Beatrice Borromeo luce un vestido de Chanel que llevó su suegra en 2007. Carlota Casiraghi fue la primera en llevar uno de sus trajes de diseño.
Carolina de Mónaco
es considerada desde hace décadas una de las princesas más elegantes de
la realeza.
Y su hija y su nuera parecen ser bien conscientes de ello.
Si primero fue Carlota Casiraghi, quien en el pasado Baile de la Rosa lució un vestido de su madre, ahora ha sido su nuera, la mujer de Pierre Casiraghi, quien ha tirado de fondo de armario de lujo para un evento social.
A finales del mes de abril, Beatrice Borromeo acudió con su marido a una cena organizada por el diseñador Charles Kaisin en el casino de Montecarlo, y para la ocasión decidió enfundarse en un vestido largo con falda de flecos de tonos metalizados de Chanel. El mismo traje que lució Carolina de Mónaco durante el tradicional Baile de la Rosa de 2007.
Y su hija y su nuera parecen ser bien conscientes de ello.
Si primero fue Carlota Casiraghi, quien en el pasado Baile de la Rosa lució un vestido de su madre, ahora ha sido su nuera, la mujer de Pierre Casiraghi, quien ha tirado de fondo de armario de lujo para un evento social.
A finales del mes de abril, Beatrice Borromeo acudió con su marido a una cena organizada por el diseñador Charles Kaisin en el casino de Montecarlo, y para la ocasión decidió enfundarse en un vestido largo con falda de flecos de tonos metalizados de Chanel. El mismo traje que lució Carolina de Mónaco durante el tradicional Baile de la Rosa de 2007.
También se tomó al pie de la letra su apuesta por los complementos que lo acompañaron.
Como Carolina de Mónaco, la periodista italiana combinó el traje con unas sandalias de tiras y un bolso de mano en tonos plateados.
Un divertido evento al que acudieron 120 personas y para el que Carolina de Mónaco, que fue acompañada de su hermano Alberto, lució un original complemento: una pulsera realizada con los alambres metálicos de los cuellos de las botellas de vino o champán.
Quién sabe si en el futuro la joya se verá en la muñeca de otra de las mujeres de la familia Grimaldi.
Desde hace años, Carolina de Mónaco confía en el trabajo de su amigo Karl Lagerfeld al frente de la marca Chanel.
En los eventos sociales más importantes de Montecarlo, la princesa suele lucir los trajes de alta costura de la firma, y en más de una ocasión ha ido acompañada del brazo del diseñador, al quien también demuestra su apoyo en la primera fila de sus desfiles.
El pasado mes de abril, durante su viaje oficial a Japón, la princesa Victoria de Suecia lució un vestido en azul con puntos color salmón y lazo al cuello que su madre, la reina Silvia, se puso en 1978.
Lo mismo ha hecho Máxima de Holanda con el fondo de armario de su suegra Beatriz.
En mayo de 2014, en un día de fiesta nacional, la hoy reina de los Países Bajos se enfundó en un vestido verde con aplicaciones que su suegra llevó durante un viaje oficial como reina a Bélgica en 1981.
También en enero de 2016, Máxima lució un abrigo de cuello redondo color marrón muy parecido a uno que llevó su suegra hace varias décadas.
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