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Un Blues
Del material conque están hechos los sueños
24 dic 2016
Las cartas más cariñosas de Lady Di, a subasta
Los
problemas del príncipe Enrique en el colegio y el amor entre sus dos
hijos, entre los temas sobre los que Diana de Gales escribía al
mayordomo del palacio de Buckingham.
La figura de Lady Di sigue despertando curiosidad y admiración a partes iguales. Así lo demuestra, por ejemplo, que tres de sus vestidos fueran vendidos
el pasado 13 de diciembre por 80.000 euros. Ahora un nuevo trozo de la
vida de Diana de Gales, de quien el año que viene se cumple el 20 aniversario de su muerte,
sale a la venta. El próximo 5 de enero se subastarán las cartas nunca
vistas que la princesa mandó a un empleado del palacio de Buckingham, y
en las que, entre otras cosas, muestra su faceta más íntima y cariñosa
hablando de sus dos hijos. “Enrique no deja de meterse en líos” o “Guillermo no deja de darle besos a su hermano” son solo algunas de las frases escritas de puño y letra por Diana de Gales
en unas cartas que le enviaba a Cyril Dickman, mayordomo durante varias
décadas de Buckingham hasta su jubilación, y que falleció hace pocos
años. Tras su muerte, fue su nieto quien encontró estas cartas que Diana
de Gales empezó a escribir en los años ochenta y que terminaron a
principios de los noventa. Su puja en la casa de subastas Cheffies de
Cambridge se espera que supere los 20.000 euros (el precio de salida de
las cartas son 15.000 libras, unos 17.500 euros). "La Familia Real lo
quería mucho. Cuando estuvo enfermo, casi al final de su vida, el
príncipe Carlos fue a verlo a su hogar en Londres", contó su nieto
Matthew Dickman a Cambridge News.
“La reacción que se ha producido al nacimiento de Enrique
y las muestras de cariño que hemos recibido nos han desbordado a mí y a
Carlos”, escribe en una de sus primeras cartas, el 20 de septiembre de
1984, poco después del nacimiento de su segundo hijo cuando Diana
Spencer tenía 23 años y el joven matrimonio estaba abrumado por la
cantidad de flores que recibió en su casa.
El matrimonio que por esas
fechas aún parecía feliz a ojos de los británicos.
“Guillermo adora a su
hermano menor y pasa todo el tiempo encima de Enrique con un sinfín de
abrazos y besos, y apenas deja que los padres se acerquen”, escribía en
la misma carta, en la que también le agradece a Cyril Dickman su
felicitación
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