El escritor y crítico argentino falleció a la edad de 75 años.
El escrito argentino Ricardo Piglia
ha muerto a los 75 años. Lector, crítico, editor, guionista de cine,
profesor de literatura y, sobre todo, narrador, Piglia nació en Adrogué,
provincia de Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1941.
Vivió entre Argentina y Estados Unidos y la literatura, pero pasó sus últimos meses en Buenos Aires a causa de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que le afectó las neuronas que controlaban sus músculos, pero que no le impidieron la lucidez intelectual y creativa, por lo cual trabajó hasta casi el último momento.
Autor de tres libros de cuentos, seis ensayos y una novela corta, Piglia escribió cinco novelas, entre 1980 y 2013.
Aunque desde la primera, Respiración artificial, se ganó un lugar dentro de los autores latinoamericanos indiscutibles posteriores al boom.
A aquella historia sobre la dictadura militar de su país le siguieron doce años de silencio novelístico hasta que volvió con La ciudad ausente.
Cinco años más tarde, en 1997, su literatura llegó al gran público con Plata quemada.
Otros 13 años de silencio que fueron interrumpidos con Blanco nocturno, en 2010, y una estela de premios que incluyeron el de la Crítica en España y el Rómulo Gallegos.
Su última novela fue El camino de Ida, en 2013.
Antes de Respiración Artificial, y en medio de esas novelas, Ricardo Piglia escribió cuentos y ensayos, muchos ensayos sobre escritores, sobre el arte de escribir, sobre la crítica literaria y sobre la edición; entre todos ellos destaca un artefacto creativo que refleja a aquel niño que quería desmontar los tornillos del lenguaje o descubrir las dosis de las pócimas del hechizo literario: Crítica y ficción.
Son 226 páginas originales del año 1986, pero actualizadas en 2001, en las que Piglia bebe de la tradición literaria universal y de su país, a lo borgeano, con un “tratado de poética” donde él está en un bar con unos amigos y estos le preguntan cosas, cosas donde se junta su vida y su literatura, donde se desvelan los hilos que tejen su pensamiento de ciudadano, lector, crítico, profesor, editor y narrador.
Vivió entre Argentina y Estados Unidos y la literatura, pero pasó sus últimos meses en Buenos Aires a causa de una esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que le afectó las neuronas que controlaban sus músculos, pero que no le impidieron la lucidez intelectual y creativa, por lo cual trabajó hasta casi el último momento.
Autor de tres libros de cuentos, seis ensayos y una novela corta, Piglia escribió cinco novelas, entre 1980 y 2013.
Aunque desde la primera, Respiración artificial, se ganó un lugar dentro de los autores latinoamericanos indiscutibles posteriores al boom.
A aquella historia sobre la dictadura militar de su país le siguieron doce años de silencio novelístico hasta que volvió con La ciudad ausente.
Cinco años más tarde, en 1997, su literatura llegó al gran público con Plata quemada.
Otros 13 años de silencio que fueron interrumpidos con Blanco nocturno, en 2010, y una estela de premios que incluyeron el de la Crítica en España y el Rómulo Gallegos.
Su última novela fue El camino de Ida, en 2013.
Antes de Respiración Artificial, y en medio de esas novelas, Ricardo Piglia escribió cuentos y ensayos, muchos ensayos sobre escritores, sobre el arte de escribir, sobre la crítica literaria y sobre la edición; entre todos ellos destaca un artefacto creativo que refleja a aquel niño que quería desmontar los tornillos del lenguaje o descubrir las dosis de las pócimas del hechizo literario: Crítica y ficción.
Son 226 páginas originales del año 1986, pero actualizadas en 2001, en las que Piglia bebe de la tradición literaria universal y de su país, a lo borgeano, con un “tratado de poética” donde él está en un bar con unos amigos y estos le preguntan cosas, cosas donde se junta su vida y su literatura, donde se desvelan los hilos que tejen su pensamiento de ciudadano, lector, crítico, profesor, editor y narrador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario