Siempre entre las nubes hay esos huequitos de Sol que te dan valor.
Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
19 feb 2017
Sortijas de ida y vuelta........................... Mateo Sancho Cardiel
Los anillos de compromiso, un negocio y, a veces, una venganza.
Mariah Carey, el pasado mes de diciembre luciendo en el dedo el anillo de compromiso que le regaló James Packer. cordon press
En EE UU, país con 321,4 millones de habitantes, en 2015 se
casaron 2,2 millones de personas y se divorciaron o anularon sus
matrimonios 800.000, según datos oficiales. Lo que no hay son
estadísticas sobre cuántas pedidas de mano hubo o cuántos anillos de
compromiso se regalaron sin que llegara a celebrarse la boda.
Britney Spears, Esther Cañadas, Lady Gaga o Mariah Carey
pertenecen a este último grupo y, como es bien sabido, esta última no
quiere devolver el anillo de compromiso valorado en 10 millones a su
exprometido, el magnate australiano James Packer. Esta situación revela
dos cuestiones: la primera, la fortuna que se gastan muchos en la
sortija y, la segunda, el limbo legal en el que queda dicha joya cuando
los planes de dar el “sí quiero” se cancelan.
En EE UU, país con 321,4 millones de habitantes, en 2015 se
casaron 2,2 millones de personas y se divorciaron o anularon sus
matrimonios 800.000, según datos oficiales. Lo que no hay son
estadísticas sobre cuántas pedidas de mano hubo o cuántos anillos de
compromiso se regalaron sin que llegara a celebrarse la boda. Sobre el precio de la sortija, el despliegue de Packer no es
representativo, pero durante años rigió en EE UU la ley de que un
anillo de compromiso tiene que costar tres veces el sueldo del que hinca
rodilla. Sin embargo, parece que los millennials están
empezando a cambiar eso. En cualquier caso, los precios siguen siendo lo
suficientemente altos para que, de romperse la pareja, parezca lógico
que quien compró el anillo quiera recuperar su fallida inversión. Pero
la legislación es ambigua al respecto, como bien descubrió el
exprometido de Esther Cañadas, el empresario de origen etíope Vikram
Chatwal, cuando quiso que le devolviera el anillo de compromiso
frustrado que le costó 313.000 euros. Y se han dado casos, como el del
jugador de fútbol estadounidense Mario Williams, que al final tuvo que
buscar un acuerdo extrajudicial con su expareja, a la que regaló un
anillo de 785.000 euros. Así, cuando Mariah Carey se autoatribuye el derecho a quedarse con el pedrusco porque aseguran fue él quien decidió la ruptura no le falta razón. Como queda patente en la orden que redactaron en Connecticut en 2007
los jueces Thomas Thorndike y Christina Demirs, “la mayoría de las
jurisdicciones que han considerado la propiedad de un anillo de
compromiso después de que este fuera roto han adoptado una perspectiva
basada en la culpa, según la cual el que lo regaló tendría derecho a que
le fuera devuelto solo si el compromiso se ha roto por muto acuerdo o
de manera injustificada por parte del receptor de este”. Según esto, en
noviembre de 2016, un joven de Manhattan reclamó por la vía judicial a
su exprometida que le devolviera el anillo de 125.000 euros que le había
regalado. Pero la estrella de la canción, en ese sentido, está en lo
cierto al afirmar que en California si la culpa es de quien lo ha
regalado, la joya puede quedarse en el dedo en el que fue colocada. Eso
sí, demostrar eso puede llevar varias vistas judiciales y requerir
muchas pruebas.
Lady Gaga y su entonces
prometido, Taylor Kinney, en los Oscar del año pasado en una imagen en
la que la cantante muestra su anillo de compromiso en forma de corazón. instagram
Thorndike y Demirs también apuntaban la tendencia creciente
de “una minoría de jurisdicciones que han adoptado una perspectiva sin
culpa” que considera que “el propósito principal del periodo de
compromiso es permitir a la pareja probar la durabilidad de los
sentimientos hacia el otro y, con ese propósito en mente, sería
irracional penalizar al regalador por tomar la decisión de prevenir un
matrimonio infeliz”. El anillo es, entonces, un regalo condicionado, que
pierde su condición en el momento en el que esa condición (la boda)
desaparece de la ecuación. Así lo entendió Britney Spears cuando le
devolvió a Jason Trawick su sortija, valorada en 90.000 euros . O Lady
Gaga, que según informaban medios estadounidenses esta semana ha hecho
lo propio cuando ha encontrado un sustituto en su corazón del actor Taylor Kinney. En cualquier caso, los abogados recomiendan hacer una pedida de mano
protocolaria y explícita desde que Debbie López, en 2014, consiguiera
que su exprometido y padre de su hijo perdiera el caso por no pronunciar
la famosa frase: “¿Quieres casarte conmigo?”. “Me dijo que era un
regalo por ser una gran mujer, por ser una buena madre para su hijo”,
argumentó López en declaraciones recogidas por el New York Post. Y se acabó quedando con la sortija de 10.000 euros por considerarse un
regalo sin condiciones. Por eso, no es aconsejable regalar el anillo de
compromiso el día del cumpleaños o el día de San Valentín. ¿Qué hacer
con un anillo una vez anulada la boda? Josh Opperman tuvo olfato
empresarial y cuando su compromiso se fue a pique creó una web de compraventa de anillos de segunda mano, I Do Now I Don’t. Le llegó a generar beneficios anuales de cuatro millones de dólares.
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