Un Blues

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6 dic 2016

El nuevo Oporto y la leyenda de Casillas....................... Juan L. Cudeiro.

Viene a cuento de la "Cordura" la obsesión de ese Mourinho a nivel personal con Casillas, manía, odio , envidia y no se medicaba, porque lo sufría él, La envidia es terrible para quien cometa ese pecado, terrible, que se lo digan a Casillas que lo sufrió.

El meta español, integrado en un equipo que mira hacia su vivero, oposita a llegar a los octavos de final de la Champions por decimoséptima vez en 18 participaciones.

 

Futbolistas del Oporto, entre ellos Casillas, celebran el gol del la victoria frente al Braga. AFP
“Victoria sufrida de narices”, quedó escrito en la cuenta de twitter de Iker Casillas. 
El pasado sábado al meta madrileño se le vio festejar como pocos el gol del Oporto al Braga en el minuto 95 de partido, una catarsis que llegó tras un largo ayuno.
 Cuatro partidos llevaba su equipo sin ver puerta, cuatro empates a cero consecutivos contra Os Belenenses en Liga y Copa de la Liga, en Copenhague para mantener el suspense en la Champions y en casa del modesto Chaves para quedar eliminado de la Copa en la tanda de penaltis.
 Antes de todo esa abstinencia, un empate más en casa contra el Benfica y otro cero a cero en una salida a Setúbal.
 Con toda esa sequía, con el recuerdo de esa última diana que deja al equipo a cuatro puntos del líder Benfica, el Oporto recibe este miércoles al ya clasificado Leicester en la Liga de Campeones.
 Si quiere acompañar a los ingleses en los octavos de final deberá ganarles, si no lo consigue quedará a expensas de que el Copenhague no triunfe en su visita al eliminado Brujas.
El tan añorado y celebrado gol llegó con la firma de Rui Pedro, un joven de 18 años que debutaba en el equipo.
 Sentado en el banquillo, al lado de Nuno, el director general de la entidad, Luis Gonçalves, estalló en llanto.
 Casillas había corrido ochenta metros para abrazarse a sus compañeros en el área rival.
 Tras el pitido final y en plena euforia el presidente Jorge Nuno Pinto da Costa acertó a mostrar una hoja de ruta para una entidad que desde 2004 hasta el pasado verano había ingresado más de 800 millones de euros y en la última ventana del mercado apenas recaudó 10, un club que cerró el último ejercicio con pérdidas de cerca de sesenta millones después de acabar el anterior con un superávit de veinte.
 “Nuestro camino es apostar por los jóvenes jugadores portugueses”, apunta el casi octogenario presidente portista. 

El Oporto gasta en su plantilla poco más de 75 millones de euros, un coste que le situaría a nivel español en torno al nivel del Villarreal, en un escalón bastante inferior no solo al de los dos grandes sino al de Atlético, Valencia o Sevilla.
 Pinto da Costa ya ha dejado claro que pretende bajar otro peldaño. “A corto plazo gastaremos una cuarta parte menos”.
 En ese escenario es una incógnita el futuro de Iker Casillas en el club, al que meses atrás se le ofreció prorrogar un año más el vínculo que acaba el próximo mes de junio.
 Al Oporto cada una de las dos campañas firmadas con el meta madrileño le cuesta 5 millones de euros, impuestos incluídos.
Pero más allá de lo económico, Casillas no deja de escribir su leyenda.
 Si el Oporto accede a los octavos de final de la máxima competición continental, él volverá a una estancia en la que solo faltó una vez en las 17 temporadas anteriores.
 Fue el año pasado, cuando Chelsea y Dinamo de Kiev enviaron a los portugueses a la Europa League, donde acto seguido les eliminó el Borussia Dortmund.
 Ahora busca su decimoséptimo pase a unos octavos de final de una competición referencial para él, una historia de amor que empezó a escribir en septiembre de 1999 cuando J. B. Toshack le puso bajo palos frente al Olympiacos y que tuvo un prólogo dos años antes la mañana que Jupp Heynckes reclamó que le sacasen del instituto para llevarlo a Noruega y sentarlo en el banquillo en un duelo contra el Rosenborg. 

El día que Casillas viajó a Trondheim faltaban cuatro meses para que naciese Rui Pedro. 
Y André Silva, la última perla de la cantera portista, acababa de cumplir dos años. 
Ya internacional y goleador con la selección e indiscutible titular en el equipo que prepara Nuno Espírito Santo acaba de renovar su vínculo hasta 2021 con una cláusula de rescisión de 60 millones de euros que envió al limbo la anterior de 25.
 Técnico, con buena planta y capacidad para rendir dentro y fuera del área, Silva quema etapas a toda velocidad, suma siete de los veinte goles del Oporto en la Liga y ha participado en tres de los cuatro marcados en Europa, con dos tantos y una asistencia.
 Con un futbolista así es fácil entender las expectivas de Pinto da Costa de explotar un vivero que el año pasado alzó el título de Segunda División mientras el filial del Benfica sufría para mantener la categoría y el del Sporting transitaba por la zona media de la tabla.
Con André Silva, con el recién llegado Rui Pedro al que Lopetegui ya había invitado a entrenar con el primer equipo cuando apenas tenía 16 años, también con Diogo Jota, cedido por el Atlético tras sorprender la pasada campaña en el Paços de Ferreira, e incluso con Gonçalo Paciencia (hijo del histórico goleador Domingos) cedido en el Olympiacos, el Oporto no duda en prescindir de Depoitre, un delantero llegado en verano desde el Gent belga por 6 millones de euros, o del asturiano Adrián, que no acaba de amortizar los 11 que costó su pase. 
Ante el Braga ambos se quedaron en la grada. “O Dragão necesitaba algo así. Los resultados no estaban al nivel de nuestro juego y contra el Leicester queremos volver a ser dominadores, controlar, marcar y ganar”, zanja Nuno.

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