La modelo tenía dos familias: la de sangre, con sus conflictos internos, y la elegida, en la que era inseparable del diseñador. Con él compartió música, éxitos y malos momentos.
Cuando el lunes anunciaron que Bimba Bosé había fallecido a los 41 años rodeada de sus seres queridos, en realidad faltó a su lado uno muy importante: David Delfín.
Su amigo, su compañero, su cómplice desde los 18 años y, de alguna manera, su eterno amor.
Alguien que ha estado siempre a su lado, con quien ha compartido momentos buenos y no tanto.
El diseñador estaba en su casa luchando contra la misma enfermedad que se ha llevado a la modelo.
Hasta en eso han tenido una vida paralela.
David Delfín, una vez fue informado de la noticia, desoyó todos los consejos y decidió ir a despedirse de su alma gemela.
El pasado martes llegó al tanatorio en silla de ruedas y roto de dolor.
Todo comenzó en el Morocco, la discoteca de Alaska en la que Bimba y David se conocieron bailando cuando ella tenía 18 años y él cinco más.
De allí surgió un grupo que ha compartido inquietudes artísticas y sentimentales durante muchos años.
Con esa pandilla ha tenido también mucho que ver Miguel Bosé. Tío y sobrina han tenido muchos amigos en común. Rafa Sánchez, líder de La Unión e íntimo del cantante, fue quien dio la primera oportunidad en la música a Bimba.
Un proyecto fracasado que la llevó a plantearse su paso al mundo de la moda.
Tenía 20 años, algo mayor para entrar en esa industria, y un físico nada convencional.
Pero fue precisamente su estilo andrógino y transgresor el que la hizo triunfar.
Para su aventura en la moda también contó con la complicidad de David Delfín, que por entonces hacía sus primeros diseños.
La última vez que Bimba Bosé se subió a una pasarela fue en febrero del año pasado, en Madrid, vestida con prendas de la que ha sido la última colección de su gran amigo.
El taller de David Delfín fue algo más que una sala de costura. Experimentaron, crearon, y, como ella contó, hasta se psicoanalizaron.
Bimba se enamoró de Diego Postigo y David de su hermano Gorka Postigo.
La modelo tuvo dos hijos y cuando llegó la separación del matrimonio, en 2013, el diseñador también había roto ya con su pareja.
Los cuatro han seguido siendo familia aunque todos rehicieron su vida.
La familia de sangre de Bimba no ha sido tan estable. Los Dominguín-Bosé son un volcán.
Han heredado la fuerte personalidad del patriarca, el torero Luis Miguel Dominguín, y de la matriarca, la actriz Lucía Bosé.
Ellos admiten que en ocasiones se pasan largas temporadas sin hablarse, que sus broncas son monumentales pero que cuando se necesitan, se encuentran.
Quiso hacer caja hablando de su vida pero pronto se dio cuenta de que era más rentable hablar de su tío Miguel y su paternidad.
Y si hay alguien que aborrezca ese tipo de periodismo es el cantante.
Rompió con Olfo y con su hermana Lucía, que optó por apoyar a su hijo.
Incluso ella misma, como su hermana Paola, coquetearon con los platós cuando la economía familiar lo requirió.
Una noche en la que Lucía Bosé, la matriarca, se atrevió a ir a Sálvame confesó que no se lo había dicho a su hijo porque temía su reacción.
Solo Bimba se mantuvo en la misma línea de discreción que su tío Miguel, quien siempre vio en ella a la hija que no tuvo.
Por eso, Miguel Bosé vive en Panamá con sus cuatro hijos.
Se fue huyendo del acoso mediático que sufrió tras su paternidad. Sus hermanas Lucía y Paola están instaladas en Valencia, donde hacen alfarería, diseñan zapatos con sus hijas y desarrollan su innata creatividad.
A Sotogrande (Cádiz) se mudó Bimba cuando enfermó con su última pareja, Charlie Centa, y con las niñas que tuvo con Diego Postigo.
Bimba hizo posible que la familia se reuniera para decirle adiós. Incluso Miguel Bosé, al que no se esperaba (como anunció su hermana Paola), tomó un avión desde Panamá.
Solo faltó la nonna Lucía, retirada en un pueblo segoviano y a la que las fuerzas le comienzan a fallar.
Tras la incineración, sus hijas y nietos se reunieron con ella y posaron con originales gorros en una peculiar foto de familia que publicaron en las redes sociales.
Fue, como quería Bimba, una cita con alegría, sin tristeza.
La tercera generación de los Bosé tenía en Bimba a su representante, pero parece que la cuarta ya ha elegido a Dora Postigo.
La prodigiosa voz de esta niña de 12 años tiene a toda la familia encandilada y a todos los que estos días la han descubierto a través de su canal de YouTube.
Su padre, Diego Postigo, cuidará ahora de las niñas, que seguirán creciendo en el ambiente artístico que su madre siempre quiso para ellas.
Cerca estará David Delfín, quien tiene por delante una dura batalla contra la enfermedad.
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