#KeepItOn ha documentado 51 bloqueos en los diez primeros meses de 2016, 36 más que en todo 2015.
Fueron los pioneros del toque de queda digital.
Después del conflicto generado por los controvertidos resultados electorales, la red se volvía inaccesible en el país entre las seis de la tarde y las nueve de la mañana, precisamente el momento en el que supuestamente se intensifican los contactos y las pretendidas conspiraciones entre los activistas.
Es el caso de bloqueo de Internet más sibilino, pero no el único, en un año en el que las autoridades se han centrado en control del entorno digital para acallar la contestación a sus regímenes.
La campaña #KeepItOn ha documentado 51 cortes de Internet (en diferentes modalidades) durante los primeros 10 meses de 2016, mientras que durante todo 2015 se habían constatado 15.
Muchos de los países en los que se han confirmado estos apagones digitales son africanos, pero también una buena parte de la lucha contra esta nueva forma de censura se desarrolla en el continente. Chad, Uganda, Etiopía, República Democrática del Congo, Argelia, Libia, Zimbabue, Congo-Brazzaville o Gabón son algunos de los que aparecen en esa larga lista.
La abogada camerunesa Julie Owono es la responsable de la delegación africana de la organización Internet sans Frontières, una de las participantes en la campaña #KeepItOn y de las que han trabajado más activamente en la denuncia de los bloqueos de las redes por parte de gobiernos africanos.
“Si las autoridades bloquean Internet lo hacen para ocultar atropellos
. Intentan frenar el flujo de información, tanto dentro del país, como hacia el exterior y con eso se abre la posibilidad de violar derechos fundamentales.
Ha ocurrido en la región congoleña de Pool, un feudo de la oposición, donde el apagón digital ha silenciado numerosas violaciones de los derechos fundamentales.
Ha habido incluso bombardeos”, revela Owono. Deji Olukotun, activista de AccesNow y uno de los rostros más visibles de #KeepItOn insiste en que ese es el motivo por el que los miembros de la campaña tienen “mucho cuidado en registrar, documentar y analizar minuciosamente cada apagón”.
Y estos recursos de las autoridades para preservar sus posiciones han puesto de manifiesto considerables paradojas. Las autoridades gabonesas impulsan desde 2012 el New York Forum Africa, un foro económico centrado en la transformación del continente y su desarrollo y que pone el acento en la ciudadanía. Las autoridades del país han desplegado durante las pasadas elecciones todo el catálogo de restricciones al acceso a Internet, desde la reducción del tráfico, hasta el corte total, pasado por los cortes puntuales y el mencionado e innovador toque de queda digital.
Otro ejemplo curioso es el de la pujante Etiopía, sede de la Unión Africana. Muchos de los asistentes a los encuentros promovidos por la organización continental se han encontrado con que, por ejemplo, ni siquiera podían tuitear. Julie Owono analiza estas situaciones paradójicas: “Los gobiernos intentan hacer un uso a conveniencia de Internet, quieren aprovecharse de los beneficios económicos que genera, pero no están dispuestos a aceptar la apertura que trae consigo.
No se han dado cuenta de que el entorno digital no funciona así. Son actitudes anacrónicas que eran útiles en los tiempos de las fronteras físicas, pero ahora, ya no”.
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