La hija de la princesa Carolina de Hannover rescató del armario de su progenitora un Chanel vintage que le sentaba como un guante.
El vestido es un modelo de la firma
francesa de los muchos que la Princesa atesora en su armario y que ahora
cobra actualidad porque su hija, la bella Carlota lo eligió para
asistir al último Baile de la Rosa, celebrado esta semana pasada en el
Sporting Club de Montecarlo.
Lo combinó con bolso de mano de raso
negro y zapatos a juego. Destacó su peinado con un lado recogido y el
otro ondulado y unos pendientes largos de brillantes.
La princesa de Mónaco lo llevó en un
evento, el “Dances Forum”, que tuvo lugar en la capital del Principado
en diciembe de 2002, al que acudió acompañada del entonces su marido,
Ernesto de Hannover.
El diseño de Karl Lagerfeld, en satén
negro, acampanado, con escote en uve y donde destaca un delicado bordado
en tul sobre fondo claro, que acaba en un volante asimétrico, permanece
inalterable con el paso del tiempo.
Prueba de ello es que Carlota
Casiraghi lo ha lucido en todo su esplendor y nadie diría que tiene ya
diecisiete años.
Y es que los vestidos de Chanel,
especialmente los de Alta Costura, son auténticas joyas que sus
afortunadas propietarias conservan para siempre.
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