El arquitecto chino-estadounidense ideó un símbolo parisino que levantó polémica desde antes de su inauguración en 1989.
Cuando el expresidente François Mitterrand decidió encargarle el proyecto en 1983, Ieoh Ming Pei era casi un desconocido en Europa.
El arquitecto chino-estadounidense había construido casi exclusivamente en Estados Unidos, pero el dirigente socialista apostó fuerte por él para la modernización del mayor museo del mundo, antiguo palacio de los reyes de Francia.
Pei partió de una simple constatación: el Louvre era un "museo extraño" porque su entrada era lateral, lo que la hacía "invisible". Necesitaba una entrada central, y el arquitecto se la dio: una pirámide de cristal de 21 metros de alto que, en plena explanada, daba acceso a un complejo subterráneo.
Fue su primer proyecto en Europa e indignó a muchos franceses. Este miércoles, cuando Pei cumple 100 años, lleva ya mucho tiempo siendo un emblema de París.
El arquitecto chino-estadounidense había construido casi exclusivamente en Estados Unidos, pero el dirigente socialista apostó fuerte por él para la modernización del mayor museo del mundo, antiguo palacio de los reyes de Francia.
Pei partió de una simple constatación: el Louvre era un "museo extraño" porque su entrada era lateral, lo que la hacía "invisible". Necesitaba una entrada central, y el arquitecto se la dio: una pirámide de cristal de 21 metros de alto que, en plena explanada, daba acceso a un complejo subterráneo.
Fue su primer proyecto en Europa e indignó a muchos franceses. Este miércoles, cuando Pei cumple 100 años, lleva ya mucho tiempo siendo un emblema de París.
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