucle muy paranoico y negativo que paraliza todo el
proceso”. Teresa Helbig
aboga por la discreción y más aún en estos tiempos de sobreexposición:
“Nos da igual si la novia que tenemos delante es conocida o anónima. Nosotros protegemos a capa y espada los procesos, nombres y anécdotas de
quienes han pasado por nuestro atelier. Además, no queremos entrar en ese juego de name dropping, en esa carrera absurda de mejor cuantos más likes”. La británica Suzanne Neville señala como única diferencia “que mis clientas celebrities prefieren un vestido a medida para que nadie más pueda llevarlo”. ¿Y cómo creen ellos que vestirá Middleton? Caprile se la
imagina “con un vestido de línea lánguida, del estilo con el que fue a
la boda de su hermana… y con algún detalle de encaje”. La británica
Phillipa Lepley apuesta por “un vestido bastante tradicional, pero con
un giro que lo haga suyo, y tal vez un toque moderno”. Emanuel visualiza
“una boda de campo típicamente inglesa. No es un acontecimiento real,
así que, si es lista, hará lo contrario que su hermana y apostará por
algo muy delicado y romántico”. Rosa Clará, una de las diseñadoras
nupciales de referencia en España, no niega que le hubiera encantado
acometer el reto, y concluye: “Seguro que el vestido reflejará su
felicidad y su belleza natural”. Si el vestido de novia de Pippa logra
hacerse tan viral como lo fue el de dama de honor, su diseñador pasará a
la historia con él.
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