Vendió una sortija de brillantes por 3.000 euros para mantener a su hijo pequeño.
Marina Danko ha sufrido penurias económicas desde que se separó de Palomo Linares
GTRES
La necesidad apretaba en aquellos momentos y no tuvo otra opción. El anillo era un tú y yo con dos potentes brillantes.
Según ha podido saber LOC, la joya era muy querida por Danko pero en aquel momento su prioridad era mantener a su hijo menor, quien se encontraba estudiando en la universidad.
Fue una mala venta para sobrevivir tanto la protagonista como su vástago.
Un negocio impensable en otro momento, pero la situación era complicada.
El valor de la pieza es difícil de calcular aunque podría haber alcanzado en aquel momento los 20.000 euros.
Un precio muy superior por el que se desprendió: 3.000 euros fue la cantidad que la nueva poseedora le entregó a Marina Danko.
«Yo le di esa cantidad porque Marina lo necesitaba para ese instante
. Si hubiera sido una huraña le hubiese entregado mucho menos dinero porque Marina precisaba ese dinero en ese momento. La situación que atravesaba era terrible. Estaba una mano delante y otra detrás», aclara la nueva propietaria.
LOC también ha hablado con Marina Danko: «Lo que no hablé en su momento no lo voy a hablar ahora. Mi vida en este momento tiene sosiego y baile», asegura.
La que fuera esposa del matador Palomo Linares no quiere aclarar nada de su pasado porque atraviesa su momento más dulce. Danko forma parte del equipo del programa Mira quién baila de TVE e intenta ser feliz. Pero los últimos años han sido durísimos para la colombiana.
El 5 de agosto de 2011 comenzó un calvario que la llevó a la situación de vender su joya más querida para poder comer. Ese día, su hijo mediano Miguel y su entonces mujer Marta González la recogieron de la finca familiar El Palomar para depositarla en un piso en el centro de Madrid.
Marina Danko abandonó el hogar tras ser echada por su marido. La ex modelo llevaba lo puesto y una joya.
La pieza que le permitió vivir unas semanas. No sacó nada más de su domicilio familiar por aquel entonces. Es la primera noche que pernoctó en lo que se convertiría en su nuevo hogar pero no como propietaria de la vivienda porque está a nombre de su hijo Miguel, que mantiene una estrecha relación con su padre.
Los hijos están divididos en bandos. Miguel con Palomo Linares y Sebastián con la madre.
El menor, Andrés, vive al margen.
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