La misión a Riad, de tres días, prevé la firma de un contrato de Navantia de más de 2.000 millones
Felipe VI viajará el próximo fin de semana a Arabia Saudí, una visita
que se realizará entre los días 14 y 16 y que ha tenido que aplazar en
dos ocasiones desde que se programó para febrero de 2016.
Entonces, la situación de interinidad y bloqueo político desaconsejaron esta visita.
A finales de año, superada la investidura, volvió a programarse, sin embargo tuvo que suspenderse el mismo día que estaba previsto que se iniciara, el 12 de noviembre, a causa del fallecimiento del príncipe Turki, de 82 años, uno de los once hermanos del rey Salman Bin Abdulaziz al Saud.
Está previsto que el Rey llegue a Riad el sábado por la tarde. El domingo mantendrá un encuentro con la colonia española en Arabia Saudí, que cuenta con 5.000 españoles, y otro con los ministros saudíes de Defensa, Mohamed bin Salman, e Interior, Mohamed bin Nayef. El rey Salman designó a su sobrino, actual ministro de Interior, como príncipe heredero. Su hijo, titular de Defensa, es el segundo en la línea de sucesión. El lunes, el Rey mantiene citas de carácter económico.
La visita reviste especial importancia para España con la
firma del contrato de compra de cinco corbetas por más de 2.000 millones
de euros para la marina Saudí construidas por el astillero público
Navantia.
Asimismo, el ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, tiene previsto abordar con su homólogo saudí los problemas que rodean la construcción del AVE del Desierto entre Medina y La Meca.
El consorcio español que lo construye negocia una moratoria de al menos 17 meses en la finalización de la obra, cuyo plazo inicial concluye este mes.
El contrato de Navantia, cuya adjudicación depende de la decisión política saudí, cuenta con todos los detalles técnicos desde hace meses a la espera de que se normalizara la situación política española y el Rey pudiera acudir a Arabia Saudí para solemnizar la firma.
Para la empresa española este es el mayor contrato hasta ahora firmado y proporcionará una carga de trabajo en los astilleros de El Ferrol y San Fernando que podrá garantizar empleos a dos millares de personas durante cinco años.
La misión a Arabia Saudí, a la que no está previsto que acuda la Reina, se ha concebido, asimismo, para que los reyes Felipe VI y Salman bin Abdulaziz den continuidad a la amistad que durante años han mantenido sus antecesores, Juan Carlos I y Abdalá bin Abdelaziz.
Además, Arabia Saudí vive un momento crucial en el que está tratando de reorientar su economía basada en el petróleo, una producción que está llamada a la extinción en poco más de dos décadas.
Pese al beneficio económico implícito en la visita, este se ha convertido en un viaje incómodo para el jefe del Estado español. Su presencia en Arabia Saudí ha alimentado el debate político después de que Podemos, que puso en tela de juicio los contratos firmados por empresas españolas con Arabia Saudí, pidiera al Rey que no viaje a un país “donde los defensores de los derechos humanos sufren una represión continua”.
El régimen saudí es uno de los que aplican con mayor facilidad la pena de muerte en el mundo.
En los últimos tres años ha llevado a cabo más de 350 ejecuciones. Asimismo, está en la lista negra de las ONG por su falta de respeto a los derechos humanos y lidera una intervención militar en Yemen que suma más de 7.000 muertos, la mayoría civiles. fuentes de La Zarzuela han subrayado que es el Gobierno el que decide los viajes al exterior del jefe del Estado.
Entonces, la situación de interinidad y bloqueo político desaconsejaron esta visita.
A finales de año, superada la investidura, volvió a programarse, sin embargo tuvo que suspenderse el mismo día que estaba previsto que se iniciara, el 12 de noviembre, a causa del fallecimiento del príncipe Turki, de 82 años, uno de los once hermanos del rey Salman Bin Abdulaziz al Saud.
Está previsto que el Rey llegue a Riad el sábado por la tarde. El domingo mantendrá un encuentro con la colonia española en Arabia Saudí, que cuenta con 5.000 españoles, y otro con los ministros saudíes de Defensa, Mohamed bin Salman, e Interior, Mohamed bin Nayef. El rey Salman designó a su sobrino, actual ministro de Interior, como príncipe heredero. Su hijo, titular de Defensa, es el segundo en la línea de sucesión. El lunes, el Rey mantiene citas de carácter económico.
Asimismo, el ministro de Fomento, Íñigo Gómez de la Serna, tiene previsto abordar con su homólogo saudí los problemas que rodean la construcción del AVE del Desierto entre Medina y La Meca.
El consorcio español que lo construye negocia una moratoria de al menos 17 meses en la finalización de la obra, cuyo plazo inicial concluye este mes.
El contrato de Navantia, cuya adjudicación depende de la decisión política saudí, cuenta con todos los detalles técnicos desde hace meses a la espera de que se normalizara la situación política española y el Rey pudiera acudir a Arabia Saudí para solemnizar la firma.
Para la empresa española este es el mayor contrato hasta ahora firmado y proporcionará una carga de trabajo en los astilleros de El Ferrol y San Fernando que podrá garantizar empleos a dos millares de personas durante cinco años.
La misión a Arabia Saudí, a la que no está previsto que acuda la Reina, se ha concebido, asimismo, para que los reyes Felipe VI y Salman bin Abdulaziz den continuidad a la amistad que durante años han mantenido sus antecesores, Juan Carlos I y Abdalá bin Abdelaziz.
Además, Arabia Saudí vive un momento crucial en el que está tratando de reorientar su economía basada en el petróleo, una producción que está llamada a la extinción en poco más de dos décadas.
Pese al beneficio económico implícito en la visita, este se ha convertido en un viaje incómodo para el jefe del Estado español. Su presencia en Arabia Saudí ha alimentado el debate político después de que Podemos, que puso en tela de juicio los contratos firmados por empresas españolas con Arabia Saudí, pidiera al Rey que no viaje a un país “donde los defensores de los derechos humanos sufren una represión continua”.
El régimen saudí es uno de los que aplican con mayor facilidad la pena de muerte en el mundo.
En los últimos tres años ha llevado a cabo más de 350 ejecuciones. Asimismo, está en la lista negra de las ONG por su falta de respeto a los derechos humanos y lidera una intervención militar en Yemen que suma más de 7.000 muertos, la mayoría civiles. fuentes de La Zarzuela han subrayado que es el Gobierno el que decide los viajes al exterior del jefe del Estado.
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